domingo, 9 de noviembre de 2014

Clases de Quintin Racionero. Apuntes de Clase. Clase IV



Punto de partida para la concepción del saber en Grecia: El contexto del concepto de ese saber para entender en que consistía. Y consistía en el ejercicio, y concepción de la soberanía, o del Poder. En el orbe humano, Circe, en la mantica o adivinación y, por delegación, en el  rey: el que tiene el mando, el arché, el cetro o sabiduría, el temistés. Entender que Saber y Poder es una unidad en la constitución de la sabiduría como sophía. Saber cómo mantica y adivinación para la previsión, e intermediación de la palabra - el discurso- , entre la realidad y los seres humanos. Por eso hay que hacer hincapié, pues, en dos conceptos. 

1) El concepto de arché como soberanía y 2) La mántica como previsión
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1) El concepto de arché: Significa soberanía, mando, en griego es arché. Arché no significa principio: es una maniobra de confusión deliberada. Así, palabras derivadas de arché son “arcontes”, magistrados, o expresiones como la de que Atenas tiene el arché (el mando) de la Liga délica (ejemplos). Quien tiene la previsión del porvenir tiene el Poder, como Zeus. En los hombres, en la organización política, el saber es vinculado al rey (anax). Cuando anax habla como anax –no como hombre- levanta la vara, el cetro,  el temistés, representación de la soberanía del arché. En ese momento emitía palabras para organizar el mundo y consecuencia de las acciones. Levanta el temistés solo cuando realiza el ejercicio de la soberanía, del arché, el mando, pues. En Atenas antes de hablar un ciudadano, y subir al atrio, un heraldo les entrega el temistés. No hay saber sin manifestación del mando o poder sin arché. 

2) La mántica: El ejercicio de la mántica, de la previsión, vinculado con el mundo oracular, propone una relación directa con lo divino, una potencia divina; no pertenece a la moria: al envío o reparto. Toda habla es un rapto de una potencia divina. El saber es una apropiación de algo que no es propio del hombre. Encarna plenitud y a la vez peligro y riesgo. El que ejerce el saber se sitúa en una situación de riesgo. Así Teseo, cuando sale del laberinto, en virtud del conocimiento de cómo salir del laberinto, surge la ruina de Ariadna. El saber es un estado de locura (Heráclito), porque es propiedad de los dioses y por tanto una imprudencia. La matriz más antigua es el enigma: Un enigma es la aparición de un problema, dificultad, que se acerca como un proyectil, una flecha dirigida, y solo puede detenerse si se encuentra una solución. Ejemplo: El enigma de Tebas (ciclo tebano). Edipo va –siguiendo lo que le dice el oráculo- a Tebas, acaba de matar a su padre, pero él no sabe que no es su padre, y un monstruo-esfige, situado en una encrucijada, no le deja pasar. La esfinge propone un enigma, una pregunta. Logos, la palabra, es una dificultad vital para el que tiene que saber, situado en una encrucijada, debe resolver un enigma. Si no se sabe responder, se muere. La vida va en el saber: quien tiene el arché, el mando, debe responder correctamente: si no es el fin. El saber es un rapto de lo divino muy arriesgado: en la salvación y la destrucción. La posición del saber es provisional. En textos platónicos se recupera este sentido; en una situación de entusiasmós, que significa lleno de lo divino: el loco o demente. 

Dicho esto:

Las fuentes más antiguas, jerarquizadas, y con carácter meta político e instrumento. Se ejerce a través de instituciones: poetas, encargado de ritos o ritos de oráculos, como en Delfos y vinculación de Apolo.
El mundo micénico se colapsó por varios motivos: 

1) Migración de pueblos del mar, que arrastró a jónicos de las monarquías micénicas. Que derribó las instituciones. Y

 2) Mito del regreso de los heraclidas. Que fue una segunda oleada migratoria, identificados con el dialecto dorio; o un movimiento revolucionario de ascenso de las clases dominadas; así se divide en lugares de dialecto dorio y otros jonios. Y los dorios crean ciudades. Se deja de enterrar a los muertos para cremarlos. El mundo homérico, además de recordar a micenas, pero lo que recuerda es a este segundo mundo del regreso de los heraclidas; aparece la cerámica de estilo geométrico, y se reorganiza la política, que pasa de reinos del Anax, que es sustituido por núcleos poblacionales más dispersos. Desde los años oscuros desde 1.100 hasta Homero y precede a la Grecia arcaicas, proviene esto. Tras estos siglos, de repente, salen formadas unas manifestaciones literarias en géneros pero de difícil separación: Lírica, historiografía, y textos filosóficos. Hay una nueva sociedad, un contexto histórico político nuevo surgido del mundo anterior micénico

¿Cómo es esta sociedad que ha florecido?

 Lo que ha ocurrido es la constitución de un mundo diferente, arraigado en el anterior, pero diferente.  En la organización política no hay corte en torno a un palacio. Aparecen las ciudades, las poleis, donde desaparece el palacio. En lugar del palacio aparece la plaza: un espacio vacío. Homero nos informa de ello ya. Sobre qué es lo que hay nuevo: una sociedad de guerreros, de Hoplitas, designados por la capacidad para pagarse armas y caballos: jinetes. Hacen correrías y pillajes: crean nuevas ciudades, donde ellos son las gens de las familias venideras. Los Hoplitas se organizan políticamente, discuten las decisiones y las toman por mayorías. Las ciudades nacen cuando perdida la soberanía (arché) esta es reconstruye en una conversación entre iguales. Los guerreros crean las gens, linajes, combatieron juntos: y tienen poder, familia, casa, criados, esposas. Y discuten en igualdad (isonomía). Así, junto al valor de lo privado y oculto, el valor de los gabinetes de los reyes, pasa a ser representada por otro valor: el concepto de lo público. Lo que se tiene en común Koiné. Hay pues una dispersión de la soberanía, una dispersión del arché. En esa distinción de lo privado (referido, pues, a los gens de las familias, lo o-económico, el tálamo conyugal) y lo político como que es lo público. Y lo público entendido como un vaciado de soberanía, de arché. La tarea que queda, pues, pendiente es la reconstrucción de la soberanía fragmentada (fragmentación del arché). Ello lo vemos en el Homero que habla de su tiempo, no del pasado. Estamos, pues, físicamente, en la libertad de discusión en un espacio vacío, donde se apela a lo público, y que parte de los iguales: hay un problema de la multiplicación del saber y de la soberanía. Como un enigma: nadie tiene el arché, la soberanía. Y nadie sabe que es el saber. Ni como debe organizarse esa sociedad. Los guerreros en isonomía, igualdad, experimentan situaciones revolucionarias. Empieza a producirse la literatura y escritos, multiplicidad, cuando empiezan las noticias de procesos revolucionarios que tratan de ampliar el ámbito de la arché. Un proceso político. Vamos a explorar estos sucesos donde la necesidad de hacer compatible la disolución de la arché y su multiplicación. 

Vamos a estudiar esa situación.

Las decisiones se toman apropiando el esquema del enigma de modo secularizado donde es el enfrentamiento con la esfinge entre compañeros e iguales. Una lucha entre palabras, y se organizará de algún modo diferente. Así en ausencia del arché por fragmentario y compartido se busca como unificarlo, entre choques de posiciones humanas, y convertirlo en una sabiduría: porque ya nadie tiene la sabiduría.

 ¿Cómo va a actuar la ciudad? ¿Cómo va a ser educada?¿Qué usos y costumbres se van a desarrollar ante esta nueva situación?

Los procesos revolucionarios llevaron a que:

Los primero repartos fueron repartos igualitarios, bajo el principio de isonomía. Se organiza un lote un clero, o clerarquía; y se soluciona con una emigración para la evolución posterior: ello drena el sistema, pero no logran reparar sus vicios en las reparticiones de los lotes posteriores. Eso provoca las revoluciones. Inestabilidad que se resuelve en lo público con un Logos (palabra) superior a las logoi (palabras) Y así surge el Derecho (Nomos-Ley). Valor prioritario a un discurso normativo sobre como disolver los conflictos. Un discurso que no se somete a discusión y aplicado a los discursos en el ágora con el fin de darles fin. Eso es Logos o norma o Ley. Se depuso el “pollemos” en suspensión para que alguien otorgue leyes y esos son los tiranos. Solom, p.j. Un sabio que otorga leyes. La tiranía es una reconstrucción del arché situada en un Logos: un discurso para regir las conductas. A partir de ahí, desde ese Logos, es el representante del saber y la sabiduría. Y ahí se abre el problema del saber: del capacitado para dar las leyes. El tirano es una institución provisional: otorga leyes en virtud por unas características anejas al arché resolviendo problemas. Otro procedimiento fue mediante la poliarquía, en discusión: Una discusión es algo que no tiene fin, si no tiene principios. La dialéctica se convirtió en erística. Lo cierto es que en una pelea dialéctica es necesario establecer protocolos de limitación y actuación. En Atenas fueron muy reglados. Por ejemplo, cuando se apelaba a las pasiones sonaba un clarín, que señalaba que aquel discurso se encontraba fuera del protocolo. Aquí apareció, por ejemplo, la lógica, la contradicción... y otras figuras de la discusión. Así es necesaria la vinculación de soberanía compartida, habla, discurso, y protocolos de discusión y unas leyes para poner fin a toda discusión. El problema es como hacer esas leyes: esos protocolos de discusión y sobre quién puede hacerlo. Y como deben ser educados los que van a entablar las discusiones. No todas las sociedades de guerreros evolucionaron igual. Así Esparta tuvo igualdad de reparto y de ley, y más isononimia, y más equilibrio que la libertad. Así, se constituyó una asamblea de ancianos y otra de jóvenes. Una de experiencia y otra de guerreros; así había dos reyes, una monarquía dual que se auto controlaban. Atenas pesó en la concesión del número de ciudadanos que podía alzar la voz y alzar el temistés, el cetro. Atenas pensó menos en la igualdad de las partes, sino en la ampliación y reparto de la soberanía. Así: todos los varones mayores de edad, no los jefes, no los guerreros ya. Parecía que no iba a tener fin la ampliación. En la sofistica radical es este aumento y de los demagogos (conductores con el pueblo); Platón quiere un regreso a la democracia de los padres de familia y ya no de todos. El problema es cómo organizar las endoxa, las opiniones dispersas, para tomar las decisiones correctas. Que es una pregunta por el saber, la política y la educación. Pregunta en la que va la supervivencia: ¿Cómo tomar la decisión correcta? A la Dóxa desde la endoxa. ¿Cómo hacer leyes y discursos y que sean mántica, sabiduría, para prever? El saber se da razón desde el contexto. Fue el contexto el que necesitó la reconstrucción del saber que equivalía al arché. No solo los filósofos, sino que es una pregunta de la retórica. La idea del saber que subyace al Logos, idea, soberanía, nada es más ajeno que pensar que había una época que había mitos y que, de repente,  en otro surgió el Logos. Lo que nos encontramos es que eso se solucionó de varias maneras y se ofrecieron múltiples respuestas y una de esas respuestas fue la respuesta filosófica. Una búsqueda para la reconstrucción de la soberanía (arché) fragmentada en un reparto entre hoplitas que, con voz, dialogaban en una plaza vacía, con el objeto de tomar decisiones sabias; y con la necesidad de establecer leyes con la cual regir el diálogo para que este tuviera fin y decidiera lo mejor y más conveniente.

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