sábado, 23 de mayo de 2009

La vieja, y quijotesca, idea de libertad

Dice Alfredo Pérez Rubalcaba que el PP debe salir intelectualmente del siglo XIX, que es donde está intelectualmente instalado. Eso, me parece, sería lo de menos y no tan grave; al fin y al cabo es un partido conservador, que viene a significar en el quedarse rezagado al tanto de las ideas que revoloteen por el ambiente público; todas las cuales no vienen a ser otra cosa que un cambio para que privilegios pertenecientes a determinados grupos sociales, que les dan poder, pase a la ciudadanía. Los conservadores antiguos del XIX estuvieron avispados y, muchos de ellos, aceptaron el cambio de roles sexuales entre familias de regímenes ancianos con otros modernos; para que todo cambiase, para que todo siguiera igual; dando lugar al nacimiento de los chacales y las hienas gatopardiana. Y es que el concepto moderno es el de ciudadanía, que es tan antiguo si cabe, o más, que los conservadores decimonónicos; los cuales, como sabemos, hacían coincidir ciudadanía con dinero. El problema del PP es más grave; no es que esté instalado en el siglo XIX, más quisiéramos, y algo de las ideas liberales que alguna vez pudieran tener los conservadores se les pegara; no. El problema grave del PP es que está instalado en la legitimidad histórica del 18 de Julio. Esto es, en algo más reciente, y que no fue algo del XIX, si no del XX. Y en ese sentido Rubalcaba tampoco tiene mucho que decir, puesto que participa políticamente en un régimen heredero de un ilegitimo 18 de Julio. La transición ha sido muy clara: las plazas de los pueblos pasaron a llamarse, hasta hace bien poco - ¡y lo que ha costado!-, “del 18 de Julio” a “plaza de la constitución”, cuando más bonito hubiera sido que se hubieran llamado “plaza de la libertad”, como bien viene a significar la plaza como campo público. Y es que la historia política española es dada al olvido, debido a la política de la inmemoria histórica - no vaya a ser que los ciudadanos piensen sobre lo ocurrido-. Muchos dirán que otros estamos también imbuidos en el pasado, echando la mirada atrás y que olvidemos. Olvidemos para legitimar la tremenda inmoralidad sobre la que pende todo el sistema; pero eso no es así: miramos al futuro, porque el presente es pasado (¿Qué es la monarquía sino pasado?). Y el problema es que cada vez vamos siendo más los que vamos comprendiendo nuestro pasado histórico. Y cada vez seremos más los que miraremos al XX para restituir la moral de los españoles por el comportamiento impolítico de las derechas católicas de 1933 a 1936. Y no hay mejor manera que enarbolar una bandera vieja que se retrotrae a Cervantes y a Spinoza, y que pasa por Kant: la bandera de la libertad política. En eso, intelectualmente, muchos estamos más atrasados que el PP: pero solo vemos un futuro; que las plazas de los pueblos se llamen plaza de la libertad. Ideas viejas las nuestras. Y quijotescas.

jueves, 21 de mayo de 2009

El deslinde de las derechas, la derecha liberal, la cuestión religiosa una vez más

Llevo algún tiempo presentando el argumento de que la organización de las derechas católicas, en sus ámbitos más propicios – el regional y el local- a partir de 1933 fue la causa de que la II república se hiciese impracticable. El intento republicano de 1931 trató de organizar una democracia donde la sociedad civil gobernarse, mediante el sistema de mayorías parlamentarias y que, para evitar el caciquismo rural, debía hacer coaliciones electorales, en un sistema electoral pensado como contraposición al pucherazo. Leo un artículo del historiador Juan Pablo Fusi en la revista “claves de la razón práctica, nº 178”, sobre la derecha liberal y Miguel Maura, comentando el libro que este político de la derecha liberal republicana escribió en 1962.: Así cayó Alfonso XII. De una dictadura a otra. El artículo se incardina dentro de la defensa de lo que parece ser busca una tradición liberal de la derecha en la figura de Miguel Maura, hijo de Antonio Maura. Sobre ello tendré algo que decir. Por lo pronto es que advierto que la tesis de que de las derechas católicas, la Iglesia católica, haciendo impracticable la república es coincidente con mis apreciaciones; solo que con matizaciones ideológicas importantes que difieren. En especial por el intento de restitución de la derecha liberal y, en último término, de justificación moral del 18 de Julio, el proceso de transición, y el último término de la asimilación elíptica de lo que hoy hay como derecha es una derecha liberal y no una derecha franquista, nacional-católica, nacida de la dictadura del régimen franquista. En realidad eso no es así, en mi opinión, por más que últimamente las derechas españolas hayan encontrado la doctrina liberal en las facultades de económicas varias. Por eso la intención del autor del recordar a Miguel Maura no es otra que esa; pese a que todo análisis de su figura, y de ese libro, no está demás, pues también sirve para encontrar muchas claves. Mi opinión, así, es otra a la de Fusi: la derecha liberal española, cuyo antecedente, sí, puede ser Miguel Maura, desapareció en el momento que las derechas católicas organizadas por la jerarquía y organizándose desde los ámbitos locales y regionales deciden derribar la república. Una república laica muy difícil de asumir. Así, el autor escribe lo siguiente: “Lo que ocurrió, no obstante es bastante conocido. La política laicista de la República encarnada en el artículo 26 de la constitución de 1931, más incidentes de la quema de conventos del 10 y 11 de Mayo de 1931, así como de la expulsión (por el propio Maura) del belicoso cardenal primado, el cardenal Segura, provocaron la movilización política de la opinión católica contra la república, capitalizada desde su creación a finales de 1932 por la Confederación Española de las Derechas Católicas, el partido de la derecha católica, bajo el liderazgo de Gil Robles. La posibilidad de que en torno a Miguel Maura se hubiera cristalizado una derecha conservadora y republicana se frustró (…). La CEDA de Gil Robles logró 115 diputados y emergió como primer partido del país. La estabilidad política de la República fue imposible.” En un discurso dado por Maura en 1934 habló del “deslinde de las derechas” así como artículos publicados en el liberal diario el sol, la interpretación de Miguel Maura de la crisis política española. Ya el título de la conferencia es evocador: el “deslinde de las derechas”; que viene a significar que las derechas se organizan por el catolicismo, y no por el liberalismo. Por eso hay que matizar lo del liberalismo en las derechas españolas actuales, que más bien parecen tridentinas, franquistas y nacional-católicas. Lo que dice Maura: se deslindaron. Y los análisis históricos llegan hasta hoy, pues la Monarquía Borbónica puede ser asimilada a la Monarquía británica, con una tradición liberal que abarca desde las Guerras Civiles habidas hace tres siglos, de reducción del Poder absoluto del Monarca por parte de los niveladores. En España la tradición es otra, con unos borbones que han sido apeados de la Monarquía en varias ocasiones. Maura considera, señala el autor – que como siempre que uno escribe sobre esto, se hace interesadamente- que el 1931 las izquierdas podían haber representado la creación de un estado democrático. Pero culpa al sectarismo de Azaña y de la izquierda de la política laicista del bienio 1931-1933. Puede tener razón en ello o no. Leyendo últimamente a Habermas, sobre sus opiniones sobre Religión y República, los debates aún siguen. Lo que me parece razonable pensar es que Manuel Azaña, la izquierda republicana, extraído al leer sus obras, procuró defender una democracia donde gobernase la Sociedad Civil. Me parece que en aquellos tiempos eso era muy difícil de asumir por los que, de veras, poseían el poder moral para decir y decidir “lo que se debe hacer” y “como deben ser las cosas” en cada una de las localidades españolas; esto es, los curas y los caciques. Pero aún así Maura considera que, extraído de Fusi, considera que la CEDA opta por la liquidación del adversario. Y esto no viene a ser otra cosa que reconocer, según lo veo, la liquidación de la derecha liberal española. Liquidación que hoy perdura, por más que quiera Fusi advertir. La liquidación en mi opinión de la derecha liberal, repito, se produce cuando las derechas católicas deciden derribar con toda la carne en el asador a la izquierda republicana. No hay, en mi opinión, más sectarismo que ese, a día de hoy que el debate sigue abierto como recientemente se ha puesto de manifiesto entre Habermas y Ratzinger. Lo que no parece de recibo en el artículo es asimilar a “la derecha liberal” representada por Alcalá Zamora, Ossorio, Jiménez Fernández o Luis Lucía, con la habida en el franquismo; esto es Joaquín Satrustegui, Fernándo Álvarez de Miranda, Jose María Areilza y UCD, señaladamente con los Garrigues. Opinión que no comparto, pues si estos son “derecha liberal”, en mi opinión debía haberse opuesto al regímen franquista desde la ruptura. Si no lo hicieron es que siguieron dando legitimación al 18 de Julio, y al derribo del régimen por parte de la CEDA, y al “deslinde de las derechas”. Así que de liberales nada. Las derechas serán liberales, aún lo pueden ser, cuando haya un nuevo deslinde.
El problema de toda la política española es que se sustenta sobre una tremenda inmoralidad que muy pocos se atreven a decir; que la IGLESIA participó en la tragedia, fustigando políticamente; que el asunto que se trató fue el de laicidad-democracia-libertad, que derivó en anticlericalismo, a un lado y privilegios consuetudinario de la Iglesia en la educación moral. El levantamiento contra la opresión moral que suponía que unos decían como “debían ser” las cosas, lo que estaba bien, en base a una antropología y moral católica; y otros que dijeron vasta. Las derechas católicas se organizaron inmoralmente, con el objeto de imponer su moral a los demás, y se apoyó en el ejército, en las armas; ese es, en mi opinión, la tragedia moral de la política española: que la IGLESIA se manifestó contra toda clase de liberalismo; que en esa época tremenda el comunismo, el anarquismo y el socialismo estaban presente no cabe ninguna duda. Pero eso no justifica nada. No señor, no lo justifica. No está bien; y por eso todo está dado la vuelta; y “el bien” y “el mal”, el maniqueísmo, quedan difusos. Lo que parecía “bien”, para algunos, no lo era; lo que era “el mal”, tampoco. Ni Dios ni el Diablo tenían nada que ver. Sólo hombres que se mataban por intransigencia; El problema está en que se llamó Cruzada, una espada en nombre de Dios, en una época donde la filosofía ya había pasado de la ilustración, que recorría nuevos senderos en una agonía del cristianismo y de la fe. Que el vitalismo y el existencialismo superaban el pensamiento teológico medieval de la Iglesia; que se estaba ya a un paso la fenomenología y la filosofía analítica; que el nihilismo nietzscheano había asestado el segundo golpe a la moral cristiana. El primero fue la autonomía moral ilustrada; Freud golpearía por tercera vez con las conductas sexuales. Y la Iglesia seguía anclada, filosóficamente, en el escolasticismo y, políticamente, en el Renacimiento, teológicamente, en Trento. Heidegger, Husserl, Adorno y todo lo que habría de venir, puso a la teología muy por debajo de la filosofía. Y fue aquí, en este país, donde se defendió la última espada de colocar la teología, la moral, la política sobre toda esa crisis de la modernidad. Esa modernidad que comenzó en el XVI y que quería desligarse de las creencias medievales. Esa creencia que ponía a Dios en el centro todo. En España a los “modernos”, a “la moral moderna”, “a los liberales”, “a los masones”, a la tradición regeneracionista de la moral política, “a los Krausistas” se les tachó de “rojos”; todos en el mismo saco, junto a los semianalfabetos campesinos que clamaban por un cambio de mundo. Y sí, repitámoslo. Repitámoslo porque es una tremenda inmoralidad la que se abate sobre este país y que cuesta reconocer.

martes, 19 de mayo de 2009

Nos ha dejado Benedetti

Nos ha dejado Benedetti. Siempre digo que un sabio nunca muere. Se mueren otros: los que no han dejado más semilla que el odio y el rencor. Para esos la muerte de la carne es eterna. Es cierto que también se perpetúan dolorosamente, pues el odio, la envidia, el rencor son genéticamente muy fuertes; pero, humanamente, los sabios perpetuán una y otra vez su cálida voz. Su espíritu. Los otros, sí, los otros, mueren carnalmente. Esos. A esos les suena, resuenan, su voz oprobiosa de maldad como seña de identidad del linaje de Caín, por muchos que digan que son hijos de Dios. No les crean. Los herederos de los fariseos, los hijos de Caín, son ellos. Ellos los que matan, ellos los que odian, ellos los que vienen a crear Naciones, ellos los que quieren un prosélito. Ellos que ponen yugos en sus templos. Ellos. Benedetti nos ha dejado; pero no del todo: Lunes 24 de febrero: “ Es evidente que Dios me concedió un destino oscuro. Ni siquiera cruel. Simplemente oscuro. Es evidente que me concedió una tregua. Al principio, me resistí a creer que eso pudiera ser la felicidad. Me resistí contra todas mis fuerzas, después me di por vencido y lo creí. Pero no era la felicidad, era sólo una tregua. Ahora estoy otra vez metido en mi destino. Y es mucho más oscuro que antes, mucho más”. Miércoles 26 de febrero: “Cómo la necesito. Dios había sido mi más importante carencia. Pero a ella la necesito más que a Dios”. (La tregua, 1960). Bravo Benedetti. "Usted madura y busca / las señas del presente / los ritos del pasado / y hasta el futuro en ciernes / quizá se ha vuelto sabio / irremediablemente / y cuando nada falta / entonces usted muere".---

Galdós y la política

"No temamos que nos llamen anarquistas o anarquizantes, que esta resucitada inquisición ha descubierto el ardid de tostar a los hombres en las llamaradas de la calumnia. Ya nos han dividido en dos castas, buenos y malos. No nos turbemos ante esa inmensa ironía. Rellenemos las filas de los malos que burla burlando, a la ida contra el enemigo, seremos los más, y a la vuelta los mejores'' Manifiesto de Pérez Galdós 1909 contra el régimen político surgido de la I Restauración Borbónica.


Palabras certeras de Benito Pérez Galdós, un espíritu libre; lo vengo diciendo: las costumbres políticas españolas se encuentran todas ya en él narradas y explicadas. En ese sentido soy casticista. Lo mismo que ocurría, ocurre. Son los mismos viejos cerriles enseñando las mismas mentiras y mitos fundacionales de generación a generación; los mismos latiguillos y miserias morales. La misma España cerril y taurina que enviste si ton ni son. Pero siempre hay unos elegidos, pocos pero que son la crema hispana, que con el capote de la libertad tratan de torear ese toro español que se llama “cerril”. Por regla general, bien gordos, acaba ganando el toro, pues su punta de lanza son las astas ensangrentadas, son jaleados por las sotanas; mientras que para los otros es la libertad: pero su tiempo está acabando; aunque miedo me dan, el liberalismo que tanto odiaban (la igleisa siempre ha sido anti-liberal) terminará por destronarles de su miseria moral. Y mueren bufando, ¿de qué otra manera sino? Todo está en Galdós y en Blasco Ibáñez; toda la España Cañí está descrita ya a finales del XIX y primeros del XX. No hace falta irse fuera de este país para darse cuenta de que son y en qué consiste la reacción: son los que se repiten. Nos llaman de todo, sin darse cuenta que su cociente intelectual es ínfimo, que su cerebro es tan pequeño como el de una vaca. Que solo tienen cuernos, cueros, pezuñas y que los amantes de la libertad estamos desnudos ante ellos; quizá una pequeña celada hecha de cartones y atada con cuerdas que de un solo empellón quedan desbaratadas. Ellos son gigantes o molinos: mera herrumbre que bufa, escarban y patean al leve viento de la libertad que se mueva; otros somos humanos si más ni más. Pero, ya lo dijo Galdós, nos llamen anarquistas o anarquizantes, o nos llamen lo que sea; su fin está próximo. Empezó hace cinco siglos el fin del largo camino de liberalización del ser humano frente a la opresión moral de aquellos que, envestidos como intérpretes sumos e infalibles, de lo que se “debía hacer”. Se debe hacer, sí, lo que esté bien; pero no lo que ningún Dios ni sacerdote proclame. Sino cada cual, en el ejercicio de su Razón, considere como bien común. Ese es el ejercicio de la libertad que nunca entenderán los bueyes, siempre con el yugo puesto, siempre con la vara del vaquero sobre de sí; Esos bueyes que, si por ellos fuese, nos enjaezarían yugos a todos los demás, a los anarquistas que llaman, y que no somos, a diferencia de ellos, bueyes, ni queremos yugos…. Galdós, una de las plumas mejores del continente, a la altura de un Dostoieski, o un Balsac, o un Zola, o un Tolstoi, no recibió el premio Nobel porque las fuerzas de la Reacción sotanil y oligarquica, patriótica, o salovapatrias, impidió la consecución del premio Nobel de literatura de Galdós, simplemente por oponerse al sistema monarquico caciquil de la restauración. Para que vean las fuerzas de la reacción quienes han sido también "antisistema.

domingo, 17 de mayo de 2009

Una derrota... la verdadera victoria: En búsqueda de la democracia

Creo que la mejor manera de oponerse a los sistemas políticos montados sobre la inmoralidad, la injusticia y la mentira (como en el que vivimos) se debe hacer defendiendo estos valores: La libertad política, la vida y la paz. La palabra, en suma. Que el sistema actual es impolítico es indudable: 1) Inmoral: puesto que supone una “reforma” del franquismo y no una “ruptura”, donde la estructura de Poder del franquismo se mantiene intacta. El Yak fue un ejemplo de que esas estructuras siguen vigentes; pero los ejemplos nos rodean. 2) Injusta y mentirosa: puesto que no se han reconocido los crímenes y asesinatos cometidos y sobre los que se asienta todo, borrando “la memoria histórica”, que no es otra cosa que poner los puntos sobre las íes. Y como señalan algunos, la constitución de 1978 supuso una Ley de punto final y la forma de hacer que determinados políticos “reformistas”, pero que ocuparon cargos en el franquismo - y no se opusieron a él- sean los artífices de la democracia. Falso: si existen verdaderos héroes de la democracia son los que se mostraron claramente anti-franquistas y recibieron palizas y se opusieron al régimen con energía. Políticos del régimen, policías y jueces se adaptaron como si nada a la democracia; y, ahora, se dicen demócratas. Siento disentir sobre ello: no lo son. Ahora bien, los movimientos románticos que usan las mismas tácticas que el adversario está también fuera de sitio. Las ideas de libertad individual, de candidez y humanidad, de deseo por un mundo mejor y de idealismo, en suma, siempre tendrá una autoridad moral superior, aunque se sea derrotado una y otra vez. Nada se si este partido tiene, o no, relaciones con ETA; pero sí creo que ETA se equivoca. El actual régimen es inmoral, montado sobre la injusticia y la mentira política: es por ello misión de todos aquellos que amen la verdad buscar su derribo. Es cierto que el sistema político mundial es tremendamente doloroso para los espíritus sensibles que no soportan ver el sojuzgamiento de un ser humano sobre otro; pero estoy firmemente convencido que esa lucha se realiza a través de las ideas y las palabras. Sé que es difícil: pero no imposible. No se conseguirá de ese modo. Tal vez. Pero moriremos honrados y no manchados de sangre. El General, ese que dictó en su testamento político lo siguiente, claramente dirigido a los Generales : “os pido que rodeéis a don Juan Carlos de Borbón del mismo afecto y lealtad que a mí me habéis brindado y le prestéis en todo momento el mismo apoyo de valoración que de vosotros he tenido”, también escribió: “ha sido mi voluntad constante ser hijo fiel de la Iglesia en cuyo seno voy a morir”. Eso lo dice un asesino de mujeres y niños que se levantó en armas, y mandó bombardear Madrid apoyado por aviones Nazis. Ciudad que resistió sus primeras envestidas. Ese murió cubierto de sangre y de oprobio. Murió incatólicamente, como todos los gerifaltes que colaboraron con el régimen, como todos aquellos políticos que colaboraron con él, como todos aquellos que de una u otra manera jsutificaron el régimen. En cambio a todos aquellos que en lo más profundo de su corazón, se opusieron, y se opongan, a él en lo más profundo de sus convicciones democráticas obran del modo correcto: como buscan la libertad política para él la quiere para todos, en la enseñanza Kantiana de "la moral y libertad". El principio ilustrado de la autonomía moral: Sapere Aude. Atrévete a Saber para lograr dos cosas: Ser libre y obrar del modo correcto. De defender lo que está bien. Y lo que está bien es la Razón, y no la Sinrazón. Y la Sinrazón fue la clave de la historia política española desde 1936; y en el fondo de todos aquellos que de una u otra manera justifican de una manera u otra lo injustificable. !Atrévete a Saber! y !Atrévete a Saber! por un solo motivo: La libertad política, la libertad individual. La tuya, y la del vecino. La tuya y la de todos. Pero no la libertad de las naciones o los países: un país nunca es libre. Lo son las personas que viven en él. Pero ser libres es la aventura más dificil del Ser humano. Esa es la enseñanza Cervantina de "El Quijote".Pero los extremismos políticos que traten de imponer un trágala sobre otros y que no defiendan la Libertad Política como último valor, deplorando la violencia, tampoco tienen justificación moral. ETA tiene que dejar de matar: Y luego, todos juntos, a derribar el régimen. Quedan unos años; quizá sea imposible, puesto que a la juventud se le ha ocultado la verdad sobre este país. Pero me parece que tendrán que desaparecer físicamente, por muerte natural, todos los españoles viciados por la Guerra Civil, el franquismo, y la transición. Los españoles venideros volverán sobre los hechos, porque la verdad siempre sale a flote, por mucho que quieran ocultarla o tergiversarla. Cada vez se alzarán más voces sobre la mentira. Y entonces vendrá lo que todos queremos: La libertad política, y el homenaje verdadero a todos los luchadores de ella, y que han dejado su sangre por ella. Este es mi más sincero homenaje a todos los antifranquistas que lucharon por la democracia y persiguieron “la ruptura” en los años finales del franquismo. Por todos aquellos republicanos liberales de izquierda que, de veras, levantaron las armas contra Franco. Y mi más sincera repulsa por las democracias que dejaron a los españoles en la estacada. Y mi más desdeñosa repulsa a la Iglesia católica de Roma que participó en todo, formando parte del engranaje. La libertad es posible: mediante el respeto, la razón, y la verdad. Y como no: todas las comunidades políticas tienen derecho a obtener su autodeterminación, si moralmente consiste en regular un régimen de libertad política. ¿Qué que es un régimen de libertad política? Difícil es saberlo, ciertamente. Ese es el quid, que no hay ideología que haya dado con ello; quizá la libertad empiece con cada cual: respetando las ideas del contrario, pero oponiéndose a ellas aportando razones, argumentos y, sí, poniéndose en su lugar. Soy un idealista, al fin y al cabo, que ha mordido el polvo en numerosas ocasiones. Un derrotado… simplemente eso… Una derrota, la verdadera victoria. http://www.youtube.com/watch?v=JELOzi_vz00

¿Dónde está la democracia?

Espero que los aficionados a la política de taberna, berridos, pedos y eructos mentales comiencen a hilar y empiecen a saber lo que ocurre (me refiero a las tertulias de bar donde se reunen afines, en útlimo termino continuístas)... y como "la realidad" es una cosa muy difícil de observar: que se necesita entrenamiento, letras, raciocinio, libertad y cultura (o, al menos, tener la mente despierta y el espíritu con ánimo de veracidad); y no cuatro mitologías mal colocadas y cuatro latiguillos sin fundamento ninguno. La “reforma constitucional” se presenta como “un poder constituido” impracticable en base al ”sistema electoral” elegido; que solo un Poder Constituyente sin límites podría elaborar un texto constitucional donde se sometiera la Fuerza a la Ley. Y que el Rey es la clave de la “Monarquía Parlamentaria”, porque manda sobre los Generales. Y los Generales son del Opus. Y el Opus es la Iglesia ultraconservadora y tiene sus pies en todos los sitios infiltrados: hasta en el PSOE. Más en el PP: Emisoras de radio, revistas “del corazón”… Si muchos leyeran algo más de lo que leen: que es nada. Sabrían que una “Monarquía parlamentaria” no es un sistema democrático sino una dictadura del Parlamento sobre los otros poderes constituidos por la “Carta Magna”, que redactó un cenáculo de “la clase política”, de los que me atrevería a decir, eligieron los directores de algunas de las revistas políticas del Opus. La “soberanía reside en el Parlamento”. El Monarca manda sobre los Generales, el parlamento manda sobre los jueces, eligiendo los cargos de la judicatura y sobre el Gobierno. El Gobierno elige a los Fiscales. En el parlamento hay cuatro opciones políticas, en base a un "mandato imperativo" que se pasan por el aro. En los partidos ¿Quién manda? ¿Alguien lo sabe? ¿Y la democracia? Díganme ustedes. ¿DÓNDE ESTÁ LA DEMOCRACIA?
La democracia es ésta: Opus Dei, continuísmo franquista

La transición como miedo a la libertad política

He señalado en otra ocasión que la política no es otra cosa que un ejercicio de libertad. Sin embargo este ejercicio de libertad puede quedar constreñido de una manera: el miedo. Si hay miedo no hay libertad política. Puede parecer que no hay miedo; pero haber, lo hay. Sigue habiéndolo. Ese es el motivo de que exista un régimen político que se llama “monarquía parlamentaria”; ese es el motivo de que el franquismo, y sus fuerzas antidemocráticas, no se rompieran en 1978. Esa es el motivo de que exista en la carta otorgada de 1978, posteriormente refrendada por una sociedad franquista, en su mayoría, y con miedo, en su totalidad, un título II, dedicado a la Corona. Titulo, curiosamente, que forma parte de los poderes del estado. El miedo no permite expresar lo que son verdades como puños, y desde la clase política, los catedráticos de constitucional, los medios de comunicación hasta la sociedad en general sigue existiendo una cosa: miedo a la libertad política. Miedo a decir las cosas por su nombre. La mayoría de los comentaristas constitucionales eran catedráticos de derecho político instalados en el régimen. Y algunos disidentes opositores al mismo hubieron de tragar el pacto. Un pacto del miedo. Como digo, que el Titulo II, sobre la Corona, preceda los títulos del poder constituido -el legislativo (parlamento)- es sintomático. ¿Por qué? Porque la Corona no es un poder constituido: es el Poder. La clase política, los medios de comunicación de las Oligarquías políticas beneficiadas en el reparto de Poder en el Parlamento tratan de no decir las cosas por su nombre. De vender la realidad que creen oportuna. Todo a causa del miedo. Dicen que el Rey es algo ornamental, un símbolo, algo así como una bandera; como la fotografía en una escuela. Falso: es mucho más. Como símbolo podría ser, más bien, el del miedo. En Derecho Político y Constitucional se enseña que las Constituciones son el límite a la Fuerza. La Fuerza se encuentra en un solo sitio: las armas. Las Fuerzas armadas. Quien detente el control de las mismas detenta el Poder Absoluto. Si estas no se someten a los poderes constituidos, si no a los poderes pre-constitucionales es mi opinión, fundamentada, que no nos encontramos en un Estado de Derecho. Pero eso no se quiere decir. El miedo. Frente al artículo 9 de la CE de sometimiento de los poderes públicos a la Constitución, cuya redacción fue debida a Peces Barba, donde se pone de manifiesto el carácter de la Constitución como Norma Superior del Ordenamiento Jurídico, nos encontramos una regulación subrepticia, de la que no se quiere hablar, por miedo, donde se muestra que, en último término, no nos encontramos en un Estado de Derecho, pues no todos los poderes se sujetan a la Constitución. Veamos: Art. 8 de la CE, sobre las fuerzas armadas: “las fuerzas armadas (…) tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”; Donde hay fusiles, cañones, aviones, barcos y ametralladoras no mandan ni sindicatos ni partidos: ni reyes. Que el art. venga redactado después del art. 6 (partidos políticos) y el art. 7 (sindicatos) no es ocioso. Dentro de las funciones del rey se encuentra la siguiente: art. 62 h): el mando supremo de las fuerzas armadas. Ese no es un poder pequeño: ese el Poder. No es un poder formal: es todo el Poder material. El refrendo del art. 64 es una patraña: la historia política de este país ha enseñado una cosa: donde hay generales no mandan parlamentos. La legitimidad del Monarca se sustenta en una sola cosa: el miedo. Aún hoy lo hay. Y donde hay miedo no hay Libertad Política. ¿Estado de Derecho en un país donde los curas y los generales están politizados? Dirán ustedes: sí, pero los maestros de escuelas públicas también pueden estarlo. Sí: pero los maestros han buscado, y buscaban la Libertad Política, sin poner más armas que las ideas de la ciencia y la moral autónoma (¿no es eso lo que defendían los maestros regeneracionistas?). Los curas y militares y maestros de escuelas religiosas: No. Unos usan las armas y otros ponen a Dios sobre la mesa ¿Democracia? Dejadme que lo dude. ¿Estado de Derecho? ¿Por qué no hablamos de lo que es: miedo? Y Donde hay miedo no hay democracia ni libertad política... Esa es la legitimidad del Rey: el miedo. Pero no me hablen de democracia... no ha hay, mientras que los generales no obedezcan a más que a un mando sobre ellos: Y es que los generales no entienden otra cosa que eso. Pero que fue la transición sino una cosa: Miedo. Miedo de la Iglesia. Miedo de la ciudadanía. ¿Se puede montar una democracia en base del miedo? No

Debate entre generaciones: necesidad de comprenderles

Debatiendo con un político del PP a quien admiro le he escrito esto, ante el debate sobre los silbidos al Rey; puesto que nací en 1974, y mi primera educación fue, como quien dice, con "la Bola de Cristal", tengo una necesidad imperiosa de entender en algo a los españoles que vivieron durante el franquismo y no se opusieron a él con todo el corazón y como deber moral individual de buscar la libertad política. Me gustaría que me explicase, pues tengo necesidad de comprender porque piensan como piensan. Pues no los entiendo del todo, pese a que los respeto.
La respuesta en la siguiente:
"Me alegro X que hayas entrado en el debate político que aquí se mantiene. Debido a mi inexperiencia en los hechos de política y a mis muy pocos años interesándome realmente por ella , me es muy importante que generaciones anteriores a la mía me expliquen cosas de las que yo no entiendo ni papa. Por eso que personas como tú entren a debatir públicamente de política me parece muy interesante. Desde luego si se dice “puta España”, como muy seguramente se dijo, es una falta de respeto también, y como muy buen español y castellano que me considero me parece feo. El nombre de copa de España, como argumentaba un conterturlio (que decia:Pero cuando la mornaquia ya no esté y la republica esté, que la vamos a llamar de la república o del gobernante que esté, mejor que sea de España) me parece muy adecuado. Despues de darle vueltas a algunas cosas me gustaría que me dieras tu opinión a todo ésto que voy a escribir, sobre España, como muestra de mi interés y amor por la libertad política en este País. El problema político, a mi modo de ver y entre otros, de España es de muy larga tradición y los nacionalismos periféricos, así como el nacionalismo español, tal y como señala Tusell, que fue diputado por la CDS, nacieron a la par en torno a principios a 1900, que es cuando la generación del 98 planteo la pregunta clave: ¿Qué es España? En 1931 se definió como una “república democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia”, mientras el fuero de los españoles no definió a España, sino que expuso: “Los españoles deben servicio fiel a la Patria, lealtad al Jefe del Estado y obediencia a las leyes”. Y, por fin, en 1967, viendo las orejas al lobo, entre Laureano López Rodó, del Opus, y Torcuato Fernández Miranda, cercano al Opus, convirtieron al régimen en un reino sin rey. La ley “orgánica” del Estado –y entrecomillo lo de orgánica porque los órganos sabemos de quienes eran – definieron lo siguiente: “I. El Estado español, constituido en Reino, es la suprema institución de la comunidad nacional. II. Al Estado incumbe el ejercicio de la soberanía a través de los "órganos" adecuados a los fines que ha de cumplir. Habida cuenta que el Rey juró – y no se debe jurar en vano, puesto que es un pecado – las leyes y principios del Movimiento y dijo: “Quiero expresar el agradecimiento por el recibo del Generalísimo, y tal, Franco la Legitimidad política surgida del 18 de Julio de 1936” te estaría muy agradecido que me explicases –ya que hablamos de España y de la libertad no de España, sino de algo más importante, de los españoles- como se come eso. Tampoco entiendo como Rodolfo Martin Villa del CDS, y ministro franquista y falangista de pura cepa (le he visto, en una fotografía, hacer el saludo fascista junto a Samarach) pase a ser presidente no ejecutivo de Sogecable, del grupo Prisa. Me imagino que de todo eso vosotros, que vivisteis una dictadura, entenderéis algo más de eso. Yo por lo poco lo que veo es que hay mucho oportunismo y viendo que el sistema montado adolece, pese a los grandes avances obtenidos –que no niego- de muy grandes vicios democráticos. En especial la División de Poderes, que no es ninguna, y que permiten la corrupción generalizada. La cual, por mucha virtualidad que tenga para permitir “el turnismo”, la cosa que parece hasta más aberrante, si cabe, que cuando Cánovas, pues la cosa es que un partido quitaa otro en base a escándalos de corrupción aireados por la prensa contraria, si es que es contraria, que tampoco está claro. Tampoco entiendo que Barrionuevo viniese del franquismo ni que Bono sea del Opus. No cuadra de ninguna manera. Yo, después de dar mucha vuelta, no encuentro explicación ninguna y me gustaría que tu, como más experimentado que yo en la política, me explicases algo. Solo veo que el régimen franquista es inmoral a más no Poder. Y todo aquel que no se opusiera, al menos de corazón, con firmeza a él tratando de derribar el régimen, en su día –aunque le pegasen un tiro o una paliza: verdaderos héroes de la democracia-, no merece ser llamado demócrata, porque no lo es. El golpe de estado del 18 de Julio no es legítimo. No lo es. He leído los últimos 6 meses estos libros, y sabes que es cierto: Gabriel Jackson, Buckley, Raymond Carr, Thomas Payne, Ian Gibson y Javier Tusell. Algunos bien pagados por editoriales propiedad de la Obra. Y he llegado a una convicción muy clara. El golpe de estado del 18 de Julio de 1936 no fue legítimo. Una España montada sobre esa ilegitimidad puede causar mucho dolor profundo a personas que se sienten de otra nacionalidad diferente y que pueden expresar. Más grave que los insultos fueron las bombas de la legión Cóndor, no se sabe con qué enseña, si la Nazi o la rojigualda, arrasando Guernica, bombardeando Barcelona. Lo de creer o no creer es lo de menos. Yo, por ejemplo, soy agnóstico filosóficamente – y he reflexionado sobre eso pues estudio filosofía- y, llevo una vida cristiana en muchos sentidos; eso no impide que considere que la Iglesia tiene grandes responsabilidades morales en todo lo referido a la política. Es más, ya escribiré sobre ello, la historia política de la humanidad consiste en un largo camino de lucha de la “sociedad civil” por contrarrestar el poder moral, que es la base de lo político, a la Iglesia. Gracias por leerme hasta aquí. Me gustaría que me dieras tu opinión, más que nada porque creo que nadie debe esconderse cuando habla de política, en debats que deben ser públicos - y no de tabernilla- si se es liberal. Pero más que nada poruqe soy un español muy recientemente interesado por la política y necesito respuestas de personas de otra generación que me expliquen cosas que no entiendo de verdad. Porque lo que si es verdad que me produce la política es una profunda tristeza".

jueves, 14 de mayo de 2009

Más sobre la cuestión religiosa durante la II república

1) Que el partido católico por antonomasia se llame “Acción Católica” tiene todo su sentido. Igual que Confederación Española de Derechas Autónomas. La acción católica organizándose a través de derechas autónomas. ¿Dónde? En su ámbito: las sacristías locales. En los pueblos de una España rural. ¿Qué el caciquismo era muy difícil?. Quien no vote a la CEDA no tendrá trabajo. Esas sí que eran las corrientes sociológicas que corrían por España: la de “El jefe” que pone cruces a los que no pasan por “el amo”: Toda esa canalla que “no quiere trabajar”, mala gente, dice el tio Zamundia, el amo, mientras apura el vaso de vino, junto al tio Rocio, el tendero, en villabajo . Así lo manda Don Severiano en Villar del Campo, cerca de la raya. 2) En lo referido a Orwell no es extraño que así lo refiera, era de izquierdas y liberal, como yo; y aunque se refiera a los sucesos de Barcelona, se refiere a todos los totalitarismos y describe también lo ocurrido durante el régimen de la dictadura militar del General Franco.
Todo me produce una gran tristeza. Y ciertamente lo contemplo como un liberal de centro izquierda demócrata y, por tanto, con todos los vicios que esa postura ideológica no me permite ser parcial. Pero, sí, me produce tristeza que los españoles no fueran capaces de entenderse y que la sangre llegase como llegó. España era un país con una sociología rural y con ninguna práctica democrática (sufragio universal no viciado, aunque esto fue muy difícil de conseguir, incluso, para el periódo). La CEDA, las derechas locales -con el amplio poder que tienen en ellas para dirigir el voto: prácticas clientelares, altavoz diario en las homilías oído principalmente por mujeres, emisión de rumores desacreditando conductas morales - por fin pueden presentarse de una manera organizada a unas elecciones más o menos democráticas en 1933. Acuden en coalición con otros dos grupos monárquicos: los tradicionalistas (carlistas) y Renovación Española, que pretendían la instauración de una monarquía autoritaria y anti-liberal. La CEDA, sí, formada por Acción Católica y, posteriormente cambiado el nombre a Acción Popular (aunque yo creo que el cambio de nombre no implica el cambio de acción, más o menos popular, lo que sí es, es ser católica). Aunque el Debate en un principio, con Ángel Herrera, aceptó provisionalmente el nuevo régimen, colaboró en las reuniones locales para organizar Acción Católica y, posteriormente, Acción Popular. Ya aprobada la constitución de 1931 está claro que este partido, cuya base es local (el municipio), confederado, se declara contrario al régimen. Justificadamente o no, supone ya la imposibilidad de hacer política en la II república a partir de aquellas elecciones. La derecha y el centro republicano, donde hay anticlericales, deben formar gobierno con la CEDA. Muy difícil gobierno de un país en esas circunstancias. Y la tensión política imaginable: ha llegado el momento de hacerlo explotar todo. Insurrección el Galicia, huelgas generales, estado catalán. Todo explicable más por la dinámica política insufrible que por las ideologías que se pusieron en juego. Las ideologías, quizá, se pusieron en liza cuando todo estalló definitivamente. Aunque si alguien me puede explicar un poco mejor todo esto le agradacería que lo haga... porque siento una tristeza inmensa. Sí en 1933 ganó la derecha. Duro golpe para Lerroux, pues el prentendia ser la derecha republicana. ¿Nadie pudo imaginarse que la Iglesia se organizaría? Que cándidos. Ganó la derecha, sí, pero parte de esa derecha es irreconciliable con la otra. Una de ellas pactó en el cenáculo que trató de derribar la monarquía. La otra surge con la intención de derribar la república. Que todo se iba a ir a la mierda lo sabía hasta el menos avisado. Y todos se prepararon para no se sabe qué iba a pasar: pero algo nada bueno. Ya no se podía ver a nadie que profesase ideas políticas contrarias. Y sí: la Iglesia también atizó la lumbre. En defensa de sus intereses, sí. Pero el coste fue demasiado para todos los españoles. Trato también de entender la actitud de la Iglesia. Quizá sí, España se convirtió en el último bastión frente a todas las teologías, filosofías y filosofías políticas que atenazaban el mundo del siglo XX desde el XIX, estallaron aquí. Sin duda el componente religioso de la Guerra Civil española fue decisivo. Ya se que no es innovador, ya. Pero no me importa.
Sé que es un poco largo de leer, pero es estrictamente necesario que se escriba sobre determinadas cosas, aunque sean pocos quienes lo lean. El olvido y el silencio no es buen consejero. Las tergiversaciones, las mentiras, las falacias, y las risas sobre cosas tan serias deben ser reprimidas con sentido común e iracundo verbo. Porque es necesario enseñar cómo se construye una democracia, y aunque sean pocos los que lo lean, nada me gustaría más que fueran jóvenes que tengan ganas de oír a hombres veraces. Ese espécimen humano tan escaso. En fin. He escuchado, recientemente, creo que por haber escrito yo sobre la “rebelión de las masas”, justificar “el alzamiento”, porque las masas irrumpieron. Miren: antes de hablar de algo: lean el libro. Las masas a las que se refiere Ortega se encuentran en ambos posturas enfrentadas. Y no solo a las que conviene llamar masas, para seguir justificando algo injustificable. Creo que los políticos que participaron en el proyecto democrático en que consistió la II república se caracterizaron por el arribismo, el oportunismo y la falta de responsabilidad. Y su comportamiento podía haber derivado en otras actitudes menos nefandas. En especial creo que casi todos demostraron una falta de sentido político y habilidad para el pacto. Y eso ayudó a encender los ánimos. En especial les pasó lo siguiente: olvidaron que la Iglesia tenía una gran experiencia y práctica, desde varios siglos, en Política. No precisamente democrática. Bien sabe la Iglesia en qué consisten las votaciones en el cónclave y las luchas por el Poder en él para imponer determinadas doctrinas teológicas. Llevaba la Iglesia muchos años asentada en Roma, centro de la Italia renacentista, donde se crea el estado moderno. La forma como los Borgias –papas españoles- habían accedido al Poder sirvieron, entre otros ejemplos de la política italiana renacentista, a Maquiavelo para escribir “El príncipe”. Así que la Iglesia sabía lo que se hacía. Y de ese arsenal maquiavélico usa la Iglesia española para derrocar el régimen que le ha birlado sus privilegios seculares: importan los fines, que no los medios. La mentira y la propaganda ya se encargarán de ocultar los medios empleados. En Lerroux y Alcalá Zamora hay mucha responsabilidad también, por su falta de visión política. Y por su falta de comprender del todo la carne que se está poniendo en el asador en contra de la república por parte de la Iglesia. Por lo pronto el régimen trata de organizar un sistema diferente al Canovista, donde solo hay dos partidos que pacten el turno. Por eso el sistema de recuento de votos lleva aparejado la necesidad de “pacto” entre fuerzas políticas, para que se establezcan gobiernos de “coalición”. Una democracia de pactos políticos en España, se vio, fue un sistema viciado, además de un blindaje constitucional para la Reforma. La Iglesia sabe cómo comportarse en esos casos y establecer las políticas que mejor lleven el harina a su costal. En ese sistema se siente como pez en el agua. El sistema de pactos requiere, ante todo, que los que pacten sean demócratas. En el momento que uno de ellos no lo es, o es contrario a régimen, todo el sistema se va a la mierda. La CEDA conoce bien las prácticas de Maquiavelo, como he dicho. Y se vale del sistema. El plan B resulta fallido en primer momento, y Sanjurjo falla en el golpe de estado. Así que sigue con el plan A. Gil Robles asegura que él participa en el régimen “parlamentario”, pero no se muestra partidario de la República ni afirma su apoyo a la misma. Todos saben que su intención en el derribo de la misma. ¿Por qué es parlamentario? Porque en los cenáculos de la CEDA, la sacristías locales, las jerarquías eclesiásticas y políticos interpuestos en ellas, saben que si falla el plan B, actuando maquiavélicamente en “el parlamento”, la república resultará ingobernable. Y Lerroux cae en la trampa y muestra una ineptitud supina para la política: cree que es el momento de que él acceda al gobierno, por sus recelos con la acción republicana. Cree que la Iglesia no le va a poner la zancadilla, el muy cándido; y que la Iglesia no sabe cuáles son los manejos por el Poder, y eso que lleva varios siglos conspirando, usando venenos, manejando en ese ámbito, en Roma y en todas las Monarquías cristianas. Todo su paso en el gobierno es una trampa tendida de la CEDA, que es quien le hace tener mayoría, y una trama de impolítica aberrante. Ese era el parlamentarismo de Gil Robles. No otro. Hoy hay suficientes botes de humo lanzados, con mentiras oficiales, como para no dejar ver claro; pero en aquellos días todo el mundo comprendía que el objeto de los partidos católicos es el derribo del régimen. La CEDA celebra un acto en El Escorial (Felipe II- Trento- Contrarreforma), mostrando su organización. Y una vez que tiene influencia sobre el gobierno, quiere la amnistía para los golpistas (Sanjurjo). Para las izquierdas esto supone una declaración de intenciones, por si era ya suficientemente claro. Dinamitar el Estado republicano es inevitable para todos. El sistema solo funcionaría si todos los grupos parlamentarios aceptan las reglas del juego. Y ciertamente Lerroux estuvo muy espeso. El plan A de la CEDA es hacer impracticable el régimen y la gobernabilidad, para, después, justificar el estado de de anarquía, deplorar el sistema político y echarlo por tierra. Así se hizo, y el plan salió bien. Hemos de tener en cuenta además, la capacidad organizativa y experiencia de Poder a través de los cacicatos locales y la influencia política y social de los curas en las localidades, de los que se vale la contrarevolución. Que ya está organizada y así sale organizada para posteriormente. El cura es de las personas más cultas que hay en las poblaciones – pese a que su filosofía ha quedado anclada en Santo Tomás - . Conoce todos los secretos del pueblo, con “el secreto de confesión”; y aunque no vulnere sus votos, sabe como hábilmente hacer correr rumores desacreditando conductas morales. Las beatas que le rodean, en la tienda de labores, son sus aliadas… Ciertamente, la contra-contrarevolución que aparece posteriormente se tiene que improvisar; la contrarevolución de la Iglesia.
Que Maquiavelo sea florentino no implica que desconociese la política Romana. Más bien al contrario, y que su libro “El príncipe” esté inspirado en César Borgia no es ocioso. César Borgia, hijo del Papa Alejandro VI –y que por conjeturas verosímiles parece ser que murió envenenado-, mantiene una extraordinaria relación con papas: Pio III lo manda encarcelar. Sospechosamente, Pio III muere tan solo 23 días después de haber sido elegido papa. Pero no es este hispano-italiano, César Borgia, tan solo, el inspirador de “El príncipe”, sino también Fernando el Católico. Tanto monta, como monta tanto. Y si, el estado Moderno se crea en época de Maquiavelo, en la Italia renacentista y, también con la unión de Isabel y Fernando, en la península ibérica, con la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Los estados pontificios o estados de la iglesia fueron independientes desde 790 hasta 1870, fecha esta de la unificación Italiana. Y su sede estuvo en Roma. En los pactos de Letrán hubo un reconocimiento mutuo entre la Santa Sede y el reino de Italia, y es cuando se crea “El estado de la Ciudad de El Vaticano”. Es por tanto cierto que la larga historia política de la Iglesia le hace tener una gran experiencia en asuntos de estado, en los manejos del Poder, y en el arte y la técnica del gobierno. Y las técnicas Maquiavélicas no les han sido ajenas nunca, habida cuenta de las luchas intestinas por el Poder en el cónclave entre las órdenes religiosas. La “acción católica” se organiza; quiere llamarse “acción nacional”: pero por lo pronto no lo consigue. Ya llegarán tiempos de unir lo de “nacional” con “catolicismo”. Y así lo harán. El nacional-catolicismo. Cuando Sanjurjo da el golpe de estado, ciertamente, aún no están organizados para participar en él. Pero aprenden de los errores. Necesitan de una organización que se extienda por toda la península: las localidades (el municipio). En el Acto de constitución de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), El Debate, 5 de marzo de 1933, se lee: Anoche se constituyó, entre vítores de entusiasmo, la Confederación Española de Derechas Autónomas (...) (...) Gil Robles, en las palabras finales, decía: "Debemos felicitarnos de los trabajos, de la misma diversidad de tendencias manifestadas, porque sólo han revelado la pugna de llevar a las conclusiones la interpretación más fiel y avanzada de la doctrina social y política cristiana. Dios ha bendecido nuestros trabajos porque los ha presidido la humildad del corazón y la pureza de los fines. Me limito, pues, a darle las gracias y a declarar solemnemente que ha quedado constituida la CEDA, que ha de ser el núcleo derechista que salve a la Patria, hoy en peligro".(...) Al discutirse, por la tarde, después de terminar todas las sesiones sus respectivos trabajos, el Estatuto de la CEDA, se admitieron como coincidencias fundamentales de los partidos que la integran - aparte de las conclusiones aprobadas en detalle- las siguientes, debidas a la iniciativa de la Derecha Regional valenciana: a) Afirmación y defensa de los principios fundamentales de la civilización cristiana. b) Necesidad de una revisión constitucional de acuerdo con dichos principios. c) Aceptación, como táctica para toda su actuación política, de las normas dadas por el Episcopado a los católicos españoles en su declaración colectiva de diciembre de 1931.(...). Ciertamente: La CEDA SOLICITA LA REVISIÓN CONSTITUCIONAL, y así lo expresa por escrito. Ahora bien, si no puede hacerlo, el punto a) va primero. En la ambiguedad se mostraba el maquiavelismo de la CEDA, y las declaraciones de Gil Robles, sobre la accidentabilidad del régimen o la acatación de la legalización republicana, así lo atestiguan. No eludo, sin embargo, todas las responsabilidades que los demás partidos y sindicatos tuvieran en los hechos impolíticos que llevaron a la tragedia; esos son de sobra conocidos y todos han pagado por, según la tradición judeo cristiana, sus culpas. La amnistía pedida para los militares de la Sanjurjada desatará muchas iras. La Constitución Republicana es de muy difícil derribo, pues se precisa de mayorías para ello. Y el sistema de recuento busca el juego de las coaliciones y “pactos”, para conseguirlo. Eso lo sabe muy bien la CEDA. Así que cuando obtiene poder de negociación para postular por las mayorías, su modo de “derribar” el régimen es de modo indirecto. Haciendo imposible la política, impidiendo la aplicación de las normas aprobadas en el bienio anterior y hacer ingobernable el país. Esa época Radical-cedista se llamó: bienio Negro. Todo esto coincidió con un entorno internacional desfavorable, donde triunfan los extremismos; y en España la postura caballerista se radicaliza. Y también se hace responsable de la tragedia. Eso nadie lo ha discutido. Es por ello que el PSOE, después de la Guerra Civil española, cumplió su penitencia, al irse al exilio. La Iglesia participó en todo ello y aún, ni siquiera, ha pedido disculpas por ello. Ni Paz, ni Piedad, ni Perdón. Tres valores cristianos, los que pedía Azaña, pisoteados. En palabras de Unamuno: “… una salvajada anticristiana, antieuropea, esto es la militarización africana pagano imperialista, un estúpido régimen de terror. Aquí se fusila sin formación de proceso, se asesina sin causa, y, sí, son horribles las cosas que cuentan de las hordas llamadas rojas. Pero no hay nada peor que el maridaje de la mentalidad de cuartel con la de sacristía. Porque el grosero catolicismo tradicionalista español apenas tiene nada de cristiano…”, y Unamuno no es de los que no sabía lo que decía. : ¡Muera la inteligencia!, le espetaron. La Iglesia pide olvido. Debería por empezar a pedir otra cosa, que aún no ha hecho: perdón. Porque, en el ajo estuvo metida como todos los demás. Yo no digo ni afirmo que ni más ni menos. Que la CEDA, el partido católico, ayudó a que el pais fuera ingobernable, igual que sindicatos, partidos obreristas, organizaciones anarquistas, me parece una aseveración razonable. Pero sí: la IGLESIA atizó la lumbre como los que más; y usó las Iglesias como sedes políticas; y los periódicos de su propiedad para hacer ingobernable el país. Usó el nombre de Dios para hacer política. Puso toda la carne en el asador Y contribuyó a hacer impracticable el régimen.
La postura de la CEDA ante el régimen es “accidentalista”, pero se comporta de manera ambigua ante él. Su objetivo no es otro, por sentido común, que reponer de tan lesivas disposiciones constitucionales para con la Iglesia y los valores cristianos. Reformar la constitución de 1931 requiere una mayoría parlamentaria muy difícil de conseguir para la CEDA, pues se necesitan 2/3 de los diputados durante los cuatro primeros años. O de la mayoría una vez pasado este periodo. A la Iglesia le corre prisa. Alcalá Zamora, pese a ser conservador y católico, no entrega el poder a Gil Robles, y prefiere dárselo a Lerroux. Es imaginable pensar que Alcalá Zamora sospecha de la “accidentabilidad” del régimen que propugna Gil- Robles. Yo creo que todo el mundo sospechaba ante esa ambigüedad. Y muy posiblemente lo que en aquellos tiempos se percibiera era que la Iglesia iba a ir a saco contra una constitución tan lesiva para sus intereses. Y es razonable pensar que si no se puede reformar la constitución de 1931 de una manera legal, hay que derribarla, como sea. Porque lo que parece claro es que la constitución de 1931 es inadmisible para la Iglesia. Y esta constitución no se reforma tan fácilmente. La Iglesia no es ni anti-republicana, ni anti-constitución de 1931. Eso es accidental. Está claro. Y por eso hicieron que la II república fuera un accidente: y en los libros posteriores la borraron como periodo histórico.
Creo que se les fue de la mano a todos, pero verán como se le fue a la Iglesia: Efectivamente, la CEDA no es ni republicana ni monárquica. La CEDA, obviamente, es la Confederación Española de Derechas Autónomas. Es la organización política de la Iglesia para la defensa de sus intereses, los cuales considera vulnerados por la Constitución de 1931, y creada ad hoc en base a la forma organizativa que tiene más a mano, las localidades, confederándose regionalmente, como ámbito territorial con radio de acción. Su objetivo es entrar en el parlamento para defender los intereses que son propios a la Iglesia. Su puesta en marcha inicial parte de las organizaciones católicas, y, por localidades, consiste en organizarse a través del cura del pueblo, el cacique y el capitán de la guardia civil, como ya he dicho en más ocasiones. Algo así como la COPE es para la parrilla radiofónica a día de hoy, es la CEDA para la parrilla política de la II república. La organización se hace de una forma rápida, gracias a que las estructuras de Poder ya estaban montadas de antemano. Lo de la Constitución del 31 es una cosa muy gorda para la Iglesia y, por ello, hace bien en organizarse como mejor pueda y como mejor sabe ante tamaño atropello, si es así como lo sienten. Yo opino que se les fue de las manos, con un muy alto grado de intencionalidad. Junto “al Debate” la editorial Edica crea una red de periódicos regionales que surgen, precisamente, alrededor de 1933, como el “Ya”, “el Hoy”, “la Verdad”, “El ideal Gallego”, “Ideal”. Dinero hay: lo ponen los caciques locales y regionales. Todos hostiles al régimen. No hace falta remitirse a Jiménez Losantos para imaginarse de qué manera. Aunque, eso sí, acatando las formas de gobierno establecidas. Desde el primer momento cuenta con el respaldo entusiasta de los grupos de notables regionales y amplios capas sociales: las que van a misa. Y hacen bien, no lo dudo, con la salvedad de que luego no hubieran participado miembros de la CEDA en la preparación del pronuciamiento del 17 de Julio de 1936. Ni hubiera aportado toda su organización de Poder local al apoyo de la sublevación. Cada cual debe defender sus espacios como mejor puede y sabe: pero no como ellos lo hicieron. Fueron resposables. Si que lo fueron. Al igual que la Iglesia coloca a los periodistas en estos periódicos de su propiedad, coloca a los políticos en los partidos propios. El cura en la Iglesia, el periodista en el periódico, el político en el partido. Una organización rápida y eficaz. ¿Qué organización puede montar una estructura de Poder así? Se sabe: La Iglesia Católica Apostólica Romana. Se acata las formas de gobierno establecido. Así lo dice el Papa. Y lo que dice el Papa: va a misa. Objetivo, en sí, del catolicismo español, de la Jerarquía: recuperar el terreno perdido. A ellos les da igual el régimen político. Lo que les importa es mandar e imponer su forma de ver el mundo. Y lo lograron. Vaya si lo lograron. Visto el resultado. Y potenciaron que se desarrollara una Guerra incivil. Y participaron. Lo que vino después de la Guerra Civil es de sobra conocido. Un General llegado "por la Gracia de Dios" y un estado Teocrático. Y ese régimen no era, para ellos, "accidental": como les reestableció en todo, que coñe iba a serlo. Y ya sabemos que con Maquiavelo, lo "accidental" significa lo que conviene que signifique según los intereses del que profiere el discurso... Ante todo este embrollo político por el Poder: quien no se vuelva comunista que levante la manos en especial si, como ocurría, uno no tiene donde caerse muerto y no ha visto otra más gorda que los que trabajan no comen y los que comen no trabajan-. Que la Iglesia fue a saco contra el regímen constitucional del 1931 me parece indudable. Se torcieron todos hacia un ala, izquierda, hacia un lado, derecha católica, hacia otra, en una época histórica donde en europa triunfa la rebelión de las masas: bolchevismos y fascismos. Sobre el bolchevismo (y anarquismos o troskismos y tal, también enfrentados) a nadie le cabe duda de su papel incendario. En España no fue el fascismo, contrario a los bolchevismos, la postura enfrentada. Fue la IGLESIA. Y si la IGLESIA se propone incendiar un regímen político, en especial en aquella época de sociedad aún rural (hasta en las capitales de provicincias se conocía todo el mundo; exceptuándo algunas grandes capitales como Madrid, Barcelona, Bilbao o Valencia, donde hay un mayor anonimato) donde la IGLESIA tiene control moral sobre las conductas sociales... como digo: si quiere incendiar un régimen lo hace. Y que indendió impoliticamente, usando el nombre de Dios, no me cabe ninguna duda. Y que usó las Iglesias como recintos, o sedes, para organizarse políticamente, también. Yo creo que su grado de resposabilidad es tan alto como el de los bolchevismos (y otros ítsmos de izquierda de masas); creo que la IGLESIA movilizó a sus masas del mismo modo a como lo hacen los bolchevismos y fascismos. Aunque yo no lo considero fascismo de ningún modo. Fue muy hábil, pues usó el nombre de DIOS, y los sacerdotes, para darle una legitimidad moral. Que no entro en en si la tenían o no, pero parece que es todo muy discutible, tanto en fines como el medios: creyeron ver peligrar sus principios y se organizaron. Y lo hicieron muy, pero que muy bien, teniendo en cuenta que lograron sus objetivos. Pero los medios puestos en funcionamiento no cabe duda de que son reprobables. En la organización de la represión, por ejemplo, que fue muy ordenada y planificada; donde los curas fueron el último eslabón, dando misas a donde iba los que mandaban los fusilamientos, y tratando de hacer confesar por sus pecados, según ellos, de rojerío y ateísmo, a los sentenciados. En sentido contrario, nadie lo pone en duda, también se organizaron. Pero mataban sin poner a Dios por medio. Eso es los que les reprocho yo, que soy cristiano erasmista, y muy crítico con las fariseas y maquievélicas posturas de la Igleisa nacida en Trento. Así, creo que fue un "catolicismo" de masas, organizado jerarquicamente por quienes tenían una mayor Poder. De esa jerarquía sistemática adoleció la contra-contra revolución. El estalinismo trató de organizarla meses después de la sublevación de una parte del ejército español, y de ahí los conflictos entre troskistas (poumistas) o anarquistas. Ese conflicto no se dio en sentido contrario porque si algo es la IGLESIA es una cosa: JERARQUÍA. Pero responsables de todo, junto a otros, lo fueron. Vaya que si lo fueron. Por eso piden el Olvido. Solo que los otros, la canalla roja -como los llamaban-, no usó el nombre de DIOS, como hizo la IGLESIA para ejercer la represión. Es es el doble pecado de la IGLESIA: participaron, hostigaron, formaron parte de la represión organizada y todo ello con el nombre de DIOS por bandera.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Un partido caduco en un sistema caduco y circular

A los espíritus libres, viendo esta España, no nos queda otra que implicarnos en política. Quizá sea por imperativo moral: si amamos la libertad, nos decimos, la queremos para todos. Quizá, también equivocadamente, pues no todos aman la libertad. Ésta exige responsabilidad. La Cervantina sentencia del vituperado caballero se convierte, sin embargo, en principio vital. Leo una conferencia dada por un joven Ortega en 1909 y veo que las cosas hoy, como ayer, no han cambiado tanto; quizá sea porque aquel sistema como el de hoy tienen similitudes: Restauración monárquica, turnismo y Oligarquías católicas y financieras manejando la cosa pública. Y democracia ninguna. El Partido popular es un partido caduco, un partido de gente vieja. Podrán votarlo jóvenes. Pero las mismas cosas que se leían para aquella fecha se pueden extrapolar a los mismos de hoy. Será que los viejos siguen diciendo las mismas sandeces a los jóvenes; y estos no tienen más conciencia política que éstas. Y sin ningún espíritu crítico estamos condenados a vivir una y otra vez el día de la marmota. Por eso afirmo que no ha cambiado nada: que siguen siendo los mismos perros con distintos collares. Nada más duele a las inteligencias sensibles como el analfabetismo moral. Nos arrasa. No hace nada más llegar al Poder Absoluto el Partido Caduco, en este sistema de dictaduras parlamentarias, y nos mete, como ayer en Melilla, en una guerra. Decía ser su Jefe de Partido heredero de Maura. Y no vamos a desdecirle. ¿Pero nada han aprendido los españoles desde entonces? ; No, no han aprendido nada. Repitámoslo otra vez: son los mismos viejos enseñando las mismas cosas a los jóvenes, condenando a repetir las mismas cantinelas. No nos queda nada más que amargura y tristeza. Ni porque sí, ni porqué no repiten. Y repiten porque es un partido caduco con caducas mentalidades. Decía Ortega: “el gobierno ha llevado a la guerra al pueblo español, no solo con violencia y rompimiento de su contraria voluntad, sino que lo ha llevado sin consulta, sin aviso, sin explicación. Ha abusado de su fuerza, ha abusado de su contrato constitucional, se ha comportado villanamente”. Señalaba nuestro insigne filósofo: “España está en todas partes menos en el parlamento, que la ciudadanía no tiene intervención en la política, que no vivimos en un Estado legal moderno”. Aquellas palabras bien valen para hoy, tristemente. Y después…¿Qué nos dice después?... nos dice algo sobre la ciudadanía de este país que no deja de ser cierta para nuestro tiempo: “la masa-pueblo no ha vivido vida política en nuestro país; no ha sido ni republicana ni monárquica ni demócrata, ha vegetado, simplemente…” Además, añade…”la masa-pueblo es por definición la que no tiene ideas políticas originales, la que necesita que unos pocos, unos elegidos, de unos aristócratas morales para que concreten y orienten su volición”. Pero yo me digo: quienes han sido a día de hoy esos aristócratas morales ¿Fraga? ¿Carrillo?... ¿Suárez? ¿Don Juan Carlos? Si, parecen que han sido estos dos últimos los artífices de nuestra anhelada democracia. Sin embargo, hoy como ayer, somos algunas voces anónimas las que solicitamos lo que ayer solicitaba Ortega: “una larguísima era de reconstitución liberal”… para recrear la nación de sus ruinas bárbaras de rutinas impolíticas se precisa de utilizar, otra vez, la libertad como instrumento pedagógico. En algo hemos ganado: la violencia se ha reducido. Yo creo firmemente que es debido a varios motivos. Uno de ellos es que la educación pública ha cumplido uno de sus cometidos. Sin embargo, la que no ha cumplido ha sido la clase política ni nuestros viejos caducos. Esos han seguido igual: Mal enseñando. Sin embargo, que no quepa duda: la semilla de la Libertad está sembrada; solo hace falta que germine. Todo se repite en este país, con algunas diferencias: las sacristías ya no son el único altavoz político. Ni los curas los más sabios. Ni los agricultores los más analfabetos.

El franquismo sociológico en el debate del estado de la Nación

Al final, no he podido evitarlo, he leído los comentarios a las intervenciones políticas en el debate del estado de la Nación que se han escrito en los medios de comunicación. Aparte de eso escuché la intervención completa de Duran i Lleida. Debo decir que el debate me ha parecido muy mediocre; en especial la intervención del PP, como heredero de la derecha franquista, que nada sabe hacer salvo tirar pedorretas. En definitiva, que otra vez el debate parlamentario ha estado copado por los payasos, los tenores y los jabalíes de los que hablaba Ortega. Por tanto, una vez más el forcejeo político no ha llevado al enriquecimiento espiritual de la cámara, ocupada, de izquierda a derecha, por mediocres políticos. El discurso de Duran i Lleida ha sido, en lo que se refiere a él, bastante mediocre: el típico discurso de la burguesía económico liberal catalana, presentando medidas económicas prototípicas del discurso neo-liberal. Lo de Rajoy, junto con la entrevista que escuché en TV a la niña, me han parecido de mediocridad absoluta, enquistándose en los cuatro millones de parados, como la zambomba única que son capaces de hacer sonar. Seguramente porque es lo único que entenderán sus simpatizantes. En fin, el debate real que se está dando es de “política económica”, materia obtusa para el común de la ciudadanía. Aunque bien puedo entender que los primeros espadas de los partidos oligocráticos no son especialistas en la materia, si que podrían haber hecho pedagogía política. Y en ese aspecto Zapatero ha estado más hábil. Puedo entender, además, que no es razonable que en el debate sobre el estado de la Nación se sacaran las grandes pizarras que ocupan las facultades de economía, y se llenaran de cabo a rabo con los análisis econométricos, pues solo seriamos cuatro los ciudadanos que nos enteraríamos de algo, pero sí que sería razonable, como digo, una pedagogía política de un mayor nivel. Lo que está claro es que el nivel educativo español es bajísimo: por eso los políticos, en especial los del PP, se basan en pedos y berridos. Creo que las pantallas de ordenador poco podrán hacer sobre ello mientras el estado financie colegios de curas y monjar. En fin Lo que se debate, por tanto, en estos días, es sobre “política económica”, y ese es un debate no solo español, sino mundial. Krugman y Stiglitz a un lado, y Hayek y Friedman a otro. Como Rajoy no tiene lo que hay que tener – al menos Duran i Lleida si los ha tenido- se enquistado en el bufido, haciendo el jabalí. La muestra de que el PP sigue siendo, y sigue sostenido por las bases del franquismo sociológico, ha sido que hoy, día siguiente del debate, mientras se subía los pantalones –pues había sido pillado en el wáter, haciendo la necesidades fisiológicas que se hacen sentado-, ha dicho que ellos van a seguir con las desgravaciones fiscales sobre la vivienda habitual, cosa que podía haber dicho él ayer. Pero la disciplina de partido es la disciplina: lo que nos hace ver es que si llegara a presidente no mandaría él, sino el partido. ¿Qué quien es “el partido”? Sólo Dios lo sabe. En fin digo lo de la medida como exponente del franquismo por muy señalada razón. Fue el franquismo quien creó el modelo de vivienda en propiedad como medida de apaciguamiento social. Pensó que si un obrero tenía una vivienda en propiedad, no sería contrario al régimen; y, por tanto, de derechas, aunque hubiese sido un obrero toda la vida. Esa es la parte del franquismo sociológico sobre la que se apoya; y ese el razonamiento del porqué hoy, cuando venía de cagar, ha señalado, en rueda de prensa, su postura de partido, mostrando su capacidad como estadísta. Aunque creo que en el sistema político vigente los estadístas, ideales caballeros de la democracia, van a ser muy escasos. En fin, sobre lo de la vivienda, es una posición y, por tanto, hay que respetarla. Los países más avanzados del mundo, basados en una mayor movilidad del “capital humano” – neo-lenguaje que aborrezco- y de las personas están abogando por un modelo de competitividad diferente... y que el modelo de vivienda en propiedad es un modelo caduco que va a ser muy dificil de modificar en la cultura española. Aunque en parte entiendo la naturaleza del debate y la dificultad de modificarlo. Pero sin duda, el modelo de crecimiento económico, en base a la vivienda, es un modelo caduco. El modelo es el del capital humano, repito, aunque no me guste el término y aborrezca tdo lo relacionado con los "recursos humanos", la clave del desarrollo económico español está en el talento y competencias de los españoles (no todos van a ser espíritus libres, algunos utilizarán las matemáticas que aprendieron, para que al PNB potencial se mueva hacia "la derecha", como enseñan en la facultades y cosa que Rajoy no explica). Por eso lo de los Masters a licenciados desempleados, que tiene como objeto apostar por el talento, en vez de por ladrillo, una vez que el ciclo económico vaya a al alza.

El mandato imperativo en el debate del estado de la Nación




No he podido seguir todo lo que se ha dicho en el debate sobre el estado de la Nación que se está celebrando en el hemiciclo. Me imagino que no escucharé, tampoco, la tanda de disparates, recortes y montajes que harán las televisiones, según sus intereses; solo algunas cosas me han llamado la atención. La primera ha sido el surrealista inicio de la sesión. Han jurado o prometido dos nuevos diputados su respeto a la constitución de 1978, como trámite para ser diputado de iure. No tengo conocimiento si el reglamento de la cámara así lo exige; pero a mí me parece prometer o jurar una cosa así fuera de sitio. Máxime si la política fuese si y solo si, estar de acuerdo con el sistema político vigente, como si éste fuese el más democrático de los sistemas posibles. Cosa que no lo es, como he venido señalando. Que un diputado vaya a las Cortes, firme donde haya que firmar, recoja su acta y punto. Ahora bien: yo me pregunto cómo ha llevado ese diputado al escaño, y que clase de servilismos llevan a tal honorable cargo, y quien elige a quien debe sentarse en el escaño. Parece ser que eso se tramita dentro de los partidos, cosa que huele a gato encerrado. Juro respetar la constitución, dice el diputado de turno; pero resulta que este se pasa por el aro la propia constitución, que señala la prohibición del mandato imperativo de los señores diputados. Pues vaya un coño. Mejor diga usted juro y prometo rendir pleitesía a los que tienen el Poder en mi partido –quienes lo financian-, y más acorde a la verdad sería la cosa. El problema reside en el sistema de listas para la cámara representativa y sobre quien decide esa lista. Porque si la lista es elegida por los partidos, que es lo que ocurre, el pavo que jura y promete no representa a la ciudadanía. Sino que representa a quien le eligió, que por supuesto no es el ciudadano, sino los que mandan en los partidos. Y como todo el mundo sabe, se sabe quién manda: el que pone más dinero. Lo del mandato imperativo era una cosa del Medievo, cuando los franceses mandaban a las cortes con un papelito donde se escribían las peticiones que su representante debía hacer. Pero eso se rompió con el más revolucionario de los cambios políticos ocurridos en el mundo occidental. Los representantes podían saltarse a la torera el mandato imperativo y romper el papelito de los representados. Así que va y resulta que el la Constitución española prohíbe el mandato imperativo, y el diputado puede, en las votaciones y a su antojo, votar lo que crea conveniente. Así debería ser, y daría un margen de libertad al diputado, de acuerdo a sus convicciones morales y política. Ello exigiría un mayor nivel político de éste, pues su elección ya no dependería de “El Jefe” del partido, del Oligarca de turno, sino que la ciudadanía debería elegirle, en base a que le acepte como representante. Y una vez que se convirtiera en diputado, pudiera mandar el mandato imperativo, como la constitución manda, al W.C. Pero resulta que esto señores diputados no van por libre, sino que deben votar lo que imperativamente le mandan en su partido. ¡Como para que el parlamento limite el poder del Ejecutivo!: el que si se tira a la basura es a Montesquieu. El Poder absoluto lo ejercen esos que ponen al diputado en la lista, pasándose el mandato constitucional de no seguir ningún mandato por los forros. Vaya un juramento más tonto que he oído hacer a los diputados esta mañana. Así que, desde ahí, apagué el transistor.

lunes, 11 de mayo de 2009

Los padrinos: el Opus y la transición

Así que menos cuento. La influencia del "Opus dei" en la llamada transición a la democracia me parece incontestable. Quienes ignoren eso, ignoran absolutamente todo sobre la historia política del país. La habilidad política de la Iglesia, como venimos señalando es del todo incuestionable: lleva algunos milenios detentando el Poder político, y sabe cómo organizarse; y cómo manejar las bazas con las que cuenta en política. Se basa sobre todo en la consecución de sus fines, usando los medios que considere oportuno, disfrazando los hechos, en base a la mentira política. Usando a Maquiavelo, se organiza, y ofrece una cara, hacia un lado, pero se inmiscuye en los centros del Poder. En 1975 el Opus posee 70.000 miembros. Pero no son cualquiera: son las familias políticas del régimen; las oligarquías financieras del país que han salido bien colocadas tras la funesta y victoriosa guerra civil. Que Navarra sea el centro del Opus, y desde donde se irradiará. La base del Opus es el “clientelismo”, este sí que tradicionalista, de la política española. La jugada consiste en introducir el conservadurismo ultra católico en la familia. El Opus, es de sobra conocido, consiste en una secta. Una poderosísima secta, de relaciones entre familias, que se ayudan entre sí, a través “de favores”, aquello de los Padrinos: Una parte de las rentas obtenidas van a parar a la Obra; pero, a la vez, se crean las redes de clientelas precisas para conformar las estructuras de Poder, donde el sector de la Iglesia más conservadora forma parte. Es además muy difícil salir de la Obra y el comportamiento que se exige a sus miembros es también duro: es la vida monacal en las familias. Si Erasmo criticaba la vida monacal, y posteriormente los Jesuitas se convirtieron en la órden “rica”, y con mayor Poder en Roma; el Opus decide llevar el ideal de comportamiento cristiano a los centros de la sociedad civil: la familia. Salir de la Obra manda al ostracismo al que lo hace: pierde todas “las ayudas” e “influencias” de las que goza. Permanecer en ella tiene sus beneficios: puestos, financiación, Poder. Todos los miembros de una familia del Opus tienen el futuro asegurado y son introducidos en todos y cada uno de los lugares de Poder económico, social, político, judicial y militar. El régimen franquista es un régimen peculiar. Es un régimen clérigo monárquico. La España de Franco quiere encarnar, en palabras de Raymond Carr, la visión de Maeztu, uno de los propagandistas de la derecha monárquica, muerto en la matanza de la Modelo: Una “monarquía religiosa y militar”, aunque sin monarca en el trono. “La transición” no consistió en otra cosa que eso. Veámoslo. La constitución del 1978 estructura el estado en base a cinco Títulos: El título II, sobre la Corona, el título III, sobre las Cortes, el título IV, el Gobierno, el título V relaciones Gobierno- Cortes, y el VI, el judicial. A la cabeza, como vemos, se encuentra la Monarquía. ¿Porqué? Porque la monarquía tiene subrepticiamente el Poder más importante de un país. La Fuerza real no supeditada a Derecho. ¿El qué? “el mando supremo de las fuerzas armadas”. Eso es lo que persigue controlar el Opus Dei: El ejército. Aquí me gustaría que ustedes hilasen sobre los hechos del 23-F. ¿Porqué Carrillo acepta la bandera rojigualda, y acepta la Monarquía? Esperemos que lo escriba en sus memorias, las que deje para después de su muerte. Carrillo acepta esto después de la reunión con el rey. Posiblemente Carrillo observe que la casa del rey está dirigida por el Opus. También sabe que las familias del régimen más poderosas, los medios de comunicación más influyentes se encuentren en su Poder, así como los empresarios más reconocidos (eso explica el peculiar calvinismo, en lo económico, y a la vez, el utra-catolicismo romano y vaticano en los Moral de los conservadores en este país, y que a mí siempre me sorprendió); las revistas políticas y las del “corazón” están en su poder. ¿Monarquicos liberales o, más bien, saber donde están los cetros de poder?. Incluso las propias CCOO se organizan en las sacristías, y en esas mete la mano la Jerarquía de la Iglesia, a través de los sacerdotes. Y es que no olvidemos el poder político que tiene la Iglesia, que ya sabe que nuestra sociedad ya no es rural, sino industrial: I) Organiza a las oligarquías financieras a través del Opus II) Tiene Iglesias desparramadas por todo el país, ciudades, barrios y pueblos, con una amplia red de miembros que ofrecen discursos políticos todos los fines de semana, poniendo a Dios sobre la mesa de la Política. Sabe Carrillo, por tanto, una vez que se entrevista con el Rey, que la Iglesia española, con sus familias más poderosas, quiere manejar el tempo del cambio político, organizarlo y llevarlo a su manera. Que la Iglesia española está contra la ruptura. La ruptura era la principal tesis de la Junta democrática, donde estaba el PCE entre otros. La Plataforma, en cambio, que se organizaba desde dentro de país, quizá, era más “realista”. Para la consecución de la democracia era preciso una ruptura; pero quizá advirtió Carrillo que eso era imposible, habida cuenta de los cetros del Poder, y que la Iglesia y el Opus se opondría de redondo a la ruptura. Y que ciertamente, Carrillo sabía, que si esto ocurría se volvería a repetir lo que nadie quería. Y es que el verdadero fantasma que revoloteaba por la transición era el de la Guerra Civil; que al igual que las carlistas en el XIX, se repitiesen. El ejército también estaba dividido en parte, y existía una unión democrática – y también muy cercana al Opus-, dentro de una oficialidad reaccionaria. Así “la clase política” negoció, y consensuó el sistema; “una dictadura parlamentaria”, donde el rey modera y manda sobre el Ejercito; El Opus sobre el Rey. Y, subrepticiamente, la Iglesia sobre todos. Nos trajeron, sí, un sistema de libertades políticas, que en el fondo era lo que buscaba el PSOE, pero no una democracia, donde gobernase el Pueblo. Quien manda. Y sigue mandando es el Opus. Que controla la casa real y, por tanto, las armas. Lugar último donde se encuentra la Fuerza y, por tanto, el Poder. El Opus maneja el barco español de la transición: Cómo mandar en un país a través de la Monarquía. Así que menos cuento.

jueves, 7 de mayo de 2009

Becket: El Opus manejando la nave de la transición.

Miren la jugada:
Carrillo (comunista) pactando con Fraga (franquista aperturista) y Adolfo Suárez (falagista aperturista), como demócratas, y el Opus Rey dando las palmadas a los tres, en plan moderador : la clave de la transición. Maria manuela me escuchas... Acaban de hacerles, a Carrillo y Fraga, una película como los últimos testigos. Debemos creernos que ese pacto entre la clase política, entre “la acción” y “la reacción”, entre "vencedores" y "vencidos" fue el que, por fin, trajo la democracia. No será, más bien, un régimen de libertades otorgado por la clase política, cuyos hilos son movidos maquiavélicamente por el Opus (redes oligarquicas de la Igleisa en la sociedad civil de la aristocracia del régimen). Ni la sociedad de entonces era lo suficientemente libre para montar la democracia ni la clase política era demócrata. El Opus movió todos los hilos, como digo, infiltrandose, desde el régimen en todas las clientelas ministeriales y económicas: una oligarquía nacida durante la dictadura de caracter católico y financiero. Se llamaron "centro" y "humanistas cristianos", "democracia cristiana" ¿Liberales? ¿Socialdemócratas en el CDS? !Y una mierda! Si la Iglesia derrocó la república, haciendola impracticable, la Iglesia trajo la democracia cuando creyó oportuno. Y lo que creyó la Iglesia era que lo mejor para ella era evitar la ruptura a toda costa y que se organice un sistema democrático donde ellos sigan campando a sus anchas. Como por ejemplo controlando la casa del Jefe del Estado. El documental de la Pregoaunque son hábiles, se presta a esa interpretación. El Opus y la Iglesia juegan a Maquiavelo. Pero no lo olvidemos: la Igleisa es política, pero nunca será democrática en el sentido de la ilustración. Y luego vemos, en dicho documental -donde a todas luces, aunque solo los avispados se dan cuenta de ello, se ve la mano de éstos-, en el Documental de la Prego, la gran actividad política de Don Juan Carlos I, mostrándose como un grandioso estadista que quedará en la Historia, como moderador de esas dos España. Y un cuerno. Da la curiosidad que Díez Alegría anda por esos documentales como Pedro por su casa. Qué hábil es la Iglesia. Debemos creer que Juan Carlos II, mandó emisarios a Kissinger y a Chauchescu: y que vamos, se pilotó desde allí la transición, desde el nuevo Caudillo. Y que el Opus Dei, secta católica ultra-religiosa creada en España, con secretarios de la casa del rey y máximos dirigentes en el ejército, dejaban hacer al recién nombrado monarca, y nada tenían que ve Diálogo de la película Becket, según el doblaje:- Mi principe, desearía ayudarlos. - y ¿A que esperas? -que el honor de Dios y el honor del Rey sea una misma cosa.
Texto completo:
Uno de los análisis que me parecen más verdaderos, o veraces, es los que realizó Ortega en su día explicando lo que él llamó “razón histórica”. No voy a pasar a describir lo que el filósofo español entendía por ella, pero si quiero recalcar la importancia que dio a “las generaciones” y como cada generación, de acuerdo a su perspectiva histórica, contempla los hechos a su modo. Yo, por ejemplo, soy de esa generación que vino al mundo como la canción de Serrat canta, “españolitos que venís al mundo os guarde Dios”, cuando el dictador no le tembló el pulso, ni atendió a las llamadas del mismísimo Papa, para ejecutar una pena de muerte de carácter político. Por eso, pertenezco a una generación que ya viene después; y mis primeros recuerdos de la democracia son el Jimmy Carter, Adolfo Suárez y Carrillo que, tras la carta de ajuste, usaban el espacio publicitario de una jóven democracia. Es por ello que hoy en día soy nuevo, en relación con los de la vieja escuela, y que vivieron politizados por aquella época. Es por ello que hoy me puedo acercar a los hechos históricos como generación nueva, y con aparato crítico, para poder poner los puntos sobre las íes, en referencia a lo que en aquellos tiempos se montó como democracia. Revisando los documentales de la Prego acerca de la transición no dejo de mostrarme muy escéptico sobre el proceso; y como soy de natural crítico, veo lo blanco blanco y lo negro negro, en base a esa “razón histórica” y perspectiva orteguiana, totalmente subjetiva, claro. Y no dejo de admirar como se quiere dar con queso a la población, o ciudadanía, en base a castañas pilongas. Vamos a ver: Me sacan imágenes de la plaza de Oriente con una población enfervorizada jaleando a Franco, con pancartas de !Arriba España!, y cantando, ¡Oh Sorpresa! El “que viva España” que hoy mismos se escuchan en los campos de futbol. Allí, en 1975, los hay con la camisa falangista y la boina roja cantando el cara al sol. Hemos de creer que parte de esa sociedad aceptó el juego democrático que vino después, así sin más. De no ser que la democracia que se montó, se montara en base a un pacto de gentes que no eran demócratas. Y así fue. Carrillo (comunista) pactando con Fraga (franquista aperturista) y el Adolfo Suárez (falagista aperturista), como demócratas, y el Opus Rey dando las palmadas a los tres, en plan moderador : la clave de la transición. Maria manuela me escuchas... Acaban de hacerles, a Carrillo y Fraga, una película como los últimos testigos. Debemos creernos que ese pacto entre la clase política, entre “la acción” y “la reacción”, entre "vencedores" y "vencidos" fue el que, por fin, trajo la democracia. No será, más bien, un régimen de libertades otorgado por la clase política, cuyos hilos son movidos maquiavélicamente por el Opus (redes oligarquicas de la Igleisa en la sociedad civil de la aristocracia del régimen). Ni la sociedad de entonces era lo suficientemente libre para montar la democracia ni la clase política era demócrata. El Opus movió todos los hilos, como digo, infiltrandose, desde el régimen en todas las clientelas ministeriales y económicas: una oligarquía nacida durante la dictadura de caracter católico y financiero. Se llamaron "centro" y "humanistas cristianos", "democracia cristiana" ¿Liberales? ¿Socialdemócratas en el CDS? !Y una mierda! Si la Iglesia derrocó la república, haciendola impracticable, la Iglesia trajo la democracia cuando creyó oportuno. Y lo que creyó la Iglesia era que lo mejor para ella era evitar la ruptura a toda costa y que se organice un sistema democrático donde ellos sigan campando a sus anchas. Como por ejemplo controlando la casa del Jefe del Estado. El documental de la Pregoaunque son hábiles, se presta a esa interpretación. El Opus y la Iglesia juegan a Maquiavelo. Pero no lo olvidemos: la Igleisa es política, pero nunca será democrática en el sentido de la ilustración. Y luego vemos, en dicho documental -donde a todas luces, aunque solo los avispados se dan cuenta de ello, se ve la mano de éstos-, en el Documental de la Prego, la gran actividad política de Don Juan Carlos I, mostrándose como un grandioso estadista que quedará en la Historia, como moderador de esas dos España. Y un cuerno. Da la curiosidad que Díez Alegría anda por esos documentales como Pedro por su casa. Qué hábil es la Iglesia. Debemos creer que Juan Carlos II, mandó emisarios a Kissinger y a Chauchescu: y que vamos, se pilotó desde allí la transición, desde el nuevo Caudillo. Y que el Opus Dei, secta católica ultra-religiosa creada en España, con secretarios de la casa del rey y máximos dirigentes en el ejército, dejaban hacer al recién nombrado monarca, y nada tenían que ver con . Lo,lo,lo,lo,lo,lo,lo,lo. Así pasa lo que pasa: que para un demócrata liberal como yo, de pura cepa, esta democracia, con todas sus virtudes, que son muchísimas, adolece de grandes vicios democráticos. En especial que no existe División de Poderes y que la política, en último término, se realiza los fines de semana en cacerías donde acuden jueces y fiscales; políticos, empresarios, y altos cargos de empresas y Cajas de Ahorro y medios de comunicación, donde pertenecen miembros de la Obra. Del “centro” verdad. Luego dirán que yo soy el cándido. Yo lo que veo hoy en día es que los colegios de curas y monjas cada vez son más poderosos. Así que Ala¿ el Madrid qué, otra vez campeón de Europa?. Sobre El concepto de "la voluntad popular", democracia en España y el Opus Dei, es muy importante tener en cuenta lo siguiente: Ese ente teórico de la ilustración llamado “la voluntad popular” - la voluntad popular tiene sentido en una sociedad civil que se organiza políticamente en base al laicismo: poner a Dios sobre la mesa de la negociación significa un vicio democrático, puesto que la política democrática, liberal, consiste en negociación entre personas sin poner ni pistolas ni dioses sobre la mesa. ...Los de Opus si que saben... como mandar en este país. Y como engañar a los pobres de carabaña... en base a el miedo que sentían. No juzgo a aquella España, ni a aquellos españoles; muchos de los cuales simpatizan en el PP. Pero de verdad: cuando, ignorantones peperos que votáis al PP siendo obreros y decís eso de "Yo de política no entiendo". Decís toda la verdad.

Debates sobre la cuestión religiosa durante la II república (Continuación)

En los debates que mantengo sobre esta materia, mantengo las siguientes posturas: La Iglesia intervino políticamente durante todo momento. Eso no justifica ningún atentado contra las personas que la conforman ni la quema de sus edificios. Intervino en política; además, su intervención trataba de mantener o conservar. Y lo que había durante la Monarquía hacía atrás era un estado teocrático de sumisión política de la población en las localidades: lugar donde mandaban cuatro, el cura entre ellos, y la forma de ver el mundo era como esos cuatro decían que "debía ser". Eso de que le digan a uno como "deben ser" las cosas es muy duro; quizá los españoles sean muy Numantinos. Y que le digan a uno como "deben ser" las cosas, cuando las cosas son tan rematadamente injustas puede producir estados de ¿anarquía?. Mandar, decir lo que se debe hacer, es muy bonito: Sí señor, made usted. Tragarlo no lo es tanto. Quizá la población viera en ella, sin justificar nigún asesinato cometido, como la fuerza contrarevolucionaria con mayor poder de organización. Y no estaba estaba escasa de razón en eso, como luego se pudo ver, al organizarse utilizando las sacristías como sedes políticas. Y al final, revolución y contrarevolución son la misma cosa y se comportaron de forma rematadamente inmoral. Al respecto de los sucesos del 11 de mayo los considero como deplorables. La clave, no se, de la política española estuvo entre las tensiones clericalismo-anticlericalismo. Por eso busco sus antecendentese en la reforma del clero intentada por el humanismo cristiano y la organización del mismo en la contrareforma. El Cardenal Segura con su pastoral y el círculo monarquico, la marcha real, oponiendose al nuevo regímen: La Iglesia, con sus jerarquías, metido en la acción política. La quema de conventos del 11 de mayo, si deplorables. La acción política de la Iglesia no justifica los actos contra ella cometidos, es verdad. La Iglesia, ciertamente, se organiza para defenderse (Contrarevolución), y efectúa la acción política: el derribo del regímen. Organizando las derechas locales. Participó en todo el embrollo, actuando políticamente. Simplemente eso. Que no es poco. Se comportó, me parece a mí, como organización política o sindical. Me dirán que algunos sindicatos y partidos usaban psitolas, y que la Iglesia no. Es cierto. Pero también miró hacia otro lado y no vio, ni quiso ver, tampoco, lo que no le interesaba; o lo justificó, lavandose las manos, interponiendo a otros, los salvadores: los caballeros de la cruzada. Participó de una manera muy hábil y organizada. La quema de conventos del 11 de mayo fue deplorable, pero pienso que la no aceptación del art. 26 fue más importante.

Como han podido comprobar mi opinión al contenido de la redacción del art. 26 es negativa, quizá por inoportuna: se realizó sin tener en cuenta, en realidad, ese ente teórico de la ilustración llamado “la voluntad popular” - la voluntad popular tiene sentido en una sociedad civil que se organiza políticamente en base al laicismo: poner a Dios sobre la mesa de la negociación significa un vicio democrático, puesto que la política democrática, liberal, consiste en negociación entre personas sin poner ni pistolas ni dioses sobre la mesa -. En fin, "la voluntad popular" que precisamente los liberales-burgueses -los masones, dirán- tanta importancia daban, se tergevirsó con una "acción popular", que no era otra cosa que una "acción católica" y que trataron de llamarla como "acción nacional". Y que precisamente ese artículo, además de otras muchas cosas, desató todas las iras contra el régimen. Eso nunca lo he discutido. Espero que entre todos consigamos aclarar un poco los hechos, tan empañados. También trato de argumentar, espero que así se interprete, es que el régimen republicano también nació viciado como democracia, pese a su intento de serlo. Ya no hablo de legitimidad: sino que sus “Cortes constituyentes” no representaban a toda la sociedad; o al menos a todas las fuerzas y PODERES políticos de la sociedad. El advenimiento de la II república se vio por parte de la “Acción” un momento histórico. Llegó organizada desde la oposición clandestina (acción republicana) o colaboración con la dictadura de Primo de Rivera (partido socialista) y desde el republicanismo histórico (Lerroux). Mientras “la reacción” quedó desorganizada a la caída de la monarquía y no pudo presentarse en condiciones a las “cortes constituyentes”. Éstas hicieron una ruptura total con toda la política anterior. Esa que Ortega llamó “Vieja política”. Los regeneracionistas, krausistas, y tal, monárquicos en un principio, se convirtieron en nuevos republicanos, que representaban a una nueva política. Pero los monárquicos quedaron fuera del juego constitucional. Con lo cual la nueva política siguió siendo tan vieja como siempre. Fue, por tanto, un trágala también, solo que en esta ocasión no había llegado en base a un pronunciamiento y por ello se vio la ocasión de imponer, en cierta medida, una república liberal-burguesa con apoyo obrero, sin poner, lo comparto, a todos los españoles, ni a todas las fuerzas políticas, entre ellas la Iglesia, en ella. Es decir, faltó un acuerdo entre “la acción” y “la reacción”. Quizá esas dos Españas incapaces de ponerse de acuerdo desde hacía muchos años. Yo argumento que desde la Reforma y la Contrarreforma, posiblemente equivocado, aunque creo que no. Pero desde luego desde el siglo XIX. Las fuerzas de la reacción, como digo, estaban desorganizadas, a diferencia de las de la acción. Eso supuso un déficit democrático. La imposición de la Restauración borbónica de Juan Carlos II (solo quiero entrar en política actual como modo de ejemplo) no supone una ruptura política del régimen anterior, sino, en cierta manera en una continuidad y un pacto (al que llaman consenso) con la oposición clandestina que aceptaba pactar. Así los partidos políticos se organizan desde ese lugar: el Partido Popular, así lo veo –tuerto o equivocado- tiene sus antecedentes en AP, CDS y de las propias Cortes franquistas; y el PSOE y el PCE de la transición son, así se parece, la oposición clandestina. Con sus matices, como sabemos. En 1931 se hace una ruptura por parte de las organizaciones políticas, valga el pleonasmo, que salen organizadas de la monarquía de Alfonso XIII: Socialistas, republicanos históricos y acción republicana, los cuales elaboran una constitución a través de unas "Cortes Constituyentes" surgidas, sí, desde unas elecciones constituyentes que las legitiman, pero donde no había aún una organización de las opciones políticas de las otras fuerzas políticas que había en España: Iglesia, terratenientes y oligarquía (la Reacción). Precisamente los que según la opinión de la Acción, responsables de muchos de los males de España: como la perdida de Cuba, el desastre de Annual, y la semana trágica. Y, a partir de ese momento, las fuerzas de la reacción se organizan: Como la verdera España, según ellos, la tradicional y la católica, la de toda la vida, designando a la España de la tradición humanista y liberal, como la antiespaña masónica. La jacobina y revolucionaria. Y se organizan como mejor pueden: desde la política local, que es donde han tenido su organización anterior. Hemos de tener en cuenta los distintos regímenes desde los que se adviene. La II república desde una dictadura monárquica y un régimen liberal viciado, el Canovista, que se había caracterizado por el caciquismo y el pucherazo, como ponen de manifiesto las obras de Ganivet o Costa: El problema de España de las generaciones del 98 y el 17. La Monarquía constitucional parlamentaria de 1978 ya lo sabemos todos: continuismo desde la dictadura franquista, con pacto entre comunistas y franquistas. Dirán que esto es una democracia, pero con gentes así pactando lo que sale es lo ha salido: un engendro partidocrático, si división de poderes. La CEDA, a diferencia del PP actual, debe organizarse sobre la marcha. Y lo hace desde su ámbito más conocido y donde ha tenido sus estructuras de Poder inveteradas desde los regímenes anteriores: el ámbito local. Y todo se convierte en impolítica. En un gallinero, sí, en un desorden, sí. Y fueron incapaces de hacer política: y, efectivamente, la Iglesia también estaba metida en el ajo. Es pues que las claves son netamente de política española, con las siguientes fases, según veo yo: Acción (Revolución liberal burguesa con apoyo obrero: constitución de 1931), reacción (contrarevolución organizada por las derehas locales, con el objeto de derribar el regímen) y enfrentamiento fraticida (revolución-contrarevolución-contracontrarevolución) donde aparecen los nuevos conceptos de revolución e ísmos políticos que vuelan por el ambiente europeo en toda su expresión. Siempre pienso que el fascismo, en realidad, no es una opción política plausible, por el imponente Poder de la Iglesia española: de ahí que el regímen naciente fuera el nacionalcatolicismo teocrático.