domingo, 30 de agosto de 2009

LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA COMO CONFLICTO POLÍTICO


Mantengo un debate interesante sobre el juramento de Antonio Goicochea sobre la tumba de Calvo- Sotelo. Donde manifiesto lo siguiente.


LA MECHA


El asesinato de Calvo Sotelo es totalmente deplorable, como cualquier asesinato de la clase que sea; los asesinatos políticos por supuesto que son deplorables. Me parece a mí que por aquella época eran muy pocos los parlamentarios que eran demócratas y que incluso acpetarán la república. En especial los de las derechas católicas. Para ellos el régimen era accidental, que en verdad quería decir que les interesaba un comino que la cosa se llamase república, monarquía o dictadura de un caudillo, puesto que lo que ellos querían era un regímen donde siguieran siendo centro de lo moral. Y la república montada en 1931 no les permitía tan lugar, sino muy al contrario. Parece que en verdad lo que querían era un regímen donde hubiese un caudillo, tipo Cid, llegado por la Gracia de Dios, y venido para salvar a la España eterna, la de Don Pelayo y los Godos - en verdad la España de Trento - que les defendiese de todo el ateísmo, liberalismo, comunismo, como propugnaban "los rojos". Puestos así, pues se montó la que se montó. Que Calvo Sotelo fue vilmente asesinado es un hecho notorio. La chispa iba a encederse, eso lo sabía todo el mundo, de una manera a otra. Que eso fue lo que encendió, posiblemente. Era lo que querían las dos Españas. El acuerdo era imposible: unos querían una España Católica y otros querían una España Laica. No había nada que hacer. La pena es que las democracias miraron para otro lado y dejaron a los españoles en la estacada. O la pena es que Alemania e Italia vinieron a ganar la guerra. O la pena es que no hubieran dejado solo a los españoles que se zumbaran la panderata, como el cuadro de Goya, a ver que hubiera pasado. Porque puestos a matarse, que los hubieran dejado solos: así sabríamos de verdad si los órganos de algunos eran reales. MORAL LAICA O MORAL RELIGIOSA Ciertamente, me considero como un demócrata de izquierdas y bastante liberal, y no puedo evitar escorarme en mis opiniones a las izquierdas. Pero sin duda el asesinato de Calvo Sotelo fue vil, y que demócratas había bastante pocos; máxime porque quizá los que tuvieran un talante liberal fueron desplazados. Indalencio Prieto, al lado del PSOE, sustituido por Largo Caballero, que radicalizó su lenguaje, y en la derecha liberal a otro, por las Derechas locales y regionales, organizadas por la Iglesia, y usando lo que había salido organizado de ellas desde el régimen anterior: Que es su estructura clerical, el periódico “El debate”, dirigidas por Herrera Oria, y las organizaciones católicas que pudieron crearse al efecto, como la acción católica y la Juventudes católicas – creo que eran JAP, o algo así -. Los discursos de largo caballero son de 1933, cuando se presentan por primera vez la CEDA a ellas. Mucho me temo que a partir de 1933 la democracia se hace impracticable, pues a todas luces la CEDA, con bastantes razones para ella, pues su objeto es revisar la legislación constitucional para muy negativa para la iglesia. El debate que se mantenía era imposible de llegar a un acuerdo: Para una España se solicitaba un país Laico, para otra España se solicitaba que el catolicismo fuese una religión de Estado. Y sobre esa idea la sociedad estaba muy dividida, principalmente porque la sociedad es rural. El problema de la república en un principio, en mi opinión, no fue entre comunismo-socialismo frente a fascismo-nazismo; sino entre laicidad-religiosidad. La laicidad se escoró hacia las tendencias socialistas y anarquistas, que eran más radicales, pues solicitaban el Poder obrero, que la izquierda republicana (con la que no oculto que simpatizo más); y la religiosidad se escoró hacia el caudillaje que les defendieran. Así, por ejemplo, Gil Robles era un liberal que en verdad deploró el parlamentarismo, tal y como he escuchado a algunos testigos, al ver en este también una forma de trágala que había puesto la acción frente a la reacción. La cosa está en que la parte izquierda quería quedarse sola en el Poder, y la parte derecha también. No se admitían otra cosa que fuera la postura de uno sobre otro: O la laicidad O religión de estado. O moral laica o moral religiosa. Pero el acuerdo era imposible de aceptar, pues ambas partes se encasquillaron en sus posturas


EL DESLINDE DE LAS DERECHAS


Había otras derechas, cierto, pero solo la CEDA tiene capacidad organizativa para llevar el objetivo de reformar el artículo 26. Miguel Maura, de la derecha liberal, ofrece un discurso titulado"el deslinde de las derechas". ¿Como es posible que la CEDA se organice tan rápidamente, al crearse en 1933? Yo creo que porque la estrutura preexiste de antemano: hay una Iglesia en cada pueblo (local), una organización comarcal regional, con un obispo en cada sitio de esos; y van a saco para menterse en política para derribar el pricipio de laicidad que es tan nocivo. En eso creo que consiste la historia política española. Es una opinión, claro.


ESCRIBIR SOBRE POLÍTICA E HISTORIA CITANDO, O REFLEXIONANDO.


A mí las citas no me gustan tampoco mucho; me refiero a lo de escribir citando. Aunque me gusta la miscelánea. La Guerra Civil española es uno de los acontecimientos históricos donde la falta de veracidad es significativa; la veracidad no es tanto la verdad, sino como la coherencia en tratar de ver con un sentido todo lo completo de la materia. Es imposible no escorarse hacia un lado u otro según nuestras convicciones políticas; así, como señala Ud., - los aspectos que señala sobre Largo y sobre la naturaleza del ala caballerista del PSOE es indudable. Ahora bien, creo que hay que ver todo con todos los elementos; y es donde adolecen las visiones “revisionistas” de la Guerra Civil, con expresiones como las que señala de “la realidad histórica” y “la verdad oficial”, cuando sabemos que hubo una dictadura posterior que dispuso también de una visión verdadera de la verdadera historia de la Guerra Civil. Un poco de seriedad, por favor; que los hechos fueron muy graves. Y la forma de cita, en lo que conviene, y de no querer ver, lo que no se quiere ver, es lo que hace llenar tintas y tintas sobre este conflicto bélico. Como todo en política, o en historia, nos encontramos con dilemas morales; y, sin duda, se hacen precisas visiones desde la ética, mi modesta especialidad. Yo creo que ya está bien de tanta tergiversación, de tanta falta de autenticidad – de la cual, no lo niego, también participo -; de tanto afán por justificar moralmente cosas que son injustificables. Un poco de seriedad, por favor. El asesinato de Calvo Sotelo es una muestra más de la incapacidad política de aquellos años terribles; pero, hombre, en política no podemos ver solo con los ojos de los que queremos ver, y negar todo lo demás y lo que no nos conviene; y justificar, como digo, lo injustificable. Ni ese asesinato, ni ninguno tienen justificación. Ahora bien: el golpe de estado de 1939 tampoco la tiene; ni el alzamiento de los obreros en Asturias, ni la represión posterior; ni que militares de remplazo fuesen a la Guerra del África, y que solo fueran los más díscolos de cada pueblo, ni que el estado reprimiera a los manifestantantes contra “el orden” de las cosas, en base a tiros; ni que los curas inflamasen en las homilías, ni que los periódicos contasen, como hoy cuentan, más mentiras que verdades. Ni que los obreros estuvieran a la que saltan, esperando hacer la revolución. Pero por favor, seriedad…por favor, menos fanatismo. Que ya cansa.


LA GUERRA CIVIL COMO CONFLICTO POLÍTICO


Me parece que la Guerra Civil es un acontecimiento difícil de poner de acuerdo a los historiadores, o los que se acercan a ella porque, fue un conflicto político; y al igual que hoy, que las cosas se ven de una manera u otra, dependiendo de las preferencias políticas. Hechos históricos tales como el 11-M, sin ir más lejos, desde los primeros instantes unos los veían de una manera y otros de otra, dependiendo de sus intereses electorales, políticos y las gafas axiológicas de cada cual. Estas últimas son imposibles de quitarlas para cada cual. Tanto tú como yo, por ejemplo. Eso no quiere decir que busquemos la seriedad en nuestras apreciaciones y análisis. Y si se quiere sacar algo en claro, en todo esto que está tan turbio, deberíamos hacerlo con seriedad, cada caul desde su ámbito: el mí es la ética y la filosofía política. Aunque no tenga que ver con el hilo, sobre Calvo Sotelo, yo creo que a partir de 1933 los dos partidos políticos con capacidad para movilizar a las masas PSOE y CEDA, se muestran claramente anti-sistema; creo que porque no son capaces, ni tienen experiencia, en gobernar y aceptar un sistema de mayorías parlamentarias y en aceptar las reglas del juego electoral. Sin negar en nada todo lo que dices, sobre el PSOE, y la postura caballerista de arrastrar a las masas con toda la artillería de los tópicos marxistas, porque esa es una verdad como un templo; también es cierto que el papel de la Iglesia haciendo política fue muy fuerte. En cuanto vi el resultado de las elecciones electorales europeas últimas, por ejemplo, y el mapa político regional, en el instante recordé el resultado de las elecciones democráticas de 1936. E incluso en 1933. Toda la política española está ponzoñosa; ese es el tremendo drama española. La Iglesia Católica hace política, y en ese periodo no iba a ser menos que hoy día. La clave de muchos de los análisis sociales y políticos se encuentra, también, en “el sistema electoral”; sobre cómo funciona éste. El reparto de escaños según la ley electoral es que la explica mucho de los hechos políticos; y es que los votos suelen ser equilibrados, sin una victoria electoral rotunda. En 1933, por ejemplo, la coalición de partidos de derecha obtuvo 3.354.504 votos y consiguió 212 escaños, y la izquierda, con 3.375.432, obtuvo 99 escaños; así el PSOE con un millón y medio de votos obtuvo 58 diputados y los radicales con 800.000 votos obtuvieron 104 escaños. El error político del PSOE entonces fue no darse cuenta de cómo funciona una democracia parlamentaria y estuvo mucho más verde que la Iglesia en esto de “la política”; las derechas católicas sí que pactaron coligarse con los radicales. En estos análisis tienen que entrar también los historiadores que entren con seriedad a debatir lo que ocurrió en el estado de impolítica que se vivió especialmente desde 1933. Época además, donde la estrategia accidentalita de la CEDA era imitar a los ocurrido en otros países, y de copar el poder político a modo de lo ocurrido en otros países, como Austria o Alemania. Hay que leer los discursos políticos completos, ciertamente. Pero, a la vez, hay que descubrir las circunstancias que llevan a proferirlos; y contrastarlos con los adversarios. Creo que a partir de 1933 PSOE y CEDA buscaban asaltar el poder para modificar el régimen. La CEDA porque no aceptaba el papel laico del estado, y con apoyo de los terratenientes, no aceptaba el papel asignado a la Iglesia en dio régimen. El PSOE porque no acertó a comprender como es el juego político en un sistema parlamentario de mayorías, ni el sistema electoral; que por pocas diferencias de votos daba un poder mayor a quien elegía la estrategia electoral adecuada. El 1936 la CEDA comprendió que el PSOE no volvería a caer en el error de 1933, y se cerró la vía la accidentalista. Este tipo de análisis, aunque también sesgados, son necesarios. Y en eso nada desdice en lo que señalas que los anarquistas estaban pasando por la izquierda. Ahora bien, habría que entrar en el porqué el anarquismo fue tan influyente en España; porqué en el socialismo triunfa a partir de 1933 la postura anti sistema y como las derechas católica va a fuego, encendidas, contra el régimen de una manera similar. Y el país se abre en dos. La sociología rural tiene mucho que decir. Lo que no me cabe duda es que a partir de 1933 no se pueden ni ver; y muy posiblemente sean las masas de cada parte la que incidan en los soflamas que se lanzan despectivamente. A su vez la circunstancias políticas inciden en las masas, y todo va siendo, poco a poco, una olla. Pero opino que pudo haberse evitado todo con una mayor pedagogía política. Y esa faltó, como falta hoy.


EL PUNTO DE VISTA DEL HIJO DE NICETO ALCALÁ ZAMORA


Yo creo que el punto de vista del nieto de Alcalá- Zamora y de Gonzalo Queipo de Llano, por muy historiador que sea, tiene un significativo cristal y fondo para que sean imparciales. Al mirar la realidad por esos cristales ve la figura de sus abuelos. Ambos, por cierto, figuras de muy alta importancia y significativas; y no me extraña que trate de defender una imagen de sus abuelos. Solo encuentro una verdad en todo eso que se señala. «Lo más dramático -afirma- era que los españoles deseaban matarse. El 90 por ciento quería eliminar a la otra parte, y contra eso es difícil luchar». Afirma que «Los papeles demostrarán el proceso de destrucción de la legalidad republicana que se produjo tras las elecciones del 36, que los primeros golpistas fueron los del bando de la izquierda, y que lo de la derecha fue un contragolpe». A mí me parece que esa es una opinión que pueden significar dos cosas: 1) que es como realmente lo veía Alcalá- Zamora o 2) Que es como lo ve él después de leer los documentos (o como lo veía él incluso antes de leer los documentos y que, al leerlos, corroboran su apreciación. Por lo pronto es una aseveración muy parcial pues es el punto de vista de uno de los personajes activos del conflicto filtrados por la mirada de su nieto. Mi punto de vista no coincide con la de este señor, teniendo en cuenta otros muchísimos documentos que existen. Así que, en mi opinión, en este caso, no pone la cosa en cada sitio ni cambiarán la visión que se tiene del conflicto; conflicto, por otro lado, es visto cada cual a su modo. En mi opinión, el proceso de “destrucción legalidad republicana” y “los golpistas eran los del bando de la izquierda” es un aseveración largamente mantenida, oficialmente por el régimen franquista y creo no equivocarme si digo que por un muy alto porcentaje de la derecha de hoy día. Sin embargo yo opino que eso es falso y mantendré que el proceso de “destrucción de legalidad republicana” se dio a muchos y variados motivos, donde creo que las izquierdas y las derechas católicas entraron en una espiral de impolítica. Creo que la Guerra Civil Española fue un conflicto que tuvo dos tipos de causas fundamentales. 1) Políticas: puesto que el régimen quiso subvertir el esquema de Poder tradicional en las localidades y en la sociedad toda, mediante un sistema de reformas; reformas que resultaron inaceptables para una parte de la sociedad y, en especial, a la parte de la sociedad que tradicionalmente había tenido ese Poder. Y 2) Religiosa: Creo que hubo una ruptura en lo que Cicerón llamó augurios. Esto es: una parte de la población dejó de creer en Dios y otra parte no. En especial por que las corrientes filosóficas del siglo XX eran el vitalismo, el existencialismo, la fenomenología, y la filosofía analítica; mientras en el contienente funcionaban Hegel y Nietzche en el XIX y en América el pragmatismo . La teología escolástica ya solo era mantenida en los seminarios. Creo que a partir de 1933 a 1936, en materia política, hubo una espiral de impolítica social, donde los políticos también tuvieron mucha responsabilidad. Fueron, salvando las diferencias, tres años que fueron un poco como el 11-M, en cuanto al grado de politización y de implicación de las masas. Especialmente relevante me parece la reacción que tuvieron las derechas ante las reformas, cuando tuvieron influencia en el gobierno: ! Comed República! ¡Qué os de de comer la República! Me parece que eso radicalizó mucho al PSOE, y en especial a las bases y al campo. La huelga de la Federación de Trabajadores del campo, para el momento de la recogida de la cosecha, fue una provocación para las derechas, y la reacción que tuvieron para con ella fue muy desmesurada. La Guerra se declaró en 1933, en mi opinión, en ese momento; en el mundo rural; donde los patronos y los braceros tenían intereses irreconciliables. Y la espiral fue creciendo y creciendo hasta que no se pudieron ver los unos a los otros. Porque lo que se estaba debatiendo era quien tenía el Poder en las localidades, sobre quien mandaba en ellas, en una sociedad rural donde el campo era la base de la economía de una muy gran parte de la población: si los caciques, terratenientes y ganaderos, o los braceros. La huelga del campo atacaba muy mucho a los intereses de los terratenientes y estos las consideraron como revolucionaria. En 1933 el reloj volvió a 1921 en cuanto a quien volvía a detentar el poder en los pueblos. Y eso, después de las ilusiones depositadas, solo podía acabar en tragedia. Esa es mi opinión.


LAS BASES DE LA IMPOLÍTICA LOCAL, CLAVE.


El número de concejales elegidos no significa que los monárquicos hubiesen obtenido un mayor número de votos. El número de concejales elegidos en unas elecciones municipales no describen la realidad política de un país, puesto que lo que se dirime en ellas era el Poder local y las relaciones de Poder en los municipios en el juego político consistorial. El hecho es que en las ciudades un número de votos elevado sirven para elegir a un número de concejales al ayuntamiento muy similar a los que pueden ser elegidos en una pequeña localidad, y que tienen menos habitantes. Esto es: El número de concejales del Ayuntamiento de Madrid, con un millón de habitantes, puede ser muy similar al del Ayuntamiento de Villalobiillos, con 2500 El hecho sintomático fue que Sanjurjo decidió no apoyar al rey y Gregorio Marañón, Niceto Alcalá Zamora y el Conde de Romanones decidieron que lo más aconsejable era que el rey saliera de España, puesto que entendieron que las elecciones municipales ponían de manifiesto un estado de opinión contraria a la monarquía. Eso si, es Ahí el caldo de cultivo donde sale viciada de impolítica la República desde el inicio: La política local se vuelve impracticable. Porque pienso que la clave para entender la imposibilidad de efectuar la política durante la II República nace y se desarrolla en los pueblos. En los consistorios entran al Poder, por primera vez en la Historia de España, representación obrera. Eso es muy difícil de asumir por los que siempre habían tenido el Poder en los ayuntamientos y la política local se hace impracticable, al no participar en los plenos, y a poner todas las trabas posibles en la política local y a conspirar contra un régimen donde tienen que compartir el Poder. En muchos pueblos gobiernan los caciques (monárquicos) que son los que siempre han gobernado en ellos, y en las ciudades el Poder queda equilibrado, con los concejales monárquicos como los más numerosos, pero que no pueden gobernar por la conjunción de concejales socialistas y republicanos. La falta de quórum en los plenos se constituye en trascendental, y todas la decisiones importantes de la política local no se pueden tratar, salvo si se trata de cosas insustanciales, como el cambio del nombre de calles, o si los intereses en juego son a favor de las familias pudientes que siempre han tenido el Poder. En juego está a quién beneficia más las exiguas arcas municipales. Que la Republica adviene por elecciones locales nos debe poner en guardia sobre la importancia que tuvo esta parte de los conflictos de Poder local para entender lo que pasó. La ley de terminos muncipales con un política local impracticable y todas las trabas posibles para que el Poder local no estuviera en los braceros, el los socialistas y en la canalla roja es la clave del tinglado. Pero si es imposible saber el número de votos obtenidos por cada cual; pero al fin y al cabo eso da un poco igual, los equilibrios de Poder hacían impracticable la política, y con saber los concejales monárquicos y republicano-socialistas basta para saber que el mapa político resultaba poco menos que imposible. En las ciudades, y en los pueblos, había un buen número de concejales socialistas. Me imagino que a Don Paco, el Dueño de la taberna, del Casino, de la Sala de Varietés, y de las fincas de la hoya y de las alamedas, le gustaría poco sentarse en el consistorio con Usebio el cagajuerras. A ver como se ponían de acuerdo sobre las obras de la fuente del pueblo y sobre que obreros la construían. Misión política imposible.

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