domingo, 17 de mayo de 2009

La transición como miedo a la libertad política

He señalado en otra ocasión que la política no es otra cosa que un ejercicio de libertad. Sin embargo este ejercicio de libertad puede quedar constreñido de una manera: el miedo. Si hay miedo no hay libertad política. Puede parecer que no hay miedo; pero haber, lo hay. Sigue habiéndolo. Ese es el motivo de que exista un régimen político que se llama “monarquía parlamentaria”; ese es el motivo de que el franquismo, y sus fuerzas antidemocráticas, no se rompieran en 1978. Esa es el motivo de que exista en la carta otorgada de 1978, posteriormente refrendada por una sociedad franquista, en su mayoría, y con miedo, en su totalidad, un título II, dedicado a la Corona. Titulo, curiosamente, que forma parte de los poderes del estado. El miedo no permite expresar lo que son verdades como puños, y desde la clase política, los catedráticos de constitucional, los medios de comunicación hasta la sociedad en general sigue existiendo una cosa: miedo a la libertad política. Miedo a decir las cosas por su nombre. La mayoría de los comentaristas constitucionales eran catedráticos de derecho político instalados en el régimen. Y algunos disidentes opositores al mismo hubieron de tragar el pacto. Un pacto del miedo. Como digo, que el Titulo II, sobre la Corona, preceda los títulos del poder constituido -el legislativo (parlamento)- es sintomático. ¿Por qué? Porque la Corona no es un poder constituido: es el Poder. La clase política, los medios de comunicación de las Oligarquías políticas beneficiadas en el reparto de Poder en el Parlamento tratan de no decir las cosas por su nombre. De vender la realidad que creen oportuna. Todo a causa del miedo. Dicen que el Rey es algo ornamental, un símbolo, algo así como una bandera; como la fotografía en una escuela. Falso: es mucho más. Como símbolo podría ser, más bien, el del miedo. En Derecho Político y Constitucional se enseña que las Constituciones son el límite a la Fuerza. La Fuerza se encuentra en un solo sitio: las armas. Las Fuerzas armadas. Quien detente el control de las mismas detenta el Poder Absoluto. Si estas no se someten a los poderes constituidos, si no a los poderes pre-constitucionales es mi opinión, fundamentada, que no nos encontramos en un Estado de Derecho. Pero eso no se quiere decir. El miedo. Frente al artículo 9 de la CE de sometimiento de los poderes públicos a la Constitución, cuya redacción fue debida a Peces Barba, donde se pone de manifiesto el carácter de la Constitución como Norma Superior del Ordenamiento Jurídico, nos encontramos una regulación subrepticia, de la que no se quiere hablar, por miedo, donde se muestra que, en último término, no nos encontramos en un Estado de Derecho, pues no todos los poderes se sujetan a la Constitución. Veamos: Art. 8 de la CE, sobre las fuerzas armadas: “las fuerzas armadas (…) tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”; Donde hay fusiles, cañones, aviones, barcos y ametralladoras no mandan ni sindicatos ni partidos: ni reyes. Que el art. venga redactado después del art. 6 (partidos políticos) y el art. 7 (sindicatos) no es ocioso. Dentro de las funciones del rey se encuentra la siguiente: art. 62 h): el mando supremo de las fuerzas armadas. Ese no es un poder pequeño: ese el Poder. No es un poder formal: es todo el Poder material. El refrendo del art. 64 es una patraña: la historia política de este país ha enseñado una cosa: donde hay generales no mandan parlamentos. La legitimidad del Monarca se sustenta en una sola cosa: el miedo. Aún hoy lo hay. Y donde hay miedo no hay Libertad Política. ¿Estado de Derecho en un país donde los curas y los generales están politizados? Dirán ustedes: sí, pero los maestros de escuelas públicas también pueden estarlo. Sí: pero los maestros han buscado, y buscaban la Libertad Política, sin poner más armas que las ideas de la ciencia y la moral autónoma (¿no es eso lo que defendían los maestros regeneracionistas?). Los curas y militares y maestros de escuelas religiosas: No. Unos usan las armas y otros ponen a Dios sobre la mesa ¿Democracia? Dejadme que lo dude. ¿Estado de Derecho? ¿Por qué no hablamos de lo que es: miedo? Y Donde hay miedo no hay democracia ni libertad política... Esa es la legitimidad del Rey: el miedo. Pero no me hablen de democracia... no ha hay, mientras que los generales no obedezcan a más que a un mando sobre ellos: Y es que los generales no entienden otra cosa que eso. Pero que fue la transición sino una cosa: Miedo. Miedo de la Iglesia. Miedo de la ciudadanía. ¿Se puede montar una democracia en base del miedo? No

No hay comentarios: