martes, 30 de noviembre de 2010

COSTA, AZAÑA, FRENTE POPULAR Y OTROS ENSAYOS. Gabriel Jackson. O como contar la historia subido en un guindo


Gabriel Jackson es uno de esos historiadores que se leen con placer. Seguramente porque a la vez de honestidad, destila una prosa amena, sencilla, no exenta de complejidad; seguramente, también, porque hay detrás de él un hombre que trata de comprender los hechos históricos con una pizca de bondad. La historia es un dechado de maldad, y el siglo XX, como decía la canción, un cambalache; pero en ese cambalache que es la historia, en ocasiones, se precisa de bondad para hacer narración de ella. Porque qué más infierno que este mundo, qué más maldad que la del siglo XX. Jackson se ha adentrado en él, y no en vano ha escrito un libro delicioso, Civilización y Barbarie en el siglo XX. Los que gustan de leer en una mecedora, al pie de una chimenea, éstos son libros de interés, por su talante liberal. Hay dados a la historia que gustan de lucir palmito: esto es, de los que se han caído del guindo y se soplan el hombro. Y desde esa atalaya ven la maldad con el disfrute del sádico. Leerlos es siempre interesante, y ahí está JDJ con su formidable blog Historias de España para advertir que, efectivamente, no se ha caído de un guindo: goza de la superioridad del que sabe que esto es una porquería y que para puercos, el más puerco tiene la razón, que, por supuesto, son los suyos. Gabriel Jackson se encuentra en otra órbita, cercana a la liberal de izquierda. Esto es, de los que siguen subidos al guindo, mientras la tierra se hunde a sus pies. Y es de agradecer que haya algunos que escriban la historia a ese modo, con la sencillez del sabio, la bondad y la ternura para creer que algo bueno hay en el ser humano. El último libro que he leído de Jackson es una recopilación de ensayos sobre la siempre cadente historia española, y que, en su mayoría, fueron publicados en revistas norteamericanas de historia en la década de los 50, con algún que otro ensayo posterior a su obra más célebre, República y Guerra Civil Española. Entre ellos el que que efectúa acerca de las colectividades en la Guerra Civil Española, donde aún se le ve dolido de la crítica que Noam Chomsky hizo de él, cuando le espetó que, debido a su lugar dentro de la "historiografía burguesa", no había interpretado correctamente la Guerra Civil española. Todos sabemos, sin embargo, de las dificultades para "interpretar" correctamente la Guerra Civil española, actividad en la que ha trabajado Jackson toda su vida, sin encontrar, quizá, el reconocimiento que debiera, pese a ser la suya una de las obras de referencia. Posiblemente porque, pese a sus simpatías como liberal de izquierdas le imposibilitaba para un mayor sectarismo y, posiblemente, sufriendo el desdén de posturas como la de Chomsky, a la izquieda, u otras, a las derechas, en uno de los conflictos más sectarios y sucios que se conocen, sea tratado con el desdén de aquellos que, caídos del guindo si que la han "interpretado" como fué. Los ensayos son, en fín, los realizados con anterioridad a su obra de referencia junto con otros realizados con posterioridad. Se abre con un análisis de Joaquín Costa, y sus ideas de regeneración de España basada en recuperación de modelos históricos como el de los Reyes Católicos, así como el hincapié que hace sobre la política hidráulica . En régimen de Azaña en perspectiva (España, 1931-1933) es un breve ensayo que ya preludia lo que va a ser la parte de política republicana a su libro más conocido, a él se le añade el Frente Popular (1934-1937), que sirven para advertir cual es su "interpretación" de aquella época histórica por parte de Jackson. "Interpretación", añado, como no puede hacerse de otra manera para lo que son hechos históricos tan polémicos y de tan grave conflictividad social y política. Si en algo destaca no es, ni más ni menos, en el grado de sectarismo, o de honestidad, o de verdad, o de mentiras, o de simpatías que Jackson pueda tener (narradores de historia que se han caído de los guindos sectarios, deshonestos, mentirosos y antipáticos los hay a patadas). Es la amenidad y liberalidad con la que escribe, más allá de lo errado que se encuentre; por más herradura que otros lleven y por más tierra firme que pisen, una vez caídos de la atalaya y hayan descubierto la maldad, y puestos a la maldad, maldad con maldad: Para ellos la Guerra Civil española tendrá "la interpretación" más certera, seguramente, la suya. Que con su pan se lo coman. Interesante es su análisis sobre el origen del anarquismo español y la interpretación que hace de su arraigo en España asemejándolos al cristianismo primitivo y a Juan de Mariana, el cual consideraba que la propiedad era un robo. Unido a él por lugares no sencillos encuentro su último ensayo sobre "dos depuraciones de lealtad", donde compara la caza de brujas norteamericana con los procesos contra erasmistas celebrados en España. Creo que Gabriel Jackson atina, se acerca, vislumbra, entrevé... que es a lo más que podemos llegar quienes nos apasionamos por la historia de este país y que somos liberales de izquierda. Seguimos en el guindo subidos, con candidez humana -otros se cayeron- y con altivez nos tratan de cándidos. Sí, sí... cándidos somos. Nos aferramos al guindo del humanismo. Pero no por eso dejamos de saber quiénes son, en último término, quienes disponen en las cazas de brujas: los sectarios, los deshonestos, los mentirosos y los antipáticos. Y en esos bandos se encuentran quienes mejor han interpretado la Guerra Civil Española: esto es los hijos de puta de una y otra condición.

lunes, 29 de noviembre de 2010

The band. Música y Bourbon.



Martin Scorsese rodó una de las mejores películas, sino la mejor, sobre el rock, y que tituló The Last Waltz. La película significa una auténtica celebración y a la vez, un final: La música popular norteamericana, un estilo de vida, un tiempo que no volverá y una música inmortal. Scorsese se luce detrás de las cámaras, en lo que es mucho más que la grabación de un concierto de rock, al uso de Clips de vídeo posteriores. Hay en la película puesta en escena: un canto a la música, a un sentimiento, cual es la música popular. Bod Dylan, Eric Clapton, Joni Mitchell, Van Morrison, Neil Diamond, Emmylou Harris, Mudy Waters, The Straples, Ringo Star, Ron Wood, Dr. Jhon, Paul Buterfield van apareciendo en escena sucesivamente, subiendo la temperatura de la música, para tocar en el que va a ser el último concierto de "The Band", en una noche de rock,n,roll. Las cámaras se convierten en acompañantes, a la vez que conversa con los componentes de la banda, su historia, el tiempo que llevan en la carretera. Una de esas películas que se saborean con un vaso de Bourbon, mientras se disfruta de un estilo de vida, de un tiempo, de una moral...


miércoles, 24 de noviembre de 2010

Carta a los maestos: De Albert Camus a su maestro Germain Bernard



Sobre materia de educación precisaríamos un blog (Este es un humilde blog de humanidades). Hay también facultades enteras, con departamentos enteros, estudiando los problemas. Problemas que, en último término, son políticos. Sobre cómo hemos llegado a lo que hemos llegado no es otra cosa que cuestión de Poder. Como se sabe que el Poder está, entre otros muchos sitios, en la Educación, que ha hecho de ésta unos zorros. Cada cual tirando para su lado, con planes y políticas que son, y han sido, una barbaridad, complicando lo que debería ser mucho más sencillo. El magisterio no es más que un adulto aguijoneando la curiosidad de unos niños o de unos jóvenes. Puedo asegurar que yo he tenido maestros de esas características. Esas son las competencias que hay que buscar en su selección. Pero las cosas vienen mal dadas desde atrás, por circunstancias históricas y políticas; la educación infantil y primaria es la base de todo lo demás, y esa fase es deficitaria en recursos y "dignificación", palabro que está de moda. Quien no sepa que la educación parte de los maestros de infantil y primaria y que éstos son más importantes, o por lo menos iguales, que un catedrático de instituto o universidad, es que no tiene ni idea en qué consiste la educación. Creo que en mi blog voy a empezar a dar cera con esto de la educación, si me sigues, con agradecimiento y compañía, peripatéticamente, podemos llegar a conclusiones válidas. Los problemas y déficits de la educación media y universitaria es una cosas secular y que, al fin, depende mucho de que seamos autodidactos. Ya Baroja hablaba de aquellos males en el árbol de la ciencia. Pero ¿ quién no recuerda cuando, siendo niños, una maestra dulce nos cantaba canciones infantiles, nos ponía la cartilla... y quién no recuerda ese olor de lápices y ceras y plastilinas, y del tremendo amor de esas maestras y maestros?; antes de que ya la maldad ingénita haya llegado a nuestro ser de los ocho años para arriba. En homenaje a los maestros y maestras de infantil y primaria, de nuestros colegios públicos, pongo esta carta que Albert Camus escribió a su maestro, una vez que recibió el premio nobel. Así como un vídeo de la extraordinaria película "la lengua de las mariposas", con la canción de Patxi Andión, "El maestro".

Querido señor Germain:

París, 19 de noviembre de 1957.

Esperé a que se apagara un poco el ruido que me ha rodeado todos estos días antes de hablarle de todo corazón. He recibido un honor demasiado grande, que no he buscado ni pedido. Pero cuando supe la noticia, pensé primero en mi madre y después en usted. Sin usted, sin la mano afectuosa que tendió al niño pobre que era yo, sin su enseñanza y su ejemplo, no hubiese sucedido nada de todo esto. No es que dé demasiada importancia a un honor de este tipo.
Pero ofrece por lo menos la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí, y de corroborarle que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que usted puso en ello continuarán siempre vivos en uno de sus pequeños escolares, que, pese a los años, no ha dejado de ser su alumno agradecido.

Lo abrazo con todas mis fuerzas.


Albert Camus.



lunes, 22 de noviembre de 2010

La ruta del anarquismo en España



Seguir la ruta del anarquismo en España es una labor que debe ser una apasionante tarea para el historiador, pues constituye uno de los fenómenos sociales, políticos y de masas más extraordinarios y singulares de la historia española. Sobre cómo cuajó el anarquismo en España a modo de raíz y germinó como movimiento de masas es algo que éstos han tratado de dilucidar; y cómo en España se dio el caldo de cultivo para tal fenómeno concurriera. Por un lado nos encontramos en el ámbito de las ideas políticas de la España finisecular y, por otro, el cambio de siglo, el XX, que confluyen dos tensiones: por un lado "la modernidad", que con unos y otros atrasos, vaivenes, acciones y reacciones, deja su paso allende de los Pirineos. Por otro el Medioevo.

-------------------------------------------------------

Las campanas de los pueblos, la lentitud del tiempo, las calles de baldosas empedradas, barridas: agachadas, con traje negro, mujeres, escobas que rascan la piedra, pañuelos negros, caras agrias, surcos. Campesinos y campiñas, olivos lineales, mañanas frías, límpidas, luminosas, monasterios, monjes, se organizan, rezan, pasean, laboran, vuelven al refectorio. Estamos en Guadalupe. Desde el monasterio salen tres figuras de galas, colores vistosos bordados a mano en trabajo minucioso. Delante, un niño balancea el incensario. Las calles de piedras y barro y polvo son empinadas. Las tres figuras y el niño del incensario suben una cuesta. El sol se haya ya en su cénit. Los monjes laboran en las huertas; otros cantan; otros tejen. Se prepara el refectorio, se limpia, se colocan los platos. La sopa hierve en las cocinas. Advierto tres figuras del anarquismo. Uno es Yuste, que se para y dice: "La propiedad es el mal... en ella está basada la sociedad actual. Y puesto que a su vez la propiedad está basada en la fuerza y tiene su origen en la fuerza, nada más natural, nada más justo, nada más humano que destruir la propiedad". Los monjes acuden al refectorio, por la calle abajo vuelven los engalanados bordados de colores, con el niño que porta el incensario, con la cruz de plata alzada. Acaban de dar la extremaunción a un moribundo. Pronto será la tarde. No cabrá hablar del problema social: no lo hay. Un coche negro baja despacioso, ronroneando, levantando polvo por la carretera curvosa. Se detiene. Baja un señor bien vestido: traje, sombrero. Busca un lugar para comer y desplegar la merendola, paños, mantel de cuadros. Las calles están vacías, desiertas. No sabemos qué ocurre dentro de las casas. Las casas son pobres, son frías, de madera. Las paredes de barro y paja, los zaguanes húmedos, el aire denso, dulzón. En Madrid un grupo de milicianos espera el final. Se combate en las calles, se oyen tiros en varios lugares de la ciudad. Cerca, las trincheras: de ciudad universitaria a Carabanchel los soldados franquistas riegan las flores, barren el suelo, acomodan los parapetos, limpios e impolutos, mientras en el interior de la ciudad los tiroteos retumban. Una bala surca el aire. El frente está silencioso. Agustín Mijares está en la ciudad. Max Aub escribe el instante. Es de Granollers. "Nació en 1907, con trece años cometió su primer atentado. El mundo está formado por obreros y patronos, los patronos en combinación con la guardia civil matan a obreros a mansalva; estos se defienden como pueden. Como son más y tienen razón acabarán por vencer, no importa que caiga el que sea." Los anarquistas disparan a los socialistas, los socialistas, a los comunistas, los comunistas a los anarquistas. Mientras tanto, en el gramófono, en las trincheras de ciudad universitaria, suena un pasodoble. La vida monacal en Guadalupe sigue su curso. Los monjes rezan, los monjes pasean, los monjes laboran. Jesús ha dicho: sed buenos, sed pobres, sed sencillos. Puche añade: ! los hombres no son buenos, ni pobres, ni sencillos!. La 13 bandera de la legión está acuartelada en Tendilla, Guadalajara. Los hombres descansan, se afeitan, comen el rancho. La sangre corre por Madrid. Purche, el fraile, reza "Dios te salve María...". Los soldados suben las escaleras del edificio. El sonido de las botas tabletean sobre las escalera. Dos comunistas se hallan en medio de la calle, bañados en un charco de sangre. El pasodoble suena. Las patadas descerrajan la puerta de la redacción de la C.N.T. Desde el descansillo se oye el tiroteo. Un moro, tranquilamente, en su trinchera, reza mirando a la Meca.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Entrevista a Mario Vargas Llosa

Nostromo (13/10/10): Mario Vargas Llosa




http://www.rtve.es/television/nostromo/

En este vídeo se incluye una entrevista a Mario Vargas Llosa, autor de impresionantes novelas como "La ciudad y los perros" o "Conversaciones en la Catedral". Narrador de historias y analista sin igual, como señaló la academia Sueca, sobre las relaciones de Poder. Descubrí a Mario Vargas Llosa a través del estudio que realizó en la edición del IV centenario de "Don Quijote de la Mancha" de la Asociación de Academias de la Lengua Española, bajo el título "Una novela para el siglo XXI". En ese breve ensayo Vargas Llosa ofrece una interpretación magistral de la obra cervantina, donde analiza la ficción y la vida, la libertad del ser humano y las cualidades narrativas de la obra. El aspecto político de Vargas Llosa, como amante de la libertad, quizá pueda ser mal entendido por quienes desde el lado de la izquierda no lleguen a reflexionar profundamente sobre el contenido de ese valor que nos hace esencialmente humanos; una crítica simplista al "neoliberalismo" podría hacer caer en el mismo saco a todos aquellos que piensan en la libertad, o en lo "liberal". Vargas Llosa es un liberal a la antigua usanza, pero muy comprensivo de las realidades sociales y políticas de su tiempo. Es por ello un autor recomendable, aparte de por su literatura, por su reflexión acerca de la libertad. El Quijote es una novela de hombres libres, un canto a la libertad como ninguna otra obra de arte haya sido capaz de elaborar. Una obra imprescindible para entender el concepto de libertad que maneja Vargas Llosa. También mantengo, como señala en la entrevista, la necesidad de re-descubrimiento de Azorín, y de comprensión, tan difícil, de su obra, en tiempos como el de hoy, donde apenas se dispone de un minuto para contemplar un paisaje cambiante o en admirar el cambio moral o intelectual de un hombre. Como hace Vargas Llosa recomiendo recuperar a Azorín, uno de los más egregios y olvidados representantes de la literatura española. En Azorín se encuentra España, y no solo España, se encuentra el Hombre, el hombre aquejado de la soledad, la incertidumbre, el misterio de cuanto le rodea... del hombre que busca el porqué de sus existencia. Un romántico para después del romanticismo.

Dejo un enlace de Kabila, donde habla de Vargas Llosa, pese a las antípodas ideológicas. Creo que el valor de la libertad que defiende Vargas Llosa es perfectamente compatible con el valor de la libertad que se defiende desde posiciones de la izquierda: a fin de cuentas, es la libertad la madre del cordero, el fin último, el lugar donde los hombres se hacen hombres. La reflexión sobre la libertad es el lugar de la emancipación, y el pensamiento que dirige la acción: pero como me dijo un compañero en la Universidad: "las utopías o se las monta uno mismo, o si no: lo llevas clarinete". http://rafa-almazan.blogspot.com/2010/10/vargas-llosa-nobel-de-literatura.html

viernes, 19 de noviembre de 2010

Castoriadis: Socialismo o barbarie



Parte I y II

Este es un vídeo sobre Castoriadis y su filosofía, como crítico del marxismo dogmático y heredero del estructuralismo.Con una filosofía que es importante retomar en estos periodos de la historia complejos, como son todos los periodos. En un primer momento de la entrevista habla de la "evolución de la historia" y cómo ésta se produce, sus determinaciones y sus etapas. Castoriadis plantea el fracaso del marxismo como forma de interpretación de la realidad y, por tanto, de la historia. Básicamente llega a dicha conclusión por análisis de antropología cultural, veámoslo: Hay millares de sociedades diferentes, una gran variedad de estructuras culturales, a las que no se les puede aplicar el análisis marxista de la historia. Análisis caracterizado, añadimos aquí, por ser etnocéntrico: nació en Europa, en un momento concreto de la historia europea. No tuvo en cuenta la variedad de culturas que hay en el mundo: solo se fijó en la realidad histórica de occidente y, en especial, en las relaciones de produción y el trabajo alienado. El descubrimiento del "estructuralismo, interpretación de los fenómenos sociales como estructuras, con sus variables estáticas y dinámicas, axiológicas (valores), asestó un duro golpe, desde el punto de vista filosófico, al marxismo junto con el fracaso de las sociedades denominadas como socialistas, que fracasaron como lugar para la obtención de la felicidad humana genérica. En especial porque durante la década de los 60 se comenzaron a conocer, en el bloque capitalista, los crímenes del estalinismo. Veámos algunos conceptos: Castoriadis habla del "imaginario social" que no es otra cosa que el sistema de creencias que cada sociedad tiene, y que ha sido estudiado en la antropología cultural, ramas relativamente recientes dentro de la historia del pensamiento. Por lo tanto vemos aquí la influencia de la etnología (el estudio de las culturas, los ritos y las creencias) en el pensamiento filosófico. Castoriadis plantea que el concepto de "superestructura", importantísimo para el marxismo, es un concepto creado en la sociedad moderna y para explicar la sociedad moderna. Sin embargo, cada sociedad se construye así misma: eso lo denomina "imaginario instituyente". Por tanto podemos ir infiriendo que es lo que entiende Castoriadis por imaginario: lenguaje, leyes, normas, valores, creencias religiosas, instituciones; y que eso es creado por un "imaginario colectivo", que instituye, y que lleva a dar importancia a unos determinados elementos hacia los que se deriva el esfuerzo colectivo. Ahora bien, frente a lo colectivo (1), define a lo humano (2): lo humano es una psiqué, con toda su complejidad. El nexo de unión entre la psiqué, que en el principio es una mónada - que es como decir una nada. Un bebé es una nada, para que nos entendamos-, se une a lo colectivo, a "lo imaginario social", a través de "la socialización". Aquí vemos, una vez más, la influencia de la sociología, ciencia social relativamente nueva, a la filosofía. Aquí entramos en una de las partes más bellas de la entrevista, y que tiene que ver con el psicoanálisis: "Existe siempre, hasta cuando somos adultos, un rincón profundo de nosotros que subsiste, en el cual estamos solo y, a la vez, centro del mundo. Que se resiste a la socialización". Y esto crea al individuo: una psique socializada que eventualmente altera a la sociedad: Realmente la Historia es, para Castoriadis eso. Pero en ello intervienen, como vemos, elementos sociológicos de cambio social. Es, en definitiva, una explicación del cambio social y de su determinismo por variables diferentes a las que la doctrina marxista elabora...

Parte II y III

Continúa, posteriormente, hablando de las instituciones. Por instituciones entiende creaciones sociales que sancionan, o apartan, a quienes no participan de la misma. Ejemplifica al monoteísmo de las religiones judaica, cristiana o islámica la institución de Dios, con un significado central: "El Dios, un solo Dios, el único Dios verdadero". En ellas, en esas sociedades, Dios se constituye en el "creador" de las normas sociales. Una idea que nos traslada, o construye, es la del "imaginario singular", que siempre es creativo. Lo interesante de esto es que las instituciones juegan a un nivel del "ser" que se convierte en "causas de las cosas". No olvidemos que Castoriadis está intentando explicar el cambio de las cosas, los porqués de la historia, y las causas de los acontecimientos. Explicando que hay valores a los que se subordinan otros: los denomina causas originarias o irreductibles. "La creación" de los cambios históricos, por ejemplo de la Revolución francesa, es un nivel que crea nuevas sociedades: son "creaciones del ser". Castoriadis entra de lleno en un problema filosófico: una nueva forma de pensar el ser, diferente al de la tradición filosófica. Y es en el cambio social histórico (colectivo) y psíquico (individual) donde no todo está determinado, que tiene un aspecto de "creación". Fijémonos, es una explicación mía, en las sociedades teocráticas, que nacen de la explicación de "el ser" tradicional, donde todos los predicados están determinados: no hay cambios. Ahora bien, hay "cambios" determinados: ese es el nivel de la creación. Vuelvo a repetir: son "creaciones del ser". En la explicación determinista del ser es como la lógica de la teoría de conjuntos, por eso la llama "lógica conjuntista-identitaria". Si se me permite un excurso es la teoría matemáticas de las funciones. En cambio lo que nos encontramos es otra cosa ¿Como puede ser el ser Caos y Cosmos a la vez?. Como hemos visto porque hay dos dimensiones del ser: "el determinado", por la lógica matemática conjuntista y, un segundo nivel, el de "la creación", que no puede ser reducida a la dimensión lógica. Y llegamos aquí a un punto filosófico importante: 1) "el ser" tiene una doble dimensión: determinada, por un lado, y creativa, por otro. 2) Al existir la dimensión "creativa" se le añade la dimensión "tiempo". 3) "el ser" cambia, porque hay creación en él, y esto lo hace en un lugar en "el tiempo". Esto lo explica con esta frase: "el ser es tiempo porque el ser es creación". Esta es la explicación del "cambio histórico". Con todo esto estamos de lleno en toda la filosofía del siglo XX: "Ser y Tiempo", por ejemplo, y la filosofía de Bergson. Pero el concepto de tiempo es un concepto diferente al de Bergson, el tiempo repetitivo. Se refiere al cambio en el ser debido a una creación. La música es creación: tiene unas fórmulas matemáticas, unas relaciones conjuntivas, pero en determinado momento, Beethoven escribe la novena sinfonía, que es pura creación. Así, hay una música "antes" de la 9ª sinfonía y una música "después" de ella. Pues bien entramos ya en el punto al que quería llegar: el mundo en el que vivimos. Y que tiene que ver con todo lo que hemos hablado: ¿Cómo hemos llegado a donde estamos? Una expansión indefinida de las fuerzas productivas y del consumo. Junto a ello nos encontramos con la idea de dominio. Un dominio que se considera racional: Es el momento actual del capitalismo y la idea fundamental de este tiempo. ¿Cómo ha llegado a formarse esta idea? Todo comienza desde Descartes y Leibniz. Descartes dice: "conocer para convertirse en amos y señores de la naturaleza". Frase que es un absurdo. Leibniv dice que el mundo es todo un cálculo de optimización matemático realizado por Dios. Pero anteriormente hay todo un intento de racionalizar. Esto es "emerge" surge una nueva forma social, histórica, política, debido a la racionalización en determinado momento, es el "mundo moderno" y con ello "el capitalismo", y lo que es a mi juico más importante: la emergencia de las relaciones sociales de trabajo: el trabajo del obrero. Se "crea" una nueva realidad, "un cambio", donde la característica es el dominio racional. Pero la naturaleza se resiste y el hombre hasta cierto punto también.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

España Berlanguiana





Por más que nos empeñemos, la mirada de Berlanga, o la de El Jueves, quizá sea la mejor reflexión filosófica sobre este país, que en lo de charanga y pandereta se queda corto. Descanse señor Berlanga.

martes, 16 de noviembre de 2010

Historia de Alcalá de Henares: EL INCENDIO Y DESTRUCCIÓN DEL ARCHIVO GENERAL CENTRAL (PALACIO ARZOBISPAL) EL 12 DE AGOSTO DE 1939


Fotografía: Daniel Rodríguez Calvo

Desde la lejanía de mi tierra alcalaína, recuerdo cuando, siendo estudiante de bachillerato, asistí a la representación de "las Troyanas", que con éxito había dirigido el profesor de literatura de 3º, recibiendo importantes premios. Entonces yo no sabía que en aquel espacio, y aquellos arcos, eran los del patio de Fonseca. Hoy, con lágrimas en los ojos recuerdo aquella representación, y cobra sentido.... Ahora comprendo el porqué se decidió representar allí. Fueron muchas las tragedias que asolaron la ciudad de Alcalá de Henares durante la Guerra Civil Española. Aparte de las humanas, que fueron muchas, se añaden los destrozos en el patrimonio artístico. La Iglesia Magistral, cuya techumbre quedó desplomada después del incendio del 21 de julio de 1936, dejó una escombrera sobre la tumba del cardenal Cisneros. La casi total destrucción del patio trilingüe tras los bombardeos rebeldes de 1937 o la destrucción por el incendio del 29 de julio de Santa María la Mayor, son alguno de los ejemplos. Sin duda el aspecto de la ciudad hubo de ser desolador. Sin embargo hay un acontecimiento no del todo esclarecido, como fue el incendio de la joya arquitectónica más importante que tenía la ciudad: el Palacio Arzobispal. Un pérdida tremenda difícilmente explicable, no tanto por el incendio mismo, como por la posterior gestión que las autoridades hicieron de las ruinas. Los incendios de las Iglesias fue responsabilidad de las columnas de Puigdendolas, una vez rechazado el golpe que los oficiales insubordinados a sus superiores - el teniente coronel Mariano Monterde, comandante militar de la plaza resultó muerto a disparos y rematado en el suelo por sus oficiales subordinados- han efectuado el día 20 de Julio . Otros muchos destrozos graves fueron consecuencia de los bombardeos a la ciudad por parte de la aviación, con casi un centenar de ataques, que solo en población civil se llevaron 70 vecinos, y que no dejaron calle ni plaza sin su respectivo destrozo, causando un daño irrecuperable al patrimonio artístico alcalaíno . Uno de los edificios peor parados fue el patio trilingüe, actual hostería del estudiante, que quedó destruido en casi su totalidad. Sin embargo la labor de recuperación de todos estos edificios ha sido, tras largos años, y esperas, posible. Lo que no ha sido posible recuperar ha sido el palacio Arzobispal. Este ha sido uno de los grandes dramas, junto a los humanos, que conmocionan a todo alcalaíno que que, una y otra vez, imagina el palacio en su sitio y como debió ser. El drama acrece cuando vemos las fotografías que se realizaron entre 1915 y 1920 por el fotógrafo Mariano Moreno y las comparamos con las que fueron tomadas después del incendio, acaecido el 12 de agosto de 1939. Pocos meses después de que las tropas franquistas hubieron tomado el gobierno de la ciudad. El edificio había quedado reducido a escombros tras el incendio, pero no menos que otros a los que hemos hecho referencia. De hecho las fotografías nos muestran el patio de Fonseca, con la escalera de Covarrubias, o la fachada del Ave María en un estado de destrucción similar a la fachada principal del edificio, reconstruida a finales del siglo XX. En 1947 una fotografía del diario Alcalá nos muestra el torreón mudéjar, del que hoy aún quedan restos, con el estado de patio de Fonseca. Una mezcla de emoción, de ira, de alcalaíno, me subleva. Aparte del descuido con que las nuevas autoridades custodiaron el edificio, acusando del incendio a unos niños que juagaban en el patio de armas, al ver que todas aquellas ruinas podían haber sido recuperadas en parte se une que aquellas autoridades, precisamente, por querer esconder la responsabilidad del incendio, dando poca publicidad del mismo, desinformando de las investigaciones de los mismos, no publicando la catástrofe acaecida del edificio que estaba a su cargo en ninguna prensa nacional (El palacio arzobispal era el edificio renacentista más importante habido en España, monumento nacional a la altura de los más importantes, conviene recordarlo) se sitúa otro hecho más nefasto aún: la gestión de las ruinas nos ha impedido su recuperación, posible en algunos porcentajes importantes, habida cuenta de las fotografías y planos disponibles del edificio. Los destrozos del patrimonio artístico alcalaíno durante la contienda bélica son espeluznantes, donde solo imaginar como hubiera sido Alcalá ya causa desazón: la Guerra Civil le tocó de pleno como a la que más de las ciudades históricas españolas (Los bombardeos se espaciaron durante casi los tres años), y gracias a la Junta de Incautación y Protección del Tesoro, el desastre podría haber sido peor. Inexplicable, si es que algo de todo aquello puede tener explicación, es lo del incendio del Palacio Arzobispal, una vez terminada la Guerra, donde se dejan quemar no solo el edificio sino los archivos de importancia suma para entender la historia española que el edificio albergaba. Como dice José María San Luciano, en un libro de los más importantes realizados hasta la fecha sobre el asunto: "Para desgracia de España y de esta ciudad la dejadez, desidia, desinterés y falta de vigilancia apropiada por parte del Ejercito, que tenía la total responsabilidad del edificio, convertido en cuartel, propiciaron un desastre cuyas circunstancias no han sido investigadas hasta la fecha". Que las autoridades franquistas buscaran un chivo expiatorio que les evitase de sus responsabilidades tenían un motivo claro: En Ginebra se exhibían los tesoros artísticos españoles expatriados y consignados en la Sociedad de Naciones, que tenía su custodia, en la protección que de ellos hizo el gobierno de Valencia. Que el gobierno franquista se hubiera dejado quemar uno de los edificios más importantes del renacimiento español podrían haber sido utilizado como propaganda para que éstos no hubieran sido devueltos. Para el nuevo régimen aquellas ruinas representaban una vergüenza, por eso desmantelaron las ruinas y nos han impedido su recuperación.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Educación pública, una labor fundamental para la democracia


Creo que no son necesarios comentarios sobre este excepcional vídeo realizado en un colegio público y la tremenda labor que maestros y profesionales de la educación realizan día a día en la enseñanza pública española. Funcionarios de carrera que han de pasar duras pruebas para acceder al puesto, de tal forma que, posteriormente, les permiten realizar su trabajo en régimen de libertad ideológica. Juventud, esfuerzo, optimismo y alegría son algunos de los elementos que, cada día, pueblan los espacios de la educación pública. Pleno sometimiento a las leyes y organización democrática de la actividad educativa, con consejos escolares, claustros, así como de especialistas que atienden a la diversidad, a las necesidades educativas especiales... pero aún así, debemos comentar este ejemplo de alegría y optimismo que nos han ofrecido en este colegio público.

sábado, 13 de noviembre de 2010

VISITA A ALCALÁ DE HENARES, MODELO DE CIUDAD UNIVERSITARIA Y CUNA DEL ERASMISMO ESPAÑOL































Alcalá de Henares se constituyó en el siglo XVI en el lugar central del erasmismo español. Fue la imprenta complutense la que tiró más ejemplares de los libros del humanista. Esencialmente, la obra de Erasmo es un brutal monumento literario a la cultura del renacimiento, donde atacó implacablemente la vida conventual y monacal, el clero ignorante y dañino, el fariseísmo en las observancia de las reglas y las ceremonias, junto con un aborrecimiento por la vida frailuna significada como una falsa vida religiosa . El "elogio a la locura" se constituye en uno de los ensayos más brillantes e irónicos de la historia de las letras, por su ataque al papado, a los jerarcas, a los teólogos escolásticos y a las expresiones de la vida y la piedad popular. Frente ello presentó un cristianismo humanista y brillante, con un componente cultural imponente, una sabiduría clásica y latina, cuyo centro son las enseñanzas de Cristo y su ejemplo moral. Alcalá de Henares pugnan en sus edificaciones un conflicto teológico que teñirá de sangre las losas del suelo patrio: el colegio mayor de San Idelfonso, con todos sus colegios y facultades anejos, a un lado, que representa al Renacimiento. Las órdenes religiosas, al otro, que durante el siglo XVII, y después de Trento, tratan de ganar espacio público en la vía, imponiendo cúpulas y espadones que permitan multiplicar el número de perspectivas. De ese modo se construye el entorno urbano de Alcalá de Henares, en un conflicto teológico: Renacimiento-Barroco; que en España significará una pugna que desgajará en dos el país. El erasmismo fue causa de agrias polémicas entre pro-erasmistas y anti-erasmistas que tuvieron sus disputas más interesantes en el entorno universitario complutense. De ahí se irradió por toda la península, convirtiéndose en una de las más interesantes muestras de debate intelectual ocurrido en el suelo patrio. Pero la historia es larga de contar. Por ahora disfruten de estas fotografías e imaginen cómo se desarrolló la vida estudiantil y académica entre los muros de "la ciudad universitaria" modelo primero de ciudad para los estudios. 1.- Las generales, situadas en el Patio Mayor de las Escuelas, el patio trilingue, para el estudio del latin, griego y hebreo. 2.- La plaza del mercado, hoy llamada de Cervantes, dónde sobresalen las cúpulas y espadones del colegio de Málaga y trinitarios; 3.- el monasterio de San Bernardo, como unas muestra de las inumerables edificaciones monacales, claustrales, que pueblan la ciudad, en un espacio conventual total característico del barroco. 4.- La cara Oeste del Palacio Arzobispal, donde, en su día, se encontraba el salón de concilios 5.- Las murallas que circundaban la ciudad en toda su amplitud.











miércoles, 10 de noviembre de 2010

Contra Arturo Pérez Reverte y la manipulación histórica

Fíjense en 0.52 !Banderas rojigualdas en el 2 de Mayo!...
Artículo criticado: http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/546/la-carga-de-los-tres-reyes/
Me parece ver e que es cierto que Reverte ha escrito esa soplapollez, aunque no me extrañaría, porque el tipo desbarra una jartá. Y eso que me gustó "territorio comanche". Ya me imagino cuales fueron sus enchufes para meterse en la TVE, donde imperaban unos cuantos nombres de sobra conocidos por ser fieles servidores a la camisa azul, el yugo, las flechas y el bigotillo ese recortado, que cuando jóvenes parecía chulesco, pero cuando mayores no son otra cosa que de viejo chocho. Eran aquellos tiempos, y aquella TV, de cuando el sector duro, los reformistas y los cambia chaquetas. De la azul a la demócrata. De todas formas, el problema de Pérez Reverte son muchos y variados. Uno de ellos que se educó en pleno franquismo, escuchando historias de buenos y malos, de rojos y de falangistas. A la vez que leía a Dumas, a Julios Verne y Salgaris, eran los tiempos de hazañas Bélicas, Alcázares, pedrínes, flechas y pelayos. Así que de todo ello, ha salido un buen escritor, a la vez que majadero. Otro de los problemas que tiene es que es periodista, más que otra cosa, con ínfulas de aventurero, de Errol Flin, chulesco : por tanto, cree saber más que nadie sobre los humano, sobre lo divino y sobre lo patrio. Yo creo que el ser miembro de la academia le han entrado ínfulas de intelectual, pero el pobre es un ignorante supino de literatura española y de historia y de otras materias, por más que se le antoje que los españoles somos incultos. Como si no hubiéramos sufrido la espada sobre la cabeza, la incuria, las hambres, el ostracismo, la mentira, los rencores, las envidias y el miedo en esta España cortijera. Azorín, Ortega, Unamuno, Max Aub, Ayala, Goytisolo, Machado, Montalbán, Valera, Galdós, Baroja y otros: !pero que se cree el tío, si no les llega a la suela de las zapatillas calientes!. En la vida hubieran escrito ninguno de ellos un texto en el que se condensa tanta ignorancia sobre lo que este país es y ha sido. Otro problema que tiene es que de Historia no tiene ni pajolera idea, y bien pudiera leerse algún tomo de "Historia Universal" de algún autor como Roberts, por ejemplo, en vez de tanta historia surgida durante los anales, por ano, de la Universidad franquista y la versión reaccionaria del siglo XIX de lo que el pasado fue. para que nos salga con las Navas de Tolosa y aquellas historias que él estudiaba siendo niño y mozo, al calor de historias de hombres valientes y chulescos que hicieron una guerra y la ganaron. Creé él que aquella educación recibida fue la mejor que humano hubiera recibido. Al fin y al cabo, ha dado resultado un escritor como él: un escritor de espadachines, literatura infantil, aventureros sin escrúpulos, cínicos, navegantes, muy hombrunos, e historias apasionantes; sí, pero que más le valiera callar, y escribir con menos altanería, chulería, altivez de falangista, simplemente por un motivo: por amor a la literatura patria. Aquí no necesitamos tantas historias de moros y cristianos, sangre y degüellos, boinas rojas, y banderas de aspas, teniendo azorínes que describieron el caserón vejancón, Barojas y sus auroras rojas, Zalacaínes y Avinaretas, y sus guerras carlistas, Unamunos, Larras, Valeras, Clarínes y Blascos Ibáñez. O esas larga literaturas del exilio, del exilio interior y el exilio exterior. Esos laberintos mágicos para que nos salga ahora con Rojos, Negros y Arévalos. ¿Pero él? ¿Quién es él para salir ahora con esas historias, que dice, se contaban en la escuela que él recuerda, que no es otra que la nacionalcatólica. Muy ducha ella aquellos en la versión historiográfica en "la Reconquista", en "Felipe II" y en las revoluciones carpetovetónicas contra el invasor francés, que de liberales y nacionales tenían lo que una alpargata sansoncarrasqueña o de cura trabucoide, muy docto y graduado en Sigüenza. En Historia son todos ellos como el Garci lo es en cine. El mismo que ya nos pinta la rojigualda de los balcones matritenses del dos de Mayo, como si fueran balcones provincianos en plaza durante Semana Santa. Y que recuerdan, más que a la sublevación contra los Mamelucos - donde no ondean banderas ni estandartes -, a los funestos días de la Semana Santa de 1937: que es donde de verdad viene la costumbre de colocar la bicolor. En los días turbios dónde los señores católicos de las derechas autónomas, bien vestidos, y las mantillas para las señoras, la gente de bien, rezaban beatamente, sin importarles que cerca del matón de los abigarres, por ejemplo, yacía el Alcalde del Piorno, asesinado impunemente por ser admirador de Azaña. Ya sé que estos historiadores de la reconquista, la ideología nacionalcatólica, que como he dicho es donde mejor se medraba en la corrupta universidad española para después de la Victoria, son muchos y variados - con importante excepciones -. No gusta de la historiografía como la de Gabriel Jackson, y su introducción a la España Medieval, o la Tuñón de Lara, por poner el caso, aborrecida por la muy patriótica y ortodoxa. Esta última que se gestó en el exilio, y con un margen de libertades mucho más amplio, y sin necesidades de lamer el culo a gerifaltes del régimen para ganarse la cátedra. clientela, que es lo que era la Universidad española, dónde gestó esa bazofia de Historia de España que se lee el Reverte, junto con la que elaboraron otros muchos germanófilos, que daban vítores por la futura conquista de Francia, la patria del iluminismo y la masonería, por los muy católicos emperadores de la Entente. Solo un majadero podría creerse que España ya existía en los tiempos de "la Reconquista". O como decía Ortega: una reconquista de seis siglos no es una reconquista. Pero España está llena de majaderos y de hijos de la grandísima puta. Pero el texto el bonito: parecen los reyes como BraveHeart, gritando libertad, antes y después de las batallas. Esa libertad que nos han negado a los españoles todos, salvo en pequeños, o ínfimos, lapsos. Pero no escribamos ahora de polémicas a lo Albornoz-Castro. Con Llamar majadero al que lo merece basta. Así que no me saque las Navas de Tolosa, ni que la Virgen del Pilar no quería ser francesa.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Por qué no soy cristiano. Bertrand Russell. Con un excurso sobre Ratzinger



Bertrand Russell fue uno de los grandes filósofos del siglo XX. Hacer esta afirmación con tal rotundidad puede, al menos, parecer pretencioso, máxime cuando ha habido otras figuras creadoras de filosofía muy robustas, como son Heidegger, Wittgenstein o Sartre. Posiblemente, como creador filosófico no llegue a la altura de esos tres. Pero el filósofo no es tan solo el creador de filosofía: es aquél que vive filosóficamente, sabiamente. Y Russell es un firme ejemplo de ello. Por qué no soy cristiano es uno de esos libros que se leen con delectación tanto por el lector especializado como por el que no lo es, debido a la amenidad de su prosa, la claridad de sus ideas y el estilo. Transitar por el Russell divulgador es transitar por el placer que ofrece la buena vida. Un sillón, una chimenea, un vaso de Whiskey, Jazz y Bertrand Russell, mientras se disfruta del debate que mantiene con el padre Copleston sobre la Existencia de Dios en la lectura que estoy refiriendo. Este libro consta de una recopilación de ensayos que trata sobre los argumentos ofrecido por las religiones, en especial por la religión cristiana, y la oposición que a tales argumentos la filosofía efectúa, además de otras materias relacionadas con la libertad, con la intolerancia o la ética sexual. El libro constituye un ameno ejemplo de fácil lectura sobre librepensamiento, así como de las fuerzas contrarias al mismo. En él aparece como apéndice un somero resumen sobre como Bertrand Russell, ya reconocido como una de las grandes figuras intelectuales mundiales, es vetado para ofrecer sus clases en la Universidad de Nueva York. El veto es planteado por poderosos grupos de presión de la ciudad, como es la iglesia episcopal protestante, que inician un campaña execrable contra Russell, tratando de evitar su presencia como profesor de filosofía. Bajo la admonición de que pervertía a la juventud y que se constituía en propagandista contario a la religión y a la moral es sometido a juicio público, ante la multitud que poco sabía que Russell había desmontado la lógica aristotélica y de que había intentado con éxito, siendo uno de sus epígonos, una de las más dificultosas materias filosóficas: la fundamentación lógica de las matemáticas. El retrato sobre como la prensa, las instituciones, organizaciones religiosas fustigan a Russell, mostrando un desconocimiento total sobre su obra, son un ejemplo claro de la iniquidad a la que las religiones pueden llegar con su intransigencia. De tal forma que se adentra en todos los intersticios del Estado, hasta en la judicatura, para evitar que Russell pudiera dar clase en la Universidad de Nueva York, acusado de indecencia moral y de pervertir a los jóvenes. Pocos años después Lord Bertrand Russell recibía la Orden del Mérito de su país y fue galardonado con premio Nobel de Literatura. Aparte del ejemplo de la intransigencia religiosa mostrada con él, el libro reseñado muestra la frescura, gracejo y vigor intelectual de sus conferencias y escritos. En ellos habla con un entretenimiento pasmoso sobre la vida buena, las religiones, el Poder, Dios, la Muerte, el conocimiento, el escepticismo, la felicidad, el relativismo, la benevolencia, educación. Muchos se han empeñado en considerar la filosofía como aburrida construcción teórica donde unos determinados maestros profesionales enseñan densos sistemas abstractos. Sin embargo, eso no es así. Russell, por ejemplo, es una muestra de todo lo contrario. He de reconocer que Bertrand Russell es, aunque no sé si viene a cuento, santo de mi devoción, un santo laico, por supuesto; dentro de la órbita de aquellos intelectuales que además de sabios son divertidos y con buen humor, tales como Voltaire o Erasmo de Rotterdam. El libro es interesante ahora que Ratzinger, el Jefe de la Iglesia romana, ha pisado suelo patrio, haciendo bandería contra el laicismo militante o radical que, en su opinión, acaece en Europa y que, en España,- bastión de la Contrarreforma, del nacionalcatolicismo, la evangelización del nuevo mundo, la reconquista, las cruzadas, la Inquisición, del cura Merino, del cura Santa Cruz y los requetés, no lo olvidemos- precisa recuperar como plaza. Y que, convenientemente asesorado, lanza mensajes a futuros líderes políticos bienaventurados en las encuestas, dictándoles, como ahora se dice, la hoja de ruta. Es, como digo, de lectura confortable éste volumen de Russell, ante tanta información y contra-información sobre la visita del Papa, reafirmándome, como él, en porqué no soy cristiano. Es sabido que Ratzinger se hizo profundamente religioso una vez pasada su experiencia en las juventudes hitlerianas, achacando a las doctrinas ateas, nazismo y comunismo, las barbaries desarrolladas durante aquella funesta década; "¿Pueden las religiones curar nuestros males?" Así se lo plantea Russell y la conclusión a la que llega es que no. Ahora solo queda comparar el vigor intelectual de un Bertrand Russell y un Benedicto XVI. Cada cuál, que adopte su opción, y aquí paz, y, para quien crea, después Gloria. Solo para finalizar, estas palabras: "La falta de inteligencia no salvará al mundo. Sólo una inteligencia mayor y más sabia puede hacer más feliz al mundo". Un vaso de Whiskey, una chimenea, un disco de Jazz y un libro de Bertrand Russell, un niño jugando en la alfombra -en mi caso-, una compañero/a con quien compartir el periplo vital, una renta sosegada, para no ser esclavo de nadie. Todo lo demás son gaitas.
.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Manuel Azaña. Discursos políticos y Ensayos (Lecturas)


Si desentrañar la política republicana es una pasión, este libro se constituye en fundamental. En él se recogen los discursos políticos del que fuera Jefe del Gobierno y, posteriormente, Presidente: El alcalaíno Manuel Azaña. La antología la realiza Federico Jiménez Losantos, personaje conocido tiempo después por ser locutor radiofónico un tanto controvertido. El prólogo, que debió ser escrito en un época de descubrimiento - por parte de la derecha española del político complutense-, advierte del patriotismo y el nacionalismo de Manuel Azaña: Vázquez Montalbán nos recuerda, en su libro la Aznaridad, como José María Aznar, en esa fase donde parecía querer olvidar la camisa azul de sus años mozos en la UCM, decía admirar y leer a Manuel Azaña. No sé si fue Losantos quien le recomendó la lectura en ese giro a lo liberal que quería dar la antigua Alianza Popular de orígenes franquistas. Como si el vuelo de la gaviota fuera algo más que en realidad no fue: todo un cambio ideológico. Sin embargo, en el propio prólogo, que parece comedido, finaliza desbarrando, atacando a los nacionalismos que no enarbolan la bandera española monárquica y, !agárrense!, poniendo como ejemplo el nacionalismo azañista como ejemplo de españolidad. Señor Losantos: el nacionalismo de Azaña no era precisamente el representado por esa bandera que los nacionalismos periféricos tampoco quieren enarbolar. El giro a lo liberal suele ser difícil cuando la camisa azul sigue oliendo por las axilas. En el libro se recogen, como digo, aquellos discursos más célebres del político y, por ello, aparte de su calidad literaria, que es excepcional, sirven para conocer cuál era la interpretación de los hechos políticos más importante de aquellos años, vistos a la luz de un personaje tan excepcional como denostado y desconocido. Los Ensayos también antologados son de una calidad impactante, en especial el que a mi parecer es una de las piezas literarias más impresionantes que he leído: "Tres generaciones del Ateneo". Pieza fundamental para entender como aquel intelectual, nacido de la sociedad civil, pudo llegar a las cotas políticas a las que llegó. Y es que yo creo que lo que hace que Azaña tuviera, y aún tiene, tan mala prensa por todos sus enemigos políticos es por un solo motivo: la inmensidad política de su figura. El político medio español, presente y pasado, queda a la altura del ridículo en su comparanza. Por ello no conviene dar pábulo a tan vesánica figura, no vaya a ser que se descubran las vergüenzas de tan ínfimos representante como pululan, por ser chicle en zapato de alcalaíno. Algunos no tienen reparo en reconocer que lo han leído, como en reparo tampoco tienen en decir que hablaban catalán en la intimidad. Si es cierto el sectarismo de Azaña -era un demócrata radical y un tantico soberbio - no menos cierto es que su talento era tremendo, tanto en el gobierno, mediante las leyes, como en las razones, esto es, en el discurso. Manuel Azaña gobernaba con leyes y razones, de tal modo que un régimen parlamentario, formado por coaliciones de minoría, se sintiése como pez en el agua. De ahí el conocido discurso para la aprobación del art. 26, donde consiguió, de golpe, dar impulso al texto constitucional al conseguir el punto intermedio entre socialistas y lerroxistas. Los discursos políticos dichos desde el gobierno son actos de gobierno. La clave de su habilidad discursiva - el mismo la señala- es como la emoción política. ¿Cuál es esa emoción política que bulle en sus venas? El problema de España. Tan típico de las generaciones del 98, pero que en un integrante de la generación del 17, como lo es Azaña, se plantea con la actitud de búsqueda de solución, de acción. Si la solución no es el preludio de la tragedia. Y la solución planteada por Azaña es la del liberalismo, largamente postergado. Un liberalismo que significaba gobierno de la sociedad civil; un liberalismo que implicaba la libertad del otro como única garantía de la libertad todos. El pirncipio moral de la "autonomía de la voluntad" ilustrada, tan poco, como mal comprendida, por los creadores de la moral teológica. Un castellano claro, preciso, de una sencillez superlativa, con un léxico apabullante, sin barroquismos, que hacía que todo español entendiese perfectamente que era lo que decía, hace que Manuel Azaña traspasase las fronteras de la ideología, que fuese admirado con independencia de partido -siempre de izquierda-, por parte del que le escuchaba. En sus discursos se trasluce una clara observación de los problemas y de la realidad, un conocimiento reflexivo sobre el pasado y un genio político tal que trasformaba las razones en acción política. SI algo le perdía era su radicalismo democrático, y una emoción tal por la revolución liberal, que en el XIX no pudo ser. Y si no pudo ser en el XIX tenía motivos de no ser: ni en el XIX ni en el XX. Estaba presente: Y si era claro que las órdenes religiosas hubieron de ser el freno, no menos lo iban a ser después. Ortega, cuyo conocimiento de la España parece muy por debajo del de Azaña, habló de las pólvoras que llevaba la constitución de 1931. Y llevaba razón. Si la España invertebrada es una divagación, que como nos recuerda Orwell, no sabe a dónde nos lleva este "espíritu elevado" que es el señor Ortega, los discursos y ensayos de Azaña contenían un certero y claro análisis; pero mucho más aún: sus discursos presentan una fina ironía erasmista que Azaña conocía muy bien. No en vano su padre, Esteban Azaña, había historiado la más de las erasmistas ciudades españolas. La ciudad natal de Azaña. El sectarismo radical democrático, la ironía erasmista, la precisión soberbia de un castellano hablado y escrito de modo difícilmente superable serían imperdonables por parte de sus enemigos. Sobre todo porque con esas armas quería coger el Estado y "triturar" el caciquismo de la faz Española. Acorralado por izquierdas y derechas intransigentes, Azaña sentía la emoción política en su seno: y esa emoción era del pueblo español. Un pueblo sojuzgado secularmente por cuatro caciques de pueblo que amañaban las elecciones. De tal forma que España era una ficción política. Dominada por el cura, el médico, el boticario y el alcalde - "los amos", que forman bandería políticas basadas en las clientelas- subvirtiendo un orden liberal, que nunca fue, y que rodeaba la Europa del XIX, con las nuevas y viejas nacionalidades que se iban gestando. Y que en España significo un pacto pacato entre dos Españas que no representaban otra cosa que la ficción de la Restauración. En 1923 escribe Azaña un irónico artículo: caciquismo y democracia. Aquellos dos años que van desde el 14 de abril de 1931 a noviembre de 1933 un hálito de esperanza cruza la vieja geografía española. A partir de aquella fecha se desvanece. Las derechas católicas, organizadas pueblo a pueblo, región a región, de obispado a obispado con una finalidad precisa: Rectificar la república, volver al antiguo sistema. El sistema donde "los amos" volvieran a tener "criados". Esa España mía, esa España nuestra. Si el enconado anticlericalismo que se plantea en aquella España es el germen de un conflicto, no lo es menos el acerado clericalismo que, en sentido contrario, se arma, con razones, sin razones y en todos los sentidos. No menos cierto que es un sentido secular ese punto intransigente de Manuel Azaña, en el que se encuentra en la raíz española. El Lazarillo, El Erasmo que circula en las faltriqueras, aún lado. Y el cura trabucoide, de otro, que organiza las partidas contra el invasor francés desde las sacristías, y prepara la pólvora contra todo aquello que representa la modernidad y el liberalismo. Francia era la patria de Descartes, lugar donde Dios dejó de pensar al Hombre. Lugar donde el Hombre empezó a pensar a Dios. Y Azaña era un francófilo. No era, como pensaba Unamuno, que España era más africana que europea. Era otra cosa: España era el bastión de la catolicidad. Y un régimen que no era católico, que no era católico en su fundamento político, cual es el principio ilustrado de la soberanía nacional, era demasiado áspero, demasiado de todo, para aquellos que pensaban que la soberanía residía en Dios, y en el pacto monarquía-Iglesia. En especial era demasiado para aquellos que había gobernado nuestros pueblos: el Cura, el boticario y el alcalde que, tiempo ha, se apoderó de los comunales y los pastos.