viernes, 31 de octubre de 2014

FALACIA QUID PRO QUO: MÁS LEÑA AL CAPITAL


La falacia quid pro quo consiste en tomar una cosa por otra. Esa es la falacia fundamental de la economía positiva (burguesa) actual: confunden valor de uso con valor da cambio. La confusión no es inocente. Interesa que así sea. El que gana dinero con esa confusión no va a permitir que esa verdad no sea verdad. Como filósofo de la sospecha (Ricoeur), como Nietzsche, Marx advierte que no es oro todo lo que reluce: lo que aparece es miseria. Y la verdad, una voluntad del Poder. Dicen los de la cuerda liberal-positivista que Nietzsche explicó el superhombre como el empresario capitalista. No les falta razón. Cuidado con Nietzsche para los no avisados: su moral como contra-moral puede llevar a la moral de los Dioses Empresarios. Superhombres capaces de generar valores de dominación. Pero estamos en la falacia quid pro quo, contradicción de la fórmula general del capital. Porque, en realidad, nos dice Marx las cosas no producen puramente. No se pasa de D-D` ex nihilo. O tal vez sí. El valor es una categoría metafísica. No entender eso es no entender nada. Por eso dice Parménides que el ser es y el no-ser no es. Como categoría del pensar ser y pensar son lo mismo. Sin ser no se entienden las reglas del juego. No se entiende la jugada. Eso es lo que no comprende la economía política burguesa: en realidad no entiende la jugada –porque no le interesa comprenderla-. ¿Le interesa a Rodrigo Rato, a Montoro, a Guindos conocer “la esencia metafísica” de El capital? Les interesa solo la ciencia económica fetichizada, como al FMI, la Unión Europea... La que quid pro quo confunde valores de uso por valores de cambio; y no entren en el meollo metafísico del valor. La ilusión de que la plus-valía es sobreprecio nominal. Compro mercancía por 10 y la vendo por 20. Detrás de ello siempre hay valor-trabajo robado, pero no lo quieren ver. Compro un piso por 10 y lo vendo por 20: reunión de pastores, ovejas muertas. “Vender- nos dice Marx- a esa clase de mercancías por encima de su valor significa entonces sólo sustraerle una parte del dinero que se le ha dado gratis” (Pág. 115) y continua en unas frases axiales, que entronca con la teoría de la dependencia de Dussel:” Las ciudades del Asia Menor pagaba tributo anual en dinero a la antigua Roma. Con ese dinero Roma les compraba mercancías, y las compraba demasiado caras. Los habitantes de Asia Menor estafaban a los romanos conquistadores, recuperando por vía comercial, una parte del tributo que les habían entregado. Pero a pesar de ello los verdaderos estafados eran los habitantes del Asía menor”. ¡Todos somos los estafados!... los que generaban el valor eran los habitantes de Asia menor, fabricando mercaderías a cambio de un salario. Un salario que no les paga todo el valor –toda la vida, tiempo de vida- dejado en la vasijas, en las olivas recolectadas, en el aceite prensado, en los burros acarreados por las trochas, en el barro amasado, en el cereal plantado, en las hierbas desbrozadas, en las tierras abancaladas, en la tierra labrada, en la materia envasada, en el embalaje producido, en las cajas atadas, en las mercaderías estibadas, en los remeros de los trirremes remando. “la totalidad de la clase capitalista de un país no puede perjudicarse a sí misma” (Pág. 116). En Asía Menor unos producían valor, otros se lo apropiaban. M-D Mercancía por Dinero. La circulación, el intercambio de mercancías no produce ningún valor. Se coja por donde se coja. “Resulta, pues, que la plusvalía no puede surgir de la circulación, que, por lo tanto, en su formación tiene que ocurrir a sus espaldas {yo diría más bien a espaldas de otros: a las espaldas nuestras}, algo que en ella misma es invisible” (pág. 117) y se pregunta después “¿Puede proceder la plus-valía de algún lugar que no sea la circulación?” ¿Cómo se valorizan las mercancías? ¿Cómo se añade valor al valor? ¿Por qué el comerciante de Asia Menor se forra y el agricultor que siembra las olivas, que produce la mercancía, el acemilero, el remero, el alfarero se empobrecen. Porque no se paga todo el trabajo. ¿Qué es el plus-valor pues? Trabajo no pagado. Apropiación. Robo. Robo generalizado como el que hoy se produce: del trabajador a Caja de Madrid, de América Latina a América del Norte, de África a Europa. Robo mundial del que trabaja (del trabajo social medio). Robo de unos pocos a todos y cada uno de nosotros. Ya estudiaremos la falacia de la burocracia directiva: otro mito que destruiré. Bien estudié a Mintzberg. Nos mola gestionar, dirigir, el negocio: Una oveja más en el redil y una mentira más (los que dirigen se lo llevan a la saca: no hay nadie que cree el valor desde su punto de incompetencia; suele ser un lobo dirigido por otro lobo. Los tengo calados. Un tonto dirigiendo tontos. Un absurdo); Weber también le tengo estudiado. Y aunque hay cosas interesantísimas y claves (el desarrollo capitalista como moral religiosa), hay otras que no lo son tanto. Sociología industrial burguesa. Una maravilla positivista y puro relato cronológico mítico fetichizado. No análisis sincrónico-filosófico. Verdadero saber con más de dos milenios de antigüedad.

Cantigas de Santa María

FORMULA SIMPLE DEL CAPITAL: MONEY WHICH BEGETS MONEY


Lectura del El capital V


Todo el sistema capitalista consiste en circulación. Como la sangre, que corre desde un motor que es la vida humana y productiva; la relación práctico-poiética aristotélica, sin olvidar el concepto de arte -ciencias productivas- para llevarla a cabo. Con Marx nos encontramos en el campo de la fenomenología: fenómenos que aparecen y esencias ocultas “metafísicas”. Muy al contrario que la filosofía positiva de la economía: que solo ve hechos, factum, que se mantienen en el aire, dando cerrojazo a “lo metafísico”. En Marx hay una ontología y una metafísica del capital: y por tanto un método filosófico del pensar. Esto es: un marco categorial del pensar, determinaciones sobre lo indeterminado. El límite delimitante con que los griegos comenzaron a pensar “el ser” como fundamento, regla del pensar y del todo, esencia inmanente a las cosas. Sobre valor de uso se contrapone trabajo social necesario. Todo trabajo que produce algo innecesario no se tiene en cuenta como creador de valor. Las mercancías, todas, tienen trabajo social necesario: se trabaja para producir bienes necesarios; los bienes no necesarios, sin valor de uso, no tienen valor-trabajo. Que se tiren por no venderse no implica que aun así desaparezca la plus-valía: siempre hay plus-valía. Definición de plus-valía: Trabajo (vida humana subjetivizada) no pagado apropiación capitalista. Lugar donde se oculta todo el sistema capitalista La fórmula general como el capitalismo circula es el siguiente: Dinero-Dinero prima. Capitalista es una categoría del pensamiento. Una determinación, un horismós aristotélico, una construcción mental. Capitalista es el sujeto que hace circular el dinero para que se convierta en dinero prima. Dinero para generar dinero. Money which begets money. La fórmula ampliada es D-Merc-D^. Solo que para el capitalista esa M le es indiferente: solo piensa en D^. Como Dios Padre de sí mismo como Dios Hijo, y ambos son de la misma edad y forman de hecho la misma persona. De 100 Euros pasa a 110 euros, y en cuanto a llegado a ser 110 euros, en cuanto el Hijo está engendrado - y por el Hijo el Padre - desaparece su diferencia y vuelven a ser ambos Uno.Una rueda sin freno: una locomotora de los hermanos Marx. Esa es la metáfora teológica expuesta por Marx. En la fórmula de circulación simple del capital: dinero en proceso, valor en proceso: se conserva y se multiplica, vuelve crecido de ella y vuelve a empezar constantemente es mismo circuito. Según la ciencia burguesa ad aeterno: Hasta la eternidad, hasta el Día del Juicio Final, hasta el Apocalipsis, hasta que todo reviente ¿Por qué crece ese D-D`? ¿Cuál es su misterio?

jueves, 30 de octubre de 2014

EL FUNDAMENTO DE LA ECONOMÍA POLÍTICA. SU ESENCIA. LO OCULTO.

EL FUNDAMENTO DE LA ECONOMÍA POLÍTICA. SU ESENCIA. LO OCULTO.

El capital IV

La categoría fundamental de Marx es el trabajo y su producto como objetivación de un sujeto. Esto es: cuando trabajamos dejamos nuestra vida en ello. Cuando creamos un producto, una mercancía, un servicio, nuestra vida se disipa en ello. Nuestra vida queda objetivada en el fruto de nuestro trabajo. Lo que el régimen de explotación capitalista generó fue un cambio de régimen de las relaciones de producción: el trabajo asalariado o alienado, en fábricas, para generar mercancías. El fundamento de toda la economía capitalista es producir pero no para producir, sino para que el dinero se vuelva a transformar en dinero. En un círculo difícil de parar. La fórmula del capital en D-M-D. Dinero para generar mercancía para generar dinero. Pero ahora estamos aún en la mercancía. El fenómeno que aparece. El da-sain. El ser-ahí del capitalismo. Productos en estantes de comercio luminosos, cada uno con su precio. Según Marx para producir ese producto lo único con valor en él es que en ellos hay vida humana objetivada. Humanos trabajando para producir. Vida objetivada. Y esa es la esencia. “El ser”. El fundamento, la raíz. Lo oculto. Esa vida es pagada con salario. Todo el trabajo de todos –en una sociedad- el trabajo medio social, para producir todo es vida consumida. Leben Arbeit: trabajo vivo. Pero el salario nunca paga toda la vida. Imposible. Siempre hay un plus-valor que durante el trabajo no es pagado, con independencia del salario. Si el salario es 100 el valor producido es 110, 120,130 (economía real, siempre tiene que haber plus-valorm incluso en la economía especulativa se está jugando con plus-valores: trabajo vivo no pagado, de algún sitio: de México, de Mozambique, de Kuala Lumpur). La naturaleza ya nunca es naturaleza (salvo algún nuevo coral no descubierto) la naturaleza cuando pasa a una mercancía es producto de un trabajo humano y vivo: tiempo de trabajo. Trabajo y tiempo: dos racionalidades de la modernidad capitalista. Tiempos Modernos. Pero aún no hemos llegado al plus-valor. Empecemos con la conversión del dinero en capital. La formula general del Capital.

SIGUIENDO CON EL MÉTODO FILOSÓFICO DE El CAPITAL COMO CRÍTICA A LA ECONOMÍA POLÍTICA





Las críticas de la Economía política burguesa no se hicieron esperar tras la publicación de El Capital. Y casi todas aúnan el mismo déficit que ahora hay. No entienden el método del libro. Le comparan, por seguir a Ricardo o a Smith, y dicen que su método es ¡Deductivo!!Qué no señores economistas! ¡Su método es filosófico! ¡Que para pensar como piensa Marx hay que saber leer a Hegel, a Platón a Aristóteles! Y, por añadidura, Marx entiende perfectamente a Smith y a Ricardo. Le piden recetas comtistas. ¡Recetas comtistas! ¡Están locos estos romanos! ¡Marx es un dialéctico: un filósofo, un guardián del pensar especulativo con 2400 años de antigüedad! ¡Un tipo cultísimo y sumamente pobre que dedicó toda su vida a explicar por qué los que trabajan por cuenta ajena en la sociedad capitalista de entonces son pobres! A día de hoy porque en los países periféricos se inflan a producir mercancías en fábricas de mala muerte y son pobres de solemnidad. Marx se muestra en el prólogo sorprendido y estupefacto ¡Dicen que es un analítico! y en otro sitio un idealista. En eso creo que si tienen razón. El método de Marx es un método dialéctico ¿Saben los economistas en que consiste eso? Nones. Para ello hay que empezar a leer a Platón someramente y hundirse de pleno en los diálogos duros: Sofista, Parménides o Teeteto. A fe que yo lo he intentado, entre otras cosas con el fin de entender a Marx. Y después sumergirse en Hegel. Uffffffff. Se necesita ser esponja. Se necesita tener un motivo para querer entender. Se necesita sentir un pathos. El pathos de la indignidad del mundo en que habitamos. En Marx lo ideal no es más que lo materia transpuesto en la cabeza del hombre. Cómo producimos, como comemos: y así explicamos de donde provienen nuestras ideas. Marvin Harris, el famoso antropólogo social y cultural bebe de ese principio. Pero Marx es mucho más, la lectura a través de Dussel me ha abierto en canal su interpretación. Las categorías marxistas han pasado de  mente a mente. La dialéctica de Hegel esta boca abajo: hay que revolverla para descubrir cómo funciona Marx. Casi nada. Pero lo que logra es alucinante. Un castillo categorial y una máquina para entender el funcionamiento del capitalismo en sus más profundas y misteriosas cavidades. Samuelson o el Mochón, aquellos libros falsos que estudié, inauténticos como los neokantianos lo fueron para Ortega.

EN EL PRÓLOGO DE LA SEGUNDA EDICIÓN DE EL CAPITAL

Marx III

“No se trata ya de si tal o cual teorema es verdadero, sino de si es útil o dañino, cómodo o incómodo para el capital, de si es reglamentario o no”(pág. 64), con esta sentencia Marx establece como tocan a muerto en la economía política. Marx estudia a Ricardo, a Sismondi, a Quenay. Marx además de filósofo se hace economista. A partir de 1830 la teoría económica queda absolutizada (fetichizada) por el capital hasta día de hoy: Hayek o Friedman solo escriben para fundamentar los intereses económicos del capital; y dejan de lado una relación fundamental –no es la desconozcan, sino que como comtistas, positivistas, ciencia burguesa, no quieren ver-. George Soros si ha descubierto a Marx. El capitalismo sabe que Marx tiene razón. Lo que no lo van a decir abiertamente. Sería contrario a sus intereses. Los Hayek o Friedman, seguidores de Bastiat, son corifeos del capital. “Como ciencia burguesa conciben el orden capitalista como un estadio evolutivo histórico transitorio, sino por el contrario, como forma absoluta y última de la producción social” (Pág. 62). Ya lo escribía Marx en su última redacción del capital. Marx sabía por Hegel que todo es historia: que todo evoluciona y cambia, por oposición dialéctica de contrarios. Sin embargo, la ciencia en el capitalismo, el fin de la Historia, considera que lo que hay, como modelo, lo habrá ya por siempre jamás. Piensa, absolutiza, fetichiza y detiene la Historia. Fukuyama lo llamó el fin de la Historia. Pero desde Hegel sabemos que eso ya nunca será así. Todo es Historia, todo fluye y todo cambia. Nada es eterno, ninguna situación histórica peremne. No hay imperio que dure 1000 años. Marx descubrirá las bases económicas del robo generalizado que produce, ahora con carácter mundial, que los ricos del mundo sean muy ricos y los pobres del mundo muy pobres. Y hoy ya con un carácter mundializado de sistema mundo. Los que trataron de seguir a Mills, como hoy ya ha mostrado el fracaso de Keynes, han tratado de reconciliar lo irreconciliable. Como dijo Marx (Prólogo segunda edición. Pág. 65). Solo hay que descubrir como se realiza ese robo. Cómo se lleva a cabo. Cómo unos pocos se quedan con el excedente que entre todos producimos para todos. Dussel, con su teoría de la dependencia nos ha enseñado como se produce ese robo a nivel mundial desde economías de la periferia a economías del centro. Dussel nos descubre porque los países colonizados por el capital, abiertos al mercado a sangre y a fuego (el mercado llega hasta donde lleva la marina norteamericana); y porque el salario es diferente aquí y allí. Descubrir la falacia del salario será otra tarea emprendida en esta lectura de Marx. Descubrir que el salario nunca paga todo lo que entre todos producimos y que en eso se encuentra el desequilibrio de porqué ricos son más ricos, y los pobres de los países más pobre, más pobres.

LEER A MARX DESDE HEGEL. NECESIDAD DE SABER QUÉ ES LA DIALÉCTICA. LA FETICHIZACIÓN DE LA ECONOMÍA POLÍTICA Y DE LA MERCANCÍA. LA TEORÍA DEL VALOR.


Lectura de Marx II

Marx realiza una crítica a la economía política burguesa desde la Filosofía. La ilustración del siglo XVII se había expresado en tres tiempos y lugares que se dieron consecutivamente: en Inglaterra fue política y económica, en Francia fue más política que filosófica y en Alemania fue más filosófica que política. Así, Marx tenía más fundamentos teóricos para abordar la crítica de la economía política. Hegel vuelve a traer la filosofía griega a su punto de continuidad, como una elaboración sintética de los mismos. “Los griegos son aún, y renacen en Alemania. Así, Marx recoge la filosofía para entender la economía. En primer lugar la dialéctica como método del pensar que es ir de lo abstracto determinado a lo concreto indeterminado (diáiresis ascendente) para entender la condición de posibilidad, lugar de los fenómenos (la mercancía como fenómeno; Marx como fenomenólogo) y conocimiento de los mismo. Así para entender a Marx hay que entender el lenguaje filosófico: las determinaciones  como delimitación, que parte de lo que no tiene determinación (a-peiron), y la esencia como condición de posibilidad y “ser”, fundamento de las reglas necesarias e inmanentes (arché, principio del capitalismo). Así en Marx cada palabra es un concepto filosófico griego-hegeliano: ¿Qué economista es capaz de hacer eso? Ninguno. La economía es una ciencia fetichizada. ¿Qué quiere decir esto? Para Marx es conferir propiedades teologales a lo hecho por la mano del hombre: un fetiche. Y la mercancía será un fetiche. Una aparición fenomenológica que la economía política absolutiza. Esto es: corta las relaciones que la mercancía tiene. Y sin relaciones un concepto ya no es relativo, sino absoluto. La mercancía es un fenómeno luminoso y misterioso. Una aparición en el más estricto concepto filosófico. Un ser-ahí: el Da-sain. Aparece en los estantes del Mercadona: Cerezas del Jerte. La economía política solo entiende de una parte de esa mercancía: que satisface necesidades y por tanto tiene una “utilidad”. Sin embargo detrás de ese producto hay vida humana que ha producido esa mercancía. Y esa vida humana es, precisamente, lo que tiene valor. La fetichización es conferir un halo mágico al producto y esconder la relación de producción inherente a la misma. Toda la economía burguesa partirá de ese hachazo a las relaciones, con el objeto de ocultar. Así, el dúplice carácter de la mercancía es que posee “valores de uso” y “valores de cambio”: las mercancías valen porque se usa y porque se cambian. Y nadie advierte, y ese el primer descubrimiento de Marx y su primera categoría, que las mercancías valen porque en ellas se encuentra el trabajo humano, la vida social y las relaciones sociales para producirlas. Marx empieza su economía como una antropología, auque su fin será ético. En las mercancías (servicios) hay vida muerta. Bien. Ese es el primer avance de la lectura de Marx, pero es preciso señalar, antes, que es preciso tener presente el concepto “de categoría”. Kategoreim viene de Aristóteles como especies necesarias u lógicas de los entes. Inherentes a los entes múltiples y formas de hacerse presente los entes. En Kant las categorías pertenecen a los sujetos cognoscentes, que categorizan los fenómenos para aprehenderlos, como condiciones de posibilidad del conocimiento sensible. Marx beberá de esa tradición. Su objetivo es montar un régimen de categorías (gnoseología) para comprender lo real y descubrir la esencia oculta, no sensible, de la economía política y con ello, descubrir (desvelar, des-ocultar, a-letheia) los principios básicos, las leyes del movimiento capitalista. Y a fe que lo logra. Los marxistas de salón no saben en verdad como lo hace.  Este es el marco categorial, paso a paso, que voy a intentar descubrir en esta lectura intensiva y lenta de El Capital.

Lectura de Marx I



El Capital de Marx constituye una continuación a una obra previa suya: Contribución a la crítica de la economía política. Marx lo que se propone investigar, como un Físico, es el modo de producción capitalista y las relaciones de producción y de tráfico. Marx vive en Inglaterra y además es un filósofo alemán. Pertenece a una tradición filosófica impresionante que le precede: Kant, Fichte, Schelling, Hegel. Tiene, pues, unas herramientas poderosas para interpretar filosóficamente los hechos que advierte en Inglaterra; y tiene unas herramientas que no poseen los propios economistas ingleses: Filosofía de alto nivel. Es un alemán, con lo que ello supone filosóficamente hablando, en una tierra pragmática. Y con ojos de lechuza hará descubrimientos insospechados. Descubre las leyes capitalistas que se imponen como ley de bronce. La misma que hoy 2014 se mantienen. La cabeza de medusa persiste y somos como Perseo envueltos en un manto de niebla. Ciegos y estupidizados. De nosotros se cuenta la historia: “De te fabula narratur”. Marx encuentra la pista del movimiento: la ley económica del capitalismo. Y lo hace de pleno. Solo que hay que saber Filosofía, Dialéctica, para entenderlo. Hay que conocer a Platón, y lo que es la Diáiresis ascendente desde lo abstracto a lo concreto, Hay que saber lo que es fundamento y condición de posibilidad, lo que es ser y lo que es esencia. Y de eso, los economistas no saben nada. ¿Qué van a entender pues? Si su ciencia es una ciencia fetichizada. Absolutizada. Donde olvidan relaciones fundamentales que se olvidan de un plumazo. Y ¿Qué es lo que se olvida? Se olvidan de que nuestro trabajo, el de todos, el social, el que cada uno cada día realiza, lo que se produce, no es otra cosa que vida. Que las cerezas que el fruticultor lleva a los almacenes son algo más que cerezas. Es vida. Es la vida objetivada. Y que cuando esas cerezas aparecen en el expositor de Mercadona no es tan solo un objeto de satisfacción de necesidades: es la vida de muchas personas, tiempo de trabajo y de relaciones sociales. Muchas de ellas relaciones de enajenación de vida, de tiempo.   

LECTURA DEL EL CAPITAL (antología), DE KARL MARX.




Introducción:

Para esta lectura de El Capital de Karl Marx voy a emplear un volumen de antología publicado por Alianza Editorial. En la Biblioteca de mi localidad se encuentra distribuido en dos volúmenes, el Tomo I. La traducción es mejor aquella, la de la biblioteca, el volumen es, además, más completo, pero empezaré por la antología, por tenerla más a mano. Después iré a las lagunas. El objetivo de la lectura, ya somera, es descubrir claramente el pensamiento crítico de la economía política marxiana. Leer a Marx mismo, aunque en sus traducciones. ¿Por qué? Porque Marx sigue vigente para explicar la realidad económica actual y la realidad mundial, pues. Sin Marx, opino, no se entiende nada de lo que ocurre. ¿Por qué este interés por Marx? Se inició por mis estudios en economía y teoría económica. En ellos descubrí la falta de autenticidad de la Economía Política burguesa. Tomo la palabra “inauténtico” de Ortega, cuando hablaba de los neokantianos, pues entiendo que el efecto es similar. Esto es: la teoría económica, advertí ya entonces, se basaba en relaciones de cosas en el mercado, fundamentado en “el concepto de utilidad” e intuí que era un presupuesto falso para entender la realidad de los fenómenos económicos. Comprendí que eran necesarios conocimientos de filosofía para entender que se encontraba detrás de aquellas variables abstractas. A parte de mis dificultades para con la matemática, pues venía de letras mixtas, con Historia del Arte como optativa, me llevó a cambiar de estudios: jurídicos. Y por la necesidad de entrar rápido en el mercado laboral, elegí “relaciones laborales”. En él estudié “el fenómeno” de las relaciones laborales y comprendí su trascendencia como núcleo fundamental en la creación de riqueza. Hecho fundamental fue el estudio de Alonso Olea, profesor duro y complejo, con un manual difícil de verdad: “Introducción a Derecho del Trabajo”, que es toda una obra maestra de escritura jurídica. Me introduje en sus vericuetos y allí apareció Hegel y Marx inextricablemente unidos. En la asignatura “Historia del Trabajo” elegí para el examen un tema libre: “Historia de la Alienación del Trabajo”. Pregunta auto formulada que elaboré sobre un libro muy difícil de encontrar de Alonso Olea sobre la materia. La experiencia de las relaciones laborales, alienación, capitalismo, jornada de trabajo, salario, explotación y miseria lo descubrí de facto trabajando en un departamento de recursos humanos, abiertas sus puertas a la calle, se veía entrar “la exterioridad” del sistema. Allí descubrí que Marx tenía razón e intuí, como dice Dussel, que Marx era un pensador moral. Esas son las razones por las que voy a releer a Marx con profundidad, ahora que creo que puedo entender casi todas de sus palabras (en especial tras leer un libro de Dussel sobre las metáforas teológicas en Marx). Para entender a Marx me ha ayudado, además, las explicaciones de Enrique Dussel, pues. Las conexiones con Dussel se establecen desde el momento en que hice un trabajo sobre los estudios universitarios de teología en Alcalá de Henares en el siglo XVI, como un modelo que se lleva a hispanoamérica. Así Dussel es un filósofo al que interpreto muy bien, pues aparte de entender el concepto de “primera modernidad” reforma humanismo cristiano y posterior fundación de la orden jesuítica (al entender el conflicto reforma-contrarreforma religiosa en España), se une mi interés por la relación de alienación. Así pues, Dussel se convierte en un filósofo de interés para mí, pues su objetivo intelectual es acorde al mío. En mi caso como interpretación de esos mitos (relatos cronológicos que encubren voluntades de poder) contados sobre el España. Mis reflexiones sobre la Universidad complutense, y sobre Cervantes, me dieron a conocer la realidad de un siglo, el XVI y que es de vital importancia para conocer el inicio de capitalismo mundial y para explicar qué papel representó España en él, y porqué de su atraso. Con Dussel, cuando lo descubrí, me reafirmé a lo que yo entendí entonces.

EL FRACASO ESCOLAR: UNA HIPÓCRITA FETICHIZACIÓN MÁS.




A los partidos políticos del turno político –ya les queda poco- se le llena la boca con “el fracaso escolar” como arma arrojadiza. Hablan del fracaso escolar como fracaso de la sociedad y de las instituciones, y en ello tienen razón; solo que sus análisis son análisis fetichizados, absolutizados, esto es: anulan una parte de la relación que produce el fracaso escolar y queda como un “concepto misterioso”, que no sabe dónde se esconde y que aparece como un fenómeno. Hay “fracaso escolar”, sí. Ahora te lo arrojo y tú me lo devuelves. Sin embargo el fracaso escolar es intrínseco a una sociedad y a un modo de vivir. En una sociedad capitalista el fracaso escolar es necesario y evidente. Se necesita de fracasados escolares; porque la sociedad precisa dividir el trabajo técnicamente, sí, pero no precisa cambiar la esencia del tipo de relaciones que en ella se dan como sustento: Que unos trabajen y otros se enriquezcan; aunque el marco es global, mundial. Y el fracaso escolar es una señal para la exterioridad del sistema y un motor. Esto es: o se está dentro del sistema, la totalidad capitalista de producción, o se está fuera. Y el estar fuera precisa de señales, como es el fracaso escolar, para impeler (motor) a la voluntad a estar dentro. Se precisa del fracaso escolar. Y se necesita: se necesita hacer una sociedad de competidores donde unos tengan éxito y otros fracasos. Si la sociedad demanda eso, ¿cómo no va a existir el fracaso escolar?. Las propias aulas lo reclaman y las personas que componen lo educativo lo reclaman también: porque la sociedad es una sociedad capitalista que así lo reclama. Reclaman notas, evaluaciones, y un umbral que sitúe la diferencia entre “éxito” y “fracaso”. Máxime cuando la educación se convierte en un quiero no quiero de carácter público: quiero educación para disciplinar a trabajadores, cualificados y no cualificados, quiero personas que ejecuten órdenes y hagan deberes, quiero la “Excelencia” - ¿Qué es la excelencia sino un umbral clasificatorio a mis criterios de excelencia donde ya se determina lo no-excelente-. Así que se provee una educación donde se precisa que haya fracasados en ella que es un éxito para lo que se pretende, pues se han transmitido los mínimos para convertir a un humano en un humano uni-direccional (Marcuse) y a su vez se le ha inoculado la energeia precisa para mover la rueda del sistema productivo (éxito-fracaso). Pues ahí tenemos que lo que hay: un sistema educativo que cumple los objetivos.

martes, 28 de octubre de 2014

Enrique Dussel: Filosofía de la Liberación II

Dv dijo

En relación a la Teoría de la Liberación diría que tiene mucho que ver con que los países latinoamericanos sean católicos y que allí la modernidad se haya dado en sus formas más tardías de forma que la Política ya no esté relacionada con los ideales de los primeros liberales (que es lo que originó el protestantismo) sino con las reivindicaciones del movimiento obrero. Por esto pienso que esta Teoría de la Liberación es una especie de "protestantismo" no burgués sino proletario. Yo por esto simpatizo con esta teoría tanto cuanto con el protestantismo original.


No estoy de acuerdo sobre ello; si estoy de acuerdo con la idea de límite que desde allí se tiene es diferente al filosofar aquí. La Filosofía de la Liberación mantiene que todo pensamiento es un pensamiento situado; para ello usa la categoría de exterioridad y totalidad: la Filosofía de la Liberación está pensando desde la exterioridad como una forma de afirmación y, por tanto, de negación de la negación. Pues la Totalidad les niega y les considera como no-ser. Dussel parte de ahí. Para ello recorrió el humanismo helénico y el humanismo judaico, como las dos tradiciones en las que nace occidente. Y luego, como teólogo, analiza el papel de la Iglesia en América latina. El tercer paso es estudiar a Marx como filosofo que explica la miseria y como un ético, pues. El cuarto paso consiste en las categorías de Levinás de Totalidad y exterioridad. La Filosofía de la Liberación reeelabora todas las categorías históricas desde el colonizado, no desde el colonizador. Para ellos, latinoamérica entra de lleno en la modernidad en 1492, pues “el descubrimiento” no es otra cosa que la mundialización mercantil y económica. La expresión “la modernidad se haya dado en sus formas más tardías” es una característica del pensamiento situado en la centralidad del colonizador. Ellos sufrieron la modernidad en sus carnes, en sus cuerpos, pues la primera intención del colonizador fue extraer oro de Potosí. Cuando la monarquía española, y su idea religiosa, deja de tener peso, es la modernidad capitalista la que vuelven a sufrir en sus cuerpos, con un nuevo pacto neocolonial entre oligarquías extractivas y oligarquías capitalistas de mercado internacional. Por tanto, no es que entren más tarde en la modernidad, sino que se sienten fundamento o motor de la misma, pero como periferia, en una trasferencia “de valor” desde latinoamérica a Inglaterra. Por eso leen a Marx. Pero mejor dejo un enlace, de un libro de 1976 que devoré en pocos días. Lo último que está haciendo Dussel es una "crítica a la economía política" vista con el marco categorial del que estoy refiriendo. Por eso, vuelvo a repetir que las categorías de "liberalismo" y "socialismo" tienen un dinamismo que aquí no somos capaces de alcanzar. Pero no se debe confundir "Filosofía de la Liberación" con "Teología de la Liberación" aunque beben de la misma realidad latinoamericana. Que le Papa sea latinoamericano no es baladí: en latinoamerica se está haciendo buena filosofía. Y están haciendo algo que aquí no se está haciendo, aparte de releer a Marx: están pensando lo que hay y porqué hay lo que hay. Esto es: están haciendo ontología. Mientras que aquí se está haciendo hermenéutica. Que es una cosa que critiqué en el otro foro nada más entrar y me trataron con desdén: como si no supiese de lo que hablaba.

biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/otros/20...024607/filosofia.pdf

lunes, 27 de octubre de 2014

Enrique Dussel: 16 tesis de economía política I

El asunto no es “teología de la liberación”, sino “socialismo” versus “liberalismo” como categoría generales pero que, de modo específico, están teniendo un grado de desarrollo en el pensamiento y en la praxis latinoamericana. Pues, allí, gracias a una colonización teológica hispana que creó Universidades bajo el modelo de aquí y una experiencia de colonización liberal (mercados mundiales de paradigma anglosajón) están pensando los conceptos de “socialismo” y “liberalismo” con un dinamismo que ya quisiéramos aquí. Como poco, a lo más, aquí el socialismo está leyendo a Gramsci o anda errabundo; Hobsbawn y “cómo cambiar el mundo” de lo poco interesante que yo he leído últimamente; y que en la praxis no está aportando soluciones por ahora, como está ocurriendo en Latinoamérica, que, pese al discurso neo-liberal de “populismos” y “socialismo” están apareciendo praxis de lo más estimulantes y que no son del todo comprendidas, y que además están teniendo experiencias de Poder, como en Uruguay o en Ecuador. En parte, la Filosofía de la Liberación está pensando el asunto, porque allí las repercusiones del liberalismo han estallado mucho antes que aquí, a causa de la deuda externa asfixiante; hasta que nos demos cuenta de la periferia de la hispanidad, la nuestra y propia como país periférico de Europa, en el propio mundo-central capitalista protestante, en el que no tenemos casi nada que ver. Allí se está estudiando profundamente a Marx y no es tan claro que sea antitético con las religiones como aquí nos pensamos. Principalmente porque está leyendo sus escritos y no lo que dijeron sus continuadores. Allí se está leyendo a Marx como un autor moral que explicaba la naturaleza y las causas de la pobreza y la miseria y su obra está repleta de metáforas teológicas. Porque el problema del “liberalismo” económico es que genera hambre, miseria y pobreza, a la vez que está destrozando culturas ancestrales en nombre de la libertad. Aquellas culturas, como era la Edad Media, están siendo consideradas como bárbaras e incivilizadas, atrasadas y terribles y, en nombre de la democracia, la paz y la civilización, están generando un estado de desequilibrios en el mundo terroríficos. En base a que los países de capitalismo avanzado son desarrollados y donde reina la producción y el bienestar. El bienestar es otro camelo: sin muro de Berlín, el próximo muro que caerá será el del bienestar. Y sí, va siendo hora de que pensemos claramente que, como sigan así, la fábrica de las escobas puede reventar cuando el estercolero ya sea total y los detritos humanos nos salpiquen a todos. La Filosofía de la liberación latinoamericana debía servirnos a los españoles muy mucho: al menos para que nos diéramos cuenta de nuestra posición periférica en el entramado capitalista mundial y el papel que representamos en él. Pues, ni siquiera, con nuestros relatos míticos, nos conocemos. Ahora os recomiendo como está pensando Latinoamérica la ECONOMÍA, que es un tema de liberalismo y socialismo que no está haciendo Harvard ni Yale, sino México. Mientras aquí seguimos dándole a la hermenéutica, a Nietzsche y a Gadamer y estamos olvidando leer a Marx, que sirve para entender lo que ocurre. 32 horas de Filosofía en directo: pensando estas categorías de "liberalismo" y "socialismo".