jueves, 17 de diciembre de 2009

Sobre Verdad y Mentira en sentido Extramoral y el Anticristo. De Friedrich Nietzsche


La filosofía como arte de la declamación y como arte del pensamiento y la lectura.


Nota: Es difícil extraer todo el jugo de estos dos libros de Nietzsche. El primero del que hablo puede servir de una buena introducción y está publicado por la editorial Tecnos; el segundo es toda una joya; y de hecho es de los mi preferidos de la obra de Nietzsche; una lectura recomendable para toda persona que quiera tener una cultura media. Ambos libros poseen muy pocas páginas, y se puede leer en voz alta, con ímpetu, con vehemencia, como un orador en una tribuna exhortando a los fieles; más adelante , en otro texto, les diré como se lee un libro de filosofía, como debe ser su cadencia; porque cada libro de filosofía tiene que tener una cadencia. Un ritmo de lectura. Nietzsche se lee como un predicador que declama. Leer filosofía puede llegar a ser un placer: la clave es el ritmo. Las pausas, los tiempos. A Nietzche se le lee como si de un orador se tratase. No es tanto adentrarse en los conceptos últimos, sino en el ritmo y cadencia, de tal modo que nos envuelva, que nos embriague. Prueben a leer ¿Qué es filosofía? de Ortega por ejemplo, con una cadencia lenta. Verán como cosas que creen que no entienden, de repente, se entiende.


Mi interés sobre los asuntos filosóficos surgen de lejos; por diferentes avatares tome direcciones diferentes a la misma, estudiando materias económicas, sociales, políticas y jurídicas. Pero hube de observar que quedaban todas estas materias en el aire. Llegué a la conclusión de que todas ellas debían sostenerse por más importantes cuestiones. Que estaban sostenidas todas aquellas materias por un edificio de fácil derrumbe; eso me llevó a los vericuetos de la filosofía. Porque, en último término los grandes problemas a los que reduce toda conversación son, para mí cuatro: “La Verdad”, “La Razón”, “Bien y mal” y la “Libertad”. Hube de darme cuenta que, al final, todas las preguntas que me planteaba llevaban a esos cuatro elementos; en cualquier conversación que escuchaba, fuese del nivel que fuese, veían que esos eran los problemas esenciales. Es por ellos que, disponiendo de mi “Otium”, de ocio, me di a la filosofía por puro placer. Hoy voy a hablar de dos libros para mí importantes, a tal punto que fueron los que me introdujeron en la filosofía de Nietzsche. El primer texto, “Verdad y mentira en sentido Extra moral” hace referencia al joven Nietzsche y el segundo, el “Anticristo”, al Nietzsche tardío. Y es que Nietzsche, como buscador, como viajero filosófico, inicia su andadura en la búsqueda moral de la genealogía (el gen, el germen) de “la Verdad”; esto es: sobre cuáles son, en último término, las raíces de los juicios de valor que él veían en la sociedad de su tiempo. Lo que observamos en Nietzsche es que él percibe toda la realidad como una gran Mentira; ¿Cómo se forma esa gran Mentira? En verdad y mentira en sentido extra moral inicia tal genealogía: y lo encuentra en el lenguaje. Un lenguaje creado no por el pacto social, sino por en “el hombre imaginario”. Un hombre capaz de crear imágenes y metáforas; y como es obvio, acude a la vieja tradición: la griega, como modeladores del pensamiento. Más tarde observara que de las dos grandes tradiciones griegas, con el tiempo, la que se impone es la de Apolo, la de la razón, como fantástico creador de conceptos lingüísticos. Así, nos dice: “¿Qué es entonces la verdad?”. Y responde: “metáforas”. Concepciones inventadas. Ahora vamos, rápidamente, a la idea de Dios. La idea de Dios surge del propio pensamiento griego. La filosofía no se pude andar con zarandajas: tiene que plantear todas las hipótesis posibles. René Descartes realiza la mayor revolución de la historia del pensamiento, y que trae al hombre al “mundo moderno”. Como dicen, apaga el televisor medieval. Plantea como hipótesis algo que para entonces es inconcebible: plantea la Duda de la Existencia de Dios. De la Existencia de Todo. Para Nietzsche la idea de Dios es una creación imaginaria del propio hombre, una genealogía de la voluntad de Poder. ¿Qué es bueno?, se pregunta. Y Responde: Todo lo que eleva el sentimiento de Poder. Y acusa al cristianismo, como una Verdad de Poder. Solo hombres superiores pueden demoler toda la gran mentira sobre la que se asienta. Hombres Superiores, que han de coger el mazo, y demoler todo el edificio de la mentira por el cristianismo, que es una religión de la compasión. Fíjense lo que dice Nietzsche el en Anticristo: “El espíritu puro es la mentira pura… Mientras el sacerdote, ese negador, ese calumniador, envenenador profesional de la vida siga siendo una especie superior de hombre, no habrá respuesta a la pregunta ¿Qué es la verdad?”. Qué considera Nietsche que es la Fe. Y nos dice: Una actitud retorcida y deshonesta; cerrar los ojos, una vez por todas, frente a sí mismo para no sufrir del aspecto de una falsedad incurable. Dense cuenta que esto lo escribe en 1889. El Anticristo es una maldición sobre el cristianismo. Se hace precisa una transvaloración. Un cambio de Valores: porque todo el cristianismo se asienta sobre una Mentira del lenguaje, por pura voluntad de Poder. Ya no es plantearse la Duda sobre la Existencia de Dios: Es directamente aniquilarle, al significar una propia mentira: una metáfora del lenguaje. Todo ello por un motivo: la filosofía se encuentra corrompida por la sangre de los Teólogos. Y exclama: “Cuando uno tiene tareas sagradas, como por ejemplo, las de mejorar, salvar, redimir a los hombres, cuando uno lleva en su pecho la divinidad, cuando es imperativo de los valores trasmundanos, está ya, con tal misión, fuera de todas la valoraciones –incluso está ya santificado por la tarea ¡Incluso es ya un tipo de un orden superior!...!Que le importa a un sacerdote la Ciencia!!Él está demasiado alto para eso- ¡Y el sacerdote ha dominado hasta ahora! ¡Él ha definido el concepto de lo “verdadero” y de ”no verdadero”. No infravaloremos a los espíritus libres, afirma; el concepto de lo que debe ser verdad, de lo que debe ser el servicio a la verdad: todo “tú debes” hasta ahora ha estado dirigido contra nosotros. Contra los espíritus libres. Es difícil extraer todo el jugo de estos dos libros de Nietzsche. El primero del que hablo puede servir de una buena introducción y está publicado por la editorial Tecnos; el segundo es toda una joya; y de hecho es de los mi preferidos de la obra de Nietzsche; una lectura recomendable para toda persona que quiera tener una cultura media. Ambos libros poseen muy pocas páginas, y se puede leer en voz alta, con ímpetu, con vehemencia, como un orador en una tribuna exhortando a los fieles; más adelante les diré como se lee un libro de filosofía, como debe ser su cadencia; porque cada libro de filosofía tiene que tener una cadencia. Un ritmo de lectura. Nietzsche se lee como un predicador que declama

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