jueves, 14 de mayo de 2009

Más sobre la cuestión religiosa durante la II república

1) Que el partido católico por antonomasia se llame “Acción Católica” tiene todo su sentido. Igual que Confederación Española de Derechas Autónomas. La acción católica organizándose a través de derechas autónomas. ¿Dónde? En su ámbito: las sacristías locales. En los pueblos de una España rural. ¿Qué el caciquismo era muy difícil?. Quien no vote a la CEDA no tendrá trabajo. Esas sí que eran las corrientes sociológicas que corrían por España: la de “El jefe” que pone cruces a los que no pasan por “el amo”: Toda esa canalla que “no quiere trabajar”, mala gente, dice el tio Zamundia, el amo, mientras apura el vaso de vino, junto al tio Rocio, el tendero, en villabajo . Así lo manda Don Severiano en Villar del Campo, cerca de la raya. 2) En lo referido a Orwell no es extraño que así lo refiera, era de izquierdas y liberal, como yo; y aunque se refiera a los sucesos de Barcelona, se refiere a todos los totalitarismos y describe también lo ocurrido durante el régimen de la dictadura militar del General Franco.
Todo me produce una gran tristeza. Y ciertamente lo contemplo como un liberal de centro izquierda demócrata y, por tanto, con todos los vicios que esa postura ideológica no me permite ser parcial. Pero, sí, me produce tristeza que los españoles no fueran capaces de entenderse y que la sangre llegase como llegó. España era un país con una sociología rural y con ninguna práctica democrática (sufragio universal no viciado, aunque esto fue muy difícil de conseguir, incluso, para el periódo). La CEDA, las derechas locales -con el amplio poder que tienen en ellas para dirigir el voto: prácticas clientelares, altavoz diario en las homilías oído principalmente por mujeres, emisión de rumores desacreditando conductas morales - por fin pueden presentarse de una manera organizada a unas elecciones más o menos democráticas en 1933. Acuden en coalición con otros dos grupos monárquicos: los tradicionalistas (carlistas) y Renovación Española, que pretendían la instauración de una monarquía autoritaria y anti-liberal. La CEDA, sí, formada por Acción Católica y, posteriormente cambiado el nombre a Acción Popular (aunque yo creo que el cambio de nombre no implica el cambio de acción, más o menos popular, lo que sí es, es ser católica). Aunque el Debate en un principio, con Ángel Herrera, aceptó provisionalmente el nuevo régimen, colaboró en las reuniones locales para organizar Acción Católica y, posteriormente, Acción Popular. Ya aprobada la constitución de 1931 está claro que este partido, cuya base es local (el municipio), confederado, se declara contrario al régimen. Justificadamente o no, supone ya la imposibilidad de hacer política en la II república a partir de aquellas elecciones. La derecha y el centro republicano, donde hay anticlericales, deben formar gobierno con la CEDA. Muy difícil gobierno de un país en esas circunstancias. Y la tensión política imaginable: ha llegado el momento de hacerlo explotar todo. Insurrección el Galicia, huelgas generales, estado catalán. Todo explicable más por la dinámica política insufrible que por las ideologías que se pusieron en juego. Las ideologías, quizá, se pusieron en liza cuando todo estalló definitivamente. Aunque si alguien me puede explicar un poco mejor todo esto le agradacería que lo haga... porque siento una tristeza inmensa. Sí en 1933 ganó la derecha. Duro golpe para Lerroux, pues el prentendia ser la derecha republicana. ¿Nadie pudo imaginarse que la Iglesia se organizaría? Que cándidos. Ganó la derecha, sí, pero parte de esa derecha es irreconciliable con la otra. Una de ellas pactó en el cenáculo que trató de derribar la monarquía. La otra surge con la intención de derribar la república. Que todo se iba a ir a la mierda lo sabía hasta el menos avisado. Y todos se prepararon para no se sabe qué iba a pasar: pero algo nada bueno. Ya no se podía ver a nadie que profesase ideas políticas contrarias. Y sí: la Iglesia también atizó la lumbre. En defensa de sus intereses, sí. Pero el coste fue demasiado para todos los españoles. Trato también de entender la actitud de la Iglesia. Quizá sí, España se convirtió en el último bastión frente a todas las teologías, filosofías y filosofías políticas que atenazaban el mundo del siglo XX desde el XIX, estallaron aquí. Sin duda el componente religioso de la Guerra Civil española fue decisivo. Ya se que no es innovador, ya. Pero no me importa.
Sé que es un poco largo de leer, pero es estrictamente necesario que se escriba sobre determinadas cosas, aunque sean pocos quienes lo lean. El olvido y el silencio no es buen consejero. Las tergiversaciones, las mentiras, las falacias, y las risas sobre cosas tan serias deben ser reprimidas con sentido común e iracundo verbo. Porque es necesario enseñar cómo se construye una democracia, y aunque sean pocos los que lo lean, nada me gustaría más que fueran jóvenes que tengan ganas de oír a hombres veraces. Ese espécimen humano tan escaso. En fin. He escuchado, recientemente, creo que por haber escrito yo sobre la “rebelión de las masas”, justificar “el alzamiento”, porque las masas irrumpieron. Miren: antes de hablar de algo: lean el libro. Las masas a las que se refiere Ortega se encuentran en ambos posturas enfrentadas. Y no solo a las que conviene llamar masas, para seguir justificando algo injustificable. Creo que los políticos que participaron en el proyecto democrático en que consistió la II república se caracterizaron por el arribismo, el oportunismo y la falta de responsabilidad. Y su comportamiento podía haber derivado en otras actitudes menos nefandas. En especial creo que casi todos demostraron una falta de sentido político y habilidad para el pacto. Y eso ayudó a encender los ánimos. En especial les pasó lo siguiente: olvidaron que la Iglesia tenía una gran experiencia y práctica, desde varios siglos, en Política. No precisamente democrática. Bien sabe la Iglesia en qué consisten las votaciones en el cónclave y las luchas por el Poder en él para imponer determinadas doctrinas teológicas. Llevaba la Iglesia muchos años asentada en Roma, centro de la Italia renacentista, donde se crea el estado moderno. La forma como los Borgias –papas españoles- habían accedido al Poder sirvieron, entre otros ejemplos de la política italiana renacentista, a Maquiavelo para escribir “El príncipe”. Así que la Iglesia sabía lo que se hacía. Y de ese arsenal maquiavélico usa la Iglesia española para derrocar el régimen que le ha birlado sus privilegios seculares: importan los fines, que no los medios. La mentira y la propaganda ya se encargarán de ocultar los medios empleados. En Lerroux y Alcalá Zamora hay mucha responsabilidad también, por su falta de visión política. Y por su falta de comprender del todo la carne que se está poniendo en el asador en contra de la república por parte de la Iglesia. Por lo pronto el régimen trata de organizar un sistema diferente al Canovista, donde solo hay dos partidos que pacten el turno. Por eso el sistema de recuento de votos lleva aparejado la necesidad de “pacto” entre fuerzas políticas, para que se establezcan gobiernos de “coalición”. Una democracia de pactos políticos en España, se vio, fue un sistema viciado, además de un blindaje constitucional para la Reforma. La Iglesia sabe cómo comportarse en esos casos y establecer las políticas que mejor lleven el harina a su costal. En ese sistema se siente como pez en el agua. El sistema de pactos requiere, ante todo, que los que pacten sean demócratas. En el momento que uno de ellos no lo es, o es contrario a régimen, todo el sistema se va a la mierda. La CEDA conoce bien las prácticas de Maquiavelo, como he dicho. Y se vale del sistema. El plan B resulta fallido en primer momento, y Sanjurjo falla en el golpe de estado. Así que sigue con el plan A. Gil Robles asegura que él participa en el régimen “parlamentario”, pero no se muestra partidario de la República ni afirma su apoyo a la misma. Todos saben que su intención en el derribo de la misma. ¿Por qué es parlamentario? Porque en los cenáculos de la CEDA, la sacristías locales, las jerarquías eclesiásticas y políticos interpuestos en ellas, saben que si falla el plan B, actuando maquiavélicamente en “el parlamento”, la república resultará ingobernable. Y Lerroux cae en la trampa y muestra una ineptitud supina para la política: cree que es el momento de que él acceda al gobierno, por sus recelos con la acción republicana. Cree que la Iglesia no le va a poner la zancadilla, el muy cándido; y que la Iglesia no sabe cuáles son los manejos por el Poder, y eso que lleva varios siglos conspirando, usando venenos, manejando en ese ámbito, en Roma y en todas las Monarquías cristianas. Todo su paso en el gobierno es una trampa tendida de la CEDA, que es quien le hace tener mayoría, y una trama de impolítica aberrante. Ese era el parlamentarismo de Gil Robles. No otro. Hoy hay suficientes botes de humo lanzados, con mentiras oficiales, como para no dejar ver claro; pero en aquellos días todo el mundo comprendía que el objeto de los partidos católicos es el derribo del régimen. La CEDA celebra un acto en El Escorial (Felipe II- Trento- Contrarreforma), mostrando su organización. Y una vez que tiene influencia sobre el gobierno, quiere la amnistía para los golpistas (Sanjurjo). Para las izquierdas esto supone una declaración de intenciones, por si era ya suficientemente claro. Dinamitar el Estado republicano es inevitable para todos. El sistema solo funcionaría si todos los grupos parlamentarios aceptan las reglas del juego. Y ciertamente Lerroux estuvo muy espeso. El plan A de la CEDA es hacer impracticable el régimen y la gobernabilidad, para, después, justificar el estado de de anarquía, deplorar el sistema político y echarlo por tierra. Así se hizo, y el plan salió bien. Hemos de tener en cuenta además, la capacidad organizativa y experiencia de Poder a través de los cacicatos locales y la influencia política y social de los curas en las localidades, de los que se vale la contrarevolución. Que ya está organizada y así sale organizada para posteriormente. El cura es de las personas más cultas que hay en las poblaciones – pese a que su filosofía ha quedado anclada en Santo Tomás - . Conoce todos los secretos del pueblo, con “el secreto de confesión”; y aunque no vulnere sus votos, sabe como hábilmente hacer correr rumores desacreditando conductas morales. Las beatas que le rodean, en la tienda de labores, son sus aliadas… Ciertamente, la contra-contrarevolución que aparece posteriormente se tiene que improvisar; la contrarevolución de la Iglesia.
Que Maquiavelo sea florentino no implica que desconociese la política Romana. Más bien al contrario, y que su libro “El príncipe” esté inspirado en César Borgia no es ocioso. César Borgia, hijo del Papa Alejandro VI –y que por conjeturas verosímiles parece ser que murió envenenado-, mantiene una extraordinaria relación con papas: Pio III lo manda encarcelar. Sospechosamente, Pio III muere tan solo 23 días después de haber sido elegido papa. Pero no es este hispano-italiano, César Borgia, tan solo, el inspirador de “El príncipe”, sino también Fernando el Católico. Tanto monta, como monta tanto. Y si, el estado Moderno se crea en época de Maquiavelo, en la Italia renacentista y, también con la unión de Isabel y Fernando, en la península ibérica, con la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Los estados pontificios o estados de la iglesia fueron independientes desde 790 hasta 1870, fecha esta de la unificación Italiana. Y su sede estuvo en Roma. En los pactos de Letrán hubo un reconocimiento mutuo entre la Santa Sede y el reino de Italia, y es cuando se crea “El estado de la Ciudad de El Vaticano”. Es por tanto cierto que la larga historia política de la Iglesia le hace tener una gran experiencia en asuntos de estado, en los manejos del Poder, y en el arte y la técnica del gobierno. Y las técnicas Maquiavélicas no les han sido ajenas nunca, habida cuenta de las luchas intestinas por el Poder en el cónclave entre las órdenes religiosas. La “acción católica” se organiza; quiere llamarse “acción nacional”: pero por lo pronto no lo consigue. Ya llegarán tiempos de unir lo de “nacional” con “catolicismo”. Y así lo harán. El nacional-catolicismo. Cuando Sanjurjo da el golpe de estado, ciertamente, aún no están organizados para participar en él. Pero aprenden de los errores. Necesitan de una organización que se extienda por toda la península: las localidades (el municipio). En el Acto de constitución de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), El Debate, 5 de marzo de 1933, se lee: Anoche se constituyó, entre vítores de entusiasmo, la Confederación Española de Derechas Autónomas (...) (...) Gil Robles, en las palabras finales, decía: "Debemos felicitarnos de los trabajos, de la misma diversidad de tendencias manifestadas, porque sólo han revelado la pugna de llevar a las conclusiones la interpretación más fiel y avanzada de la doctrina social y política cristiana. Dios ha bendecido nuestros trabajos porque los ha presidido la humildad del corazón y la pureza de los fines. Me limito, pues, a darle las gracias y a declarar solemnemente que ha quedado constituida la CEDA, que ha de ser el núcleo derechista que salve a la Patria, hoy en peligro".(...) Al discutirse, por la tarde, después de terminar todas las sesiones sus respectivos trabajos, el Estatuto de la CEDA, se admitieron como coincidencias fundamentales de los partidos que la integran - aparte de las conclusiones aprobadas en detalle- las siguientes, debidas a la iniciativa de la Derecha Regional valenciana: a) Afirmación y defensa de los principios fundamentales de la civilización cristiana. b) Necesidad de una revisión constitucional de acuerdo con dichos principios. c) Aceptación, como táctica para toda su actuación política, de las normas dadas por el Episcopado a los católicos españoles en su declaración colectiva de diciembre de 1931.(...). Ciertamente: La CEDA SOLICITA LA REVISIÓN CONSTITUCIONAL, y así lo expresa por escrito. Ahora bien, si no puede hacerlo, el punto a) va primero. En la ambiguedad se mostraba el maquiavelismo de la CEDA, y las declaraciones de Gil Robles, sobre la accidentabilidad del régimen o la acatación de la legalización republicana, así lo atestiguan. No eludo, sin embargo, todas las responsabilidades que los demás partidos y sindicatos tuvieran en los hechos impolíticos que llevaron a la tragedia; esos son de sobra conocidos y todos han pagado por, según la tradición judeo cristiana, sus culpas. La amnistía pedida para los militares de la Sanjurjada desatará muchas iras. La Constitución Republicana es de muy difícil derribo, pues se precisa de mayorías para ello. Y el sistema de recuento busca el juego de las coaliciones y “pactos”, para conseguirlo. Eso lo sabe muy bien la CEDA. Así que cuando obtiene poder de negociación para postular por las mayorías, su modo de “derribar” el régimen es de modo indirecto. Haciendo imposible la política, impidiendo la aplicación de las normas aprobadas en el bienio anterior y hacer ingobernable el país. Esa época Radical-cedista se llamó: bienio Negro. Todo esto coincidió con un entorno internacional desfavorable, donde triunfan los extremismos; y en España la postura caballerista se radicaliza. Y también se hace responsable de la tragedia. Eso nadie lo ha discutido. Es por ello que el PSOE, después de la Guerra Civil española, cumplió su penitencia, al irse al exilio. La Iglesia participó en todo ello y aún, ni siquiera, ha pedido disculpas por ello. Ni Paz, ni Piedad, ni Perdón. Tres valores cristianos, los que pedía Azaña, pisoteados. En palabras de Unamuno: “… una salvajada anticristiana, antieuropea, esto es la militarización africana pagano imperialista, un estúpido régimen de terror. Aquí se fusila sin formación de proceso, se asesina sin causa, y, sí, son horribles las cosas que cuentan de las hordas llamadas rojas. Pero no hay nada peor que el maridaje de la mentalidad de cuartel con la de sacristía. Porque el grosero catolicismo tradicionalista español apenas tiene nada de cristiano…”, y Unamuno no es de los que no sabía lo que decía. : ¡Muera la inteligencia!, le espetaron. La Iglesia pide olvido. Debería por empezar a pedir otra cosa, que aún no ha hecho: perdón. Porque, en el ajo estuvo metida como todos los demás. Yo no digo ni afirmo que ni más ni menos. Que la CEDA, el partido católico, ayudó a que el pais fuera ingobernable, igual que sindicatos, partidos obreristas, organizaciones anarquistas, me parece una aseveración razonable. Pero sí: la IGLESIA atizó la lumbre como los que más; y usó las Iglesias como sedes políticas; y los periódicos de su propiedad para hacer ingobernable el país. Usó el nombre de Dios para hacer política. Puso toda la carne en el asador Y contribuyó a hacer impracticable el régimen.
La postura de la CEDA ante el régimen es “accidentalista”, pero se comporta de manera ambigua ante él. Su objetivo no es otro, por sentido común, que reponer de tan lesivas disposiciones constitucionales para con la Iglesia y los valores cristianos. Reformar la constitución de 1931 requiere una mayoría parlamentaria muy difícil de conseguir para la CEDA, pues se necesitan 2/3 de los diputados durante los cuatro primeros años. O de la mayoría una vez pasado este periodo. A la Iglesia le corre prisa. Alcalá Zamora, pese a ser conservador y católico, no entrega el poder a Gil Robles, y prefiere dárselo a Lerroux. Es imaginable pensar que Alcalá Zamora sospecha de la “accidentabilidad” del régimen que propugna Gil- Robles. Yo creo que todo el mundo sospechaba ante esa ambigüedad. Y muy posiblemente lo que en aquellos tiempos se percibiera era que la Iglesia iba a ir a saco contra una constitución tan lesiva para sus intereses. Y es razonable pensar que si no se puede reformar la constitución de 1931 de una manera legal, hay que derribarla, como sea. Porque lo que parece claro es que la constitución de 1931 es inadmisible para la Iglesia. Y esta constitución no se reforma tan fácilmente. La Iglesia no es ni anti-republicana, ni anti-constitución de 1931. Eso es accidental. Está claro. Y por eso hicieron que la II república fuera un accidente: y en los libros posteriores la borraron como periodo histórico.
Creo que se les fue de la mano a todos, pero verán como se le fue a la Iglesia: Efectivamente, la CEDA no es ni republicana ni monárquica. La CEDA, obviamente, es la Confederación Española de Derechas Autónomas. Es la organización política de la Iglesia para la defensa de sus intereses, los cuales considera vulnerados por la Constitución de 1931, y creada ad hoc en base a la forma organizativa que tiene más a mano, las localidades, confederándose regionalmente, como ámbito territorial con radio de acción. Su objetivo es entrar en el parlamento para defender los intereses que son propios a la Iglesia. Su puesta en marcha inicial parte de las organizaciones católicas, y, por localidades, consiste en organizarse a través del cura del pueblo, el cacique y el capitán de la guardia civil, como ya he dicho en más ocasiones. Algo así como la COPE es para la parrilla radiofónica a día de hoy, es la CEDA para la parrilla política de la II república. La organización se hace de una forma rápida, gracias a que las estructuras de Poder ya estaban montadas de antemano. Lo de la Constitución del 31 es una cosa muy gorda para la Iglesia y, por ello, hace bien en organizarse como mejor pueda y como mejor sabe ante tamaño atropello, si es así como lo sienten. Yo opino que se les fue de las manos, con un muy alto grado de intencionalidad. Junto “al Debate” la editorial Edica crea una red de periódicos regionales que surgen, precisamente, alrededor de 1933, como el “Ya”, “el Hoy”, “la Verdad”, “El ideal Gallego”, “Ideal”. Dinero hay: lo ponen los caciques locales y regionales. Todos hostiles al régimen. No hace falta remitirse a Jiménez Losantos para imaginarse de qué manera. Aunque, eso sí, acatando las formas de gobierno establecidas. Desde el primer momento cuenta con el respaldo entusiasta de los grupos de notables regionales y amplios capas sociales: las que van a misa. Y hacen bien, no lo dudo, con la salvedad de que luego no hubieran participado miembros de la CEDA en la preparación del pronuciamiento del 17 de Julio de 1936. Ni hubiera aportado toda su organización de Poder local al apoyo de la sublevación. Cada cual debe defender sus espacios como mejor puede y sabe: pero no como ellos lo hicieron. Fueron resposables. Si que lo fueron. Al igual que la Iglesia coloca a los periodistas en estos periódicos de su propiedad, coloca a los políticos en los partidos propios. El cura en la Iglesia, el periodista en el periódico, el político en el partido. Una organización rápida y eficaz. ¿Qué organización puede montar una estructura de Poder así? Se sabe: La Iglesia Católica Apostólica Romana. Se acata las formas de gobierno establecido. Así lo dice el Papa. Y lo que dice el Papa: va a misa. Objetivo, en sí, del catolicismo español, de la Jerarquía: recuperar el terreno perdido. A ellos les da igual el régimen político. Lo que les importa es mandar e imponer su forma de ver el mundo. Y lo lograron. Vaya si lo lograron. Visto el resultado. Y potenciaron que se desarrollara una Guerra incivil. Y participaron. Lo que vino después de la Guerra Civil es de sobra conocido. Un General llegado "por la Gracia de Dios" y un estado Teocrático. Y ese régimen no era, para ellos, "accidental": como les reestableció en todo, que coñe iba a serlo. Y ya sabemos que con Maquiavelo, lo "accidental" significa lo que conviene que signifique según los intereses del que profiere el discurso... Ante todo este embrollo político por el Poder: quien no se vuelva comunista que levante la manos en especial si, como ocurría, uno no tiene donde caerse muerto y no ha visto otra más gorda que los que trabajan no comen y los que comen no trabajan-. Que la Iglesia fue a saco contra el regímen constitucional del 1931 me parece indudable. Se torcieron todos hacia un ala, izquierda, hacia un lado, derecha católica, hacia otra, en una época histórica donde en europa triunfa la rebelión de las masas: bolchevismos y fascismos. Sobre el bolchevismo (y anarquismos o troskismos y tal, también enfrentados) a nadie le cabe duda de su papel incendario. En España no fue el fascismo, contrario a los bolchevismos, la postura enfrentada. Fue la IGLESIA. Y si la IGLESIA se propone incendiar un regímen político, en especial en aquella época de sociedad aún rural (hasta en las capitales de provicincias se conocía todo el mundo; exceptuándo algunas grandes capitales como Madrid, Barcelona, Bilbao o Valencia, donde hay un mayor anonimato) donde la IGLESIA tiene control moral sobre las conductas sociales... como digo: si quiere incendiar un régimen lo hace. Y que indendió impoliticamente, usando el nombre de Dios, no me cabe ninguna duda. Y que usó las Iglesias como recintos, o sedes, para organizarse políticamente, también. Yo creo que su grado de resposabilidad es tan alto como el de los bolchevismos (y otros ítsmos de izquierda de masas); creo que la IGLESIA movilizó a sus masas del mismo modo a como lo hacen los bolchevismos y fascismos. Aunque yo no lo considero fascismo de ningún modo. Fue muy hábil, pues usó el nombre de DIOS, y los sacerdotes, para darle una legitimidad moral. Que no entro en en si la tenían o no, pero parece que es todo muy discutible, tanto en fines como el medios: creyeron ver peligrar sus principios y se organizaron. Y lo hicieron muy, pero que muy bien, teniendo en cuenta que lograron sus objetivos. Pero los medios puestos en funcionamiento no cabe duda de que son reprobables. En la organización de la represión, por ejemplo, que fue muy ordenada y planificada; donde los curas fueron el último eslabón, dando misas a donde iba los que mandaban los fusilamientos, y tratando de hacer confesar por sus pecados, según ellos, de rojerío y ateísmo, a los sentenciados. En sentido contrario, nadie lo pone en duda, también se organizaron. Pero mataban sin poner a Dios por medio. Eso es los que les reprocho yo, que soy cristiano erasmista, y muy crítico con las fariseas y maquievélicas posturas de la Igleisa nacida en Trento. Así, creo que fue un "catolicismo" de masas, organizado jerarquicamente por quienes tenían una mayor Poder. De esa jerarquía sistemática adoleció la contra-contra revolución. El estalinismo trató de organizarla meses después de la sublevación de una parte del ejército español, y de ahí los conflictos entre troskistas (poumistas) o anarquistas. Ese conflicto no se dio en sentido contrario porque si algo es la IGLESIA es una cosa: JERARQUÍA. Pero responsables de todo, junto a otros, lo fueron. Vaya que si lo fueron. Por eso piden el Olvido. Solo que los otros, la canalla roja -como los llamaban-, no usó el nombre de DIOS, como hizo la IGLESIA para ejercer la represión. Es es el doble pecado de la IGLESIA: participaron, hostigaron, formaron parte de la represión organizada y todo ello con el nombre de DIOS por bandera.

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