martes, 30 de noviembre de 2010

COSTA, AZAÑA, FRENTE POPULAR Y OTROS ENSAYOS. Gabriel Jackson. O como contar la historia subido en un guindo


Gabriel Jackson es uno de esos historiadores que se leen con placer. Seguramente porque a la vez de honestidad, destila una prosa amena, sencilla, no exenta de complejidad; seguramente, también, porque hay detrás de él un hombre que trata de comprender los hechos históricos con una pizca de bondad. La historia es un dechado de maldad, y el siglo XX, como decía la canción, un cambalache; pero en ese cambalache que es la historia, en ocasiones, se precisa de bondad para hacer narración de ella. Porque qué más infierno que este mundo, qué más maldad que la del siglo XX. Jackson se ha adentrado en él, y no en vano ha escrito un libro delicioso, Civilización y Barbarie en el siglo XX. Los que gustan de leer en una mecedora, al pie de una chimenea, éstos son libros de interés, por su talante liberal. Hay dados a la historia que gustan de lucir palmito: esto es, de los que se han caído del guindo y se soplan el hombro. Y desde esa atalaya ven la maldad con el disfrute del sádico. Leerlos es siempre interesante, y ahí está JDJ con su formidable blog Historias de España para advertir que, efectivamente, no se ha caído de un guindo: goza de la superioridad del que sabe que esto es una porquería y que para puercos, el más puerco tiene la razón, que, por supuesto, son los suyos. Gabriel Jackson se encuentra en otra órbita, cercana a la liberal de izquierda. Esto es, de los que siguen subidos al guindo, mientras la tierra se hunde a sus pies. Y es de agradecer que haya algunos que escriban la historia a ese modo, con la sencillez del sabio, la bondad y la ternura para creer que algo bueno hay en el ser humano. El último libro que he leído de Jackson es una recopilación de ensayos sobre la siempre cadente historia española, y que, en su mayoría, fueron publicados en revistas norteamericanas de historia en la década de los 50, con algún que otro ensayo posterior a su obra más célebre, República y Guerra Civil Española. Entre ellos el que que efectúa acerca de las colectividades en la Guerra Civil Española, donde aún se le ve dolido de la crítica que Noam Chomsky hizo de él, cuando le espetó que, debido a su lugar dentro de la "historiografía burguesa", no había interpretado correctamente la Guerra Civil española. Todos sabemos, sin embargo, de las dificultades para "interpretar" correctamente la Guerra Civil española, actividad en la que ha trabajado Jackson toda su vida, sin encontrar, quizá, el reconocimiento que debiera, pese a ser la suya una de las obras de referencia. Posiblemente porque, pese a sus simpatías como liberal de izquierdas le imposibilitaba para un mayor sectarismo y, posiblemente, sufriendo el desdén de posturas como la de Chomsky, a la izquieda, u otras, a las derechas, en uno de los conflictos más sectarios y sucios que se conocen, sea tratado con el desdén de aquellos que, caídos del guindo si que la han "interpretado" como fué. Los ensayos son, en fín, los realizados con anterioridad a su obra de referencia junto con otros realizados con posterioridad. Se abre con un análisis de Joaquín Costa, y sus ideas de regeneración de España basada en recuperación de modelos históricos como el de los Reyes Católicos, así como el hincapié que hace sobre la política hidráulica . En régimen de Azaña en perspectiva (España, 1931-1933) es un breve ensayo que ya preludia lo que va a ser la parte de política republicana a su libro más conocido, a él se le añade el Frente Popular (1934-1937), que sirven para advertir cual es su "interpretación" de aquella época histórica por parte de Jackson. "Interpretación", añado, como no puede hacerse de otra manera para lo que son hechos históricos tan polémicos y de tan grave conflictividad social y política. Si en algo destaca no es, ni más ni menos, en el grado de sectarismo, o de honestidad, o de verdad, o de mentiras, o de simpatías que Jackson pueda tener (narradores de historia que se han caído de los guindos sectarios, deshonestos, mentirosos y antipáticos los hay a patadas). Es la amenidad y liberalidad con la que escribe, más allá de lo errado que se encuentre; por más herradura que otros lleven y por más tierra firme que pisen, una vez caídos de la atalaya y hayan descubierto la maldad, y puestos a la maldad, maldad con maldad: Para ellos la Guerra Civil española tendrá "la interpretación" más certera, seguramente, la suya. Que con su pan se lo coman. Interesante es su análisis sobre el origen del anarquismo español y la interpretación que hace de su arraigo en España asemejándolos al cristianismo primitivo y a Juan de Mariana, el cual consideraba que la propiedad era un robo. Unido a él por lugares no sencillos encuentro su último ensayo sobre "dos depuraciones de lealtad", donde compara la caza de brujas norteamericana con los procesos contra erasmistas celebrados en España. Creo que Gabriel Jackson atina, se acerca, vislumbra, entrevé... que es a lo más que podemos llegar quienes nos apasionamos por la historia de este país y que somos liberales de izquierda. Seguimos en el guindo subidos, con candidez humana -otros se cayeron- y con altivez nos tratan de cándidos. Sí, sí... cándidos somos. Nos aferramos al guindo del humanismo. Pero no por eso dejamos de saber quiénes son, en último término, quienes disponen en las cazas de brujas: los sectarios, los deshonestos, los mentirosos y los antipáticos. Y en esos bandos se encuentran quienes mejor han interpretado la Guerra Civil Española: esto es los hijos de puta de una y otra condición.

3 comentarios:

Txema dijo...

Lo de la mecedora me gusta, y con un Jack Daniels, especialmente.

Supongo que Jackson pertenece a ese selecto grupo de estudiosos británicos que pretenden explñicar los datos y poco más. Escuela de la mucho deberían tomar nota, especialmente en España.

Beevor y Kershaw son buenos ejemplos recientes.

De lo que he leído de él, unas cosas me han gustado más y otras menos, pero, dicho esto, si te diré que siempre ha sido más por una cuesuión de forma que de fondo.

Un saludo

Jake dijo...

Gracias Txema. Todas estas cosas hay que leerlas con toda la tranquilidad de la que se sea posible, porque hay mucho fanático suelto de todos los pelajes. Por eso lo mejor es la lectura calmosa y sosegada. Jackson solía escribir para un público norteamericano básicamente, junto con su postura de liberal de izquierda, y las dificultades para investigar dentro de España hacen de la suya una obra sui generis, difícil de incardinar. Es de los raros investigadores norteamericanos que se han interesado por la GCE, a diferencia de los británicos, siempre interesados con la historia de España. A final, pese a los errores cometidos, pese a las críticas recibidas, Gabriel Jackson posee un fondo de humanidad de carácter liberal de izquierda que, en último término, hace que la lectura de sus libros y opiniones merezcan la recomendación. Es cierto que todo su análisis es una "interpretación", desde el punto de vista de un demócrata norteamericano. Y por eso los sectarios se han cebado con él. La opinión de Chomski así me lo parece, y qué decir del Boletín de información bibliográfica, contestado por Salas Larrazábal; militar-historiador con amplías posibilidades de acudir a los archivos militares. Pese a los errores de Jackson, "la interpretación" que hacen éstos tienen un punto peor de mala baba. Y es que la GCE tiene para dar y para tomar. Al final, me voy quedando con "la interpretación" de Jackson por el gran trabajo que ha realizado sobre España.

Txema dijo...

Gracias a tí por recordarme de forma tan sensata que es estadounidense y no británico.

Pese a ese lapsus lo considero dentro de la escuela de historiadores serios que se ocupan de las cosas y procuran dejar la ideología para mejores causas.

un abrazo