miércoles, 29 de abril de 2009

Crítica de Gran Torino. Clint Eastwood

Son muchos los que advierten que el cine de Clint Eastwood está lleno de matices; en especial es el aspecto trascendental, en el sentido del Paul Shrader, que hace acercarse a su cine a lugares tales como a Bresson, Ozu o Dreyer. Ya lo comenté al tanto de “El intercambio”. Con respecto a Gran Torino no hacemos más que reafirmarnos. La depuración en ese aspecto ha sido excelente: desde el famoso plano de Dirty Harry, de Donald Siegel, en el campo deportivo vacío, donde la cámara retrocede mostrando el paisaje desolado, o la gran cruz, iluminada por detrás, en el tiroteo nocturno en los jardines, el cine de Eastwood ha transitado hacia esos detalles. Gran Torino es otra muestra, como si fueran pocas, las que ofrece el director de Bird. La historia que nos cuenta es la de un señor mayor, que luchó en la guerra de Corea, y de pensamientos patrióticos o facciosos, típico de los personajes eastwodianos que le dieron fama, y que vive retirado. Es el remedo de un Harry senil que observa todo un mundo donde no encaja, ni entiende, ni quiere entender. Es, sin embargo, en los detalles donde se alcanzan todo lo sublime de la película. Otra vez, como sus personajes, se esconde una humanidad desconcertante, y que llena tanto de matices las actuaciones de Eastwood; con personajes facciosos que esconden otro lado; y que hace que el cine de Eastwood, que una vez fue considerado como lo peor del cine patriotero americano, y que después de Bird, o los Puentes de Madison, sea amado por los cinéfilos progresistas. El cine de Eastwood es mucho más que eso, y es, como decimos, en su aspecto trascendental donde se magnifican sus historias; y como sus películas se hilan de una manera sin par. Tenemos, por tanto, otra vez al Harry, al William Munny, hecho ya un viejo senil; por ello los planos de las banderas norteamericanas, no tanto como en el escalofriante final de Sin Perdón, que ondean junto el rostro de Kowalsky. Encontramos en él a los personajes de “Cartas de Iwo Jima” o de “Banderas de nuestros padres”, y en el mismo sentido de "los Japos", o "los chinos", son percibidos en la senectud del protagonista. Tenemos el tema de “la muerte” y “la salvación” y “el descansar en paz”; junto, otra vez, el tema de la venganza y la actitud ante ella, en su aspecto trascendental. Como en el cine del oeste de Henry King. Planteamos por tanto la salvación espiritual de todos esos personajes interpretados por Eastwood, una vez que se produzca su óbito; como de hecho va a producirse con esta película, donde Eastwood actor-director ha decidido matar (¿o hablamos de suicidio?), por fin, a todos sus personajes vengativos y odioso. Si es un suicidio el que perpetra Eastwood con sus personajes no hablamos de “salvación eterna” para ellas. ¿O sí? El tema es confuso, y es la raíz trascendental del discurso de Gran Torino. El personaje acude a confesarse y habla de los tres pecados que le aturden, aquellos que, de verdad, cometió “libremente” durante toda su vida y que le han atormentado: 1) deseó durante breves instantes a una vecina y la besó una vez, unido en matrimonio a la esposa que amaba. 2) Hizo un pequeño hurto, o un pecado similar, menor que ahora no recuerdo y 3) Se arrepiente de no haber estado unido a sus hijos. Esa confesión de los pecados, muy real, es escuchada por el espectador. Pero a la vez hay otra confesión que el personaje realiza, una vez que Tao queda encerrado por una rejilla en el garaje de la casa. Esos son los detalles que hacen grande su cine. La rejilla separa al Kowalski y Tao. Otra vez nos encontramos en el pecado que atormenta al personaje, como a todos los personajes Eastwoodianos: “el matar”. Curiosamente no se confiesa ante el cura de él, sino al muchacho que le va a servir de redención moral, no sabemos si espiritual. Si la redención y la venganza son temas habituales del cine de Eastwood, que heredó de los clásicos, el aspecto trascendental lo hereda de lo mejorcito del cine europeo. La forma como este Harry envejecido atrapa a los asesinos por última vez es peculiar; la forma del cuerpo al atraparlos, en cruz, confirma lo que vamos diciendo. Al final nos preguntamos ¿Se salvará el alma del personaje? ¿Se salvará el alma de William Munny? ¿Se salvará el alma de Harry Calaham? Las obras, motivos, del personaje le procuran esa salvación; o nos encontramos ante un suicido final de todos los personajes Eastwoodianos. Chapeau Clint.

martes, 28 de abril de 2009

Más sobre el debate de la cuestión religiosa

Manteniendo arduos debates sobre la historia social y política española y de pensamiento político sobre este tan traido y llevado artículo de la constitución republicana, las fuerzas de la Reacción han acudido. No pongo los argumentos que aportan, pues son del todo imaginables y que, por las respuestas que doy, podrán imaginar. Pero bueno, dos cosas, para que vean que en parte las fuerzas de la Reacción tienen algo de razón; aunque no justifica la tanda de mentira que luego se han contado: 1) Suscribo que la redacción del artículo es demasido restrictiva para con la Iglesia y que, de veras, fue un trágala para ellos 2) Las Cortes constituyentes nacieron viciadas al no haber oposición organizada que permitira pactar un artículo que representara a toda la sociedad. 1) La Iglesia fue a saco contra el regímen con todo lo que pudo. Puede servir como ejemplo de como efectuar, de hecho, una revolución contrarevolucionaria. O enseñar -mal ejemplo- a los antisistemas como se hace una revolución, en este caso contrarevolucionaria. Vaya lío. Y luego ejercer el poder político y efectuar la acción política. ¿Qué es la Iglesia si no un Poder Político analizado desde la filosofía política? Aquí van las respuestas: Voy a intentar no extenderme mucho, si puedo, puesto que tampoco merece la pena. Los lectores de Erasmo en España eran, a diferencia de lo que usted afirma, muchos. Los adagios, el Enchiridon, y el elogio a la estulticia eran vomitadas por las imprentas complutenses, el centro del humanismo cristiano. Veo que usa usted el término de Reconquista para designar a ese largo periodo de tiempo de 800 años que, según he escuchado a alguno de mis mayores, hubo de guerra contra los “moros”: hace bien, era lo que ponía en la enciclopedia Ávarez, y así lo cuenta César Vidal en su último libro. Debe ser verdad y yo no lo pongo en duda. Los curas de muchos pueblos también lo afirman. Ciertamente, España es el país más católico de Europa porque hubo de expulsar a las dos religiones que, en su seno, le hacían frente: los judíos y los árabes. No hace falta estudiar la Álvarez para saber eso. Y los Reyes Católicos, tanto monta como monta tanto, crearon un Estado fuerte gracias a esa expulsión y final de la conquista. Recadero se convirtió y a los Santos Niños los martirizaron. Eso parece claro. Que las obras del Quijote y del Lazarillo no son erasmistas puede ser: pronto se publicará un libro de César Vidal para desdecirlo. Ciertamente, los estudios de Marcel Bataillón, de la quita de Ramón Menéndez Pidal o Americo Castro, son menos leídos que los del señor Vidal. Como los libros de Erasmo, cuyo elogio a la locura no ha leído nadie en España. A ver: con la Álvarez, quien va a leer ese bodrio. A mí los jesuitas me parecen una orden religiosa dabuten: los meritos que usted aporta son del todo ciertos. Y la Iglesia que hay donde yo vivo, y se establecieron estos señores, me parece de una belleza sin parangón: su pináculo se ve de todas partes, para que nadie obvie quien manda allí. Y ya sabemos cómo son las verdades. No continuo con el refrán que dicen en mi pueblo. He leido sus cosntituiones y método educativo. Muy bueno. Me imagino que chocarían de plano con las ideas pedagógicas del siglo XX, Pestalozzi o Montessori. Pero bueno, no pasa nada. La edad Media era una época chupi: todo estaba lleno de Abadía e Igleisas. Que guay debió ser. Erasmo no era de lo de la “Iglesia de los Pobres”, ni teoologías de la liberación, ni del rey pescador, ni las sandalias, o la calabaza, ni nada por el estilo: ponía a parir a los jerarcas de Roma, y a los curas analfabetos, por muchos y variados motivos: por la inversión de los valores evangélicos de la Iglesia sobre todo. Y no le dolían prendas en escribir lo siguiente: “A poco que se disminuyen las propiedades de la Iglesia o la renta de los sacerdotes, por todas partes se protestaría diciendo que se oprime a la Iglesia cristiana. Mientras que si empuja al mundo a la Guerra, si por la vida abiertamente inmoral miles de almas son arrastradas a la perdición, nadie deplora la suerte de la Iglesia, siendo así que es cuando la iglesia sufre de verdad. Se dice que la Iglesia se honra y se embellece no cuando crece la piedad del pueblo, disminuyen los vicios, progresan las buenas costumbres cuando está vigente la doctrina sagrada, sino cuando el oro y las piedras preciosas refulgen en los altares o incluso cuando descuidando estos bienes, los sacerdotes igualan a los sátrapas en propiedades y servidumbres, lujo, mulos, caballos, en la construcción de suntuosas residencias e incluso palacios, y en toda la ostentación de su vida. Y estos hechos parecen tan normales que hasta en las células pontificias se inserta un elogio del siguiente tenor: el cardenal fulano mantiene en casa tantos caballos, tantos cortesanos y con ello honra grandemente a la Iglesia, por ese motivo le ofrecemos una cuarta sede episcopal.” !Y dice usted que estos textos de los Adagios, los silenos de Alcibiades, los cuales se editaban hasta en separatas, no viajaban por los caminos de la primera mitad del siglo XVI! !Pues no se reían con ellos! Pero es que, sí, este texto fue prohibido y no ha vuelto a ser editado en España hasta el año 2008 por Alianza Editorial, edición Ruig Bellacasa (corran a pedirlo en sus librerías, te meas con Erasmo). Hombre ya sé que Felipe II no vive en el inicio donde, oficialmente, se dice que nace el Barroco: solamente se impone desde entonces y todo tiene una relación. Pero sí, el barroco mola: todos los claustros, y las fachadas en las calles y las cúpulas, y los espadones. A ver quien saca la torre más alta a la calle. A mí me gusta. Pero la verdad es que a algunos maestros, por decir cosas con menos sorna que a Erasmo (reforma) les montaron en un camión (los de la contrareforma). Yo no digo que Azaña fuera la releche: tuvo dos gran tachas, entre otras muchas, subestimó la capacidad de organización política de la Iglesia: como se reino no es de este mundo, pensaría. Qué equivocado estaba. Y, la segunda, que pensó que el advenimiento de un país sin privilegios vino porque las fuerzas de la reacción había desaparecido. Eso explicaba la caída de Alfonso XIII, pensaba. Que iluso: Era el momento de hacer de verdad, pensó, una democracia donde no haya privilegios. También equivocado: esas fuerzas no hicieron nada por dejarle caer… pero estar, estaban. Vaya que sí estaban. Efectivamente la rueda empezó cuando usted dice. Yo afirmaría que un poco antes, cuando vengo diciendo: la reforma, primero, y la Contrarreforma, después. Me dirá usted que no: que primero la Edad Media. Y yo le digo que sí. Y que a eso también llegamos: Las únicas facultades tomista de Filosofía en 1940 del mundo occidental eran las Españolas y las del Vaticano. Otra cosa: ¿cuándo llegó la CEDA al gobierno? Que yo sepa solo tuvo algunas carteras; y como el juego de las coaliciones no le gustaba, trató de comer a los Lerrouxistas. Aunque me imagino que el escándalo del estraperlo fue un bulo lanzado por las Izquierdas del ZP y su prensa amarilla. Así lo creo. Veo, como usted dice, que es en base al derecho natural y totalmente democrático por lo que se opone a la construcción jurídica del art. 26. El derecho Natural, como es lógico, que es el que dicta Dios, como el más potente de los legisladores que es. Y, cómo no, el muy bien saben ver sus interpretes sus intérpretes. Eso está claro y del todo razonable. A mí, la verdad, es que II la república española ni fu ni fa. Me la trae a pairo. Buenos errores tuvo que tener. Vista la que montaron y lo bien que se organizaron: el de quitar los privilegios a la Iglesia, uno de ellos. Pero sí: la guerra civil española fue, en esencia y según mi opinión, una guerra de religión contra los ateos - ¿no le llamaron cruzada? ¿Por qué será?-instigada, preparada y organizada (aunque estas dos últimas cosas no con la intención de llegar a los extremos que se llegaron) por la Iglesia. Daremos argumentos sobre ello. Aunque creo que fue erróneo tratar de nacionalizar las propiedades de las “órdenes religiosas”, esas que se crearon durante Trento (aunque usted diga que no), puesto que buen pollo se montó.

lunes, 27 de abril de 2009

La cuestión religiosa durante la II república. Debate.

Planteando la hipótesis de la Iglesia, organizando las derechas locales, como desestabilizadora del regímen se explican muchas cosas y todo casa. Me parece. El art. 26 fue del todo desafortunado y creo que en eso deberíamos convenir todos. No es tanto justificar o no justificar. Quisieramos entender algo. No es tanto la verdad, como ser hombres veraces. El art. 26 fue muy ofensivo para la Iglesia, e inaceptable, y la Iglesia se movilizó: eso es todo. Tiene su sentido. Y no entremos en disquisiciones morales ni justificaciones de unos sobre otros o viceversa: se les fue de la mano a todos. Y todos deberían reconocerlo. Eso si me parece moral a día de hoy. Creo que sería interesante traer aquí a colación lo que escribí sobre la organización de las derechas locales como la estrategia que tiene la Acción Católica, (Luego Acción Nacional, posteriormente Acción Popular y, por fin CEDA) desde las sacristías en unión con los pequeños cenáculos locales que se montan desde allí, en una España 90% rural y, así, organizar posteriormente la CEDA, como organización política que trata de derrocar el regímen. En fin: El cura, el cacique, el boticario y el capitan de la guardia civil como organizaciones antisistema pueblo a pueblo. Lo digo para poder entender, si es que podemos, algo que no tiene ni pies ni cabeza: la guerra civil española, como resultado de la impolítica. Ya no tanto de justificar o dejar de justificar u ofrecer juicios morales. De eso ya estoy escamado. El art. 26, repito, es la sentencia: supone un ataque de plano de los intereses, derechos y privilegios de la Iglesia. Y la Iglesia se organiza para derrocar el regímen. Sigue derterminadas estrategias de muy dificil marcha atrás, y todo se va de las manos de uan manera insospechada. Comparar, por ejemplo, la estrategia seguida por la Iglesia para derribar el regímen con, por ejemplo, los cenáculos que se organizan para derrocar la dictadura de Primo de Rivera sería muy interesante. En un lado la estrategia seguida por la Iglesia era organizar los cenáculos locales de Poder. En el otro la estrategia los cenáculos se constituyeron por intelectuales varios, políticos. En un lado fue a pueblo a pueblo, constituyendose, además, una red de Poder local (el municipio, con la torre de la Iglesia bien en el centro y el cuartel de la Guardia Civil en la carretera) que luego se aprovechó para una posterior represión. En el otro fue desde el centro del país, apoyado por los nacionalismos periféricos. La diferencia, creo yo, que se establece en que los cenáculos que se crean para derrocar la Monarquía y la Dictadura monarquica, no tienen claro el resultado final, si van a obtenerlo o no, para entrar a saco, ni tienen organización tan amplia para derribar el regímen. Cuando la Iglesia se organiza para derrocar el regímen va a saco: pone toda la carne en el asador. No entienden otra cosa que el derribo, velis nolis, del regímen. Los cenáculos buscan también un pronunciamiento para tomar el centro del gobierno, con alianza del ejército. Pero, repito, la Igleisa pone toda la carne en el asador: Plan A, Plan B, y Plan C. La Igleisa, aún , no ha asumido esa responsabilidad que yo creo que tiene. Pero no la Juzgo. España se convierte en la última cruzada por el cristianismo católico romano de Trento, frente a las herejías teológicas todas (protestantismo, fascismos, liberalismos y comunismos). La Iglesia se vale del fascismo y el nacismo para su cruzada, nada más. Pero deplora al fascismo de la misma manera. Tambien sirve todo ésto para entender algo otros hechos que ahora no puedo extenderme. Pongamos caso de "Casas Viejas" y lo de "los tiros, a la barriga". Expresión que no le pega, para nada, con Azaña (Sus obras completas se pueden leer para conocerle algo), y si pegan con la forma de expresarse del cacique local en la tertulia con el capitan de la guardia civil. Buenos son: el tio cañamel y el tio Paloma. Toma mil duros y si te pregunta la prensa les dices que el Azaña te dijo que los tiros a la barriga, Jo, jo, jo, jo (risas jacarundas mientras el capitán de la guardia civil se atusa el bigote y recibe las palmadas en la espalda del cacique, que apura el vino y se toca, éste sí, la barriga). Y muchos sabemos como son los clientelismos en los pueblos: y en ellos, como en media España, el cacique, aunque rico, es tan analfabeto, si no más borrico aún, que los braceros. Eso pasaba muchos La prensa de Acción Católica, de la Igleisa buscaba además caldear el ambiente con un objetivo político: la abstención anarquista. Para que la CEDA entre en el Gobierno (El plan A). El plan B era también el pronunciamiento militar. Y eso lo tenía todo el mundo presente y sabia que se iba a producir antes o después. ¿Por que se sabía? Está claro: era el plan B. No se dieron cuenta mucho, no se, o tal vez sí se dieron y explica porque no les quedaba otra que defenderse, del plan C: la organización de la represión posterior que se estaba gestando a través de los cenáculos locales. La república se defendió como gato panza arriba , por un solo motivo. Estaban sentenciados de cualquier modo. Y en los pueblos se sabía quienes eran de un bando (los cuatro ricos) y de otro, para después del Plan B. Cuando llegó el Plan B, y se puso el dispositivo del plan C, en muchas localidades muchos anarquistas se pusieron la camisa salvavidas. La falange fue el isntrumento de la Iglesia para conseguir el cambio de chaqueta y tener una importante milicia. El control de ella era fácil. Creo que a la Igleisa se le fue también de las manos y tienen mucha responsabilidad. Faltó moderación.. Precisamente el papel que hoy tiene el Rey. Se les fue de la mano a todos. Es muy triste. La olla a presión fue muy intensa y nadie fue capaz de pararla.. No reconocer la responsabilidad que tuvo la Iglesia en todo esto es muy duro para muchos cristianos como yo. Y reconozco que el art. 26 se pasó tres pueblos. En especial en la nacionalización de las ordenes religiosas. Tampoco hacia falta quitarles la enseñanza. Con hacer escuelas mejores que las que ellos poseen hubiese sido mejor. Y así hoy le pienso y eso que soy un firme defensor de la escuela pública y estoy en contra de los "centros concertados".

domingo, 26 de abril de 2009

Conversaciones en torno a la cuestión religiosa durante la II República española

Hablando con un amigo sobre este tema, me dice que El artículo 26 no crea las dos Españas. Pero las reproduce y les da definitiva carta de naturaleza. Las provisiones del artículo 26 de la Constitución republicana del 31 son antijurídicas, dice. Yo creo que algo de razón tiene en algunas cosas. Como que cuando la República llegó, traía una partido socialista organizado ya a 1931, que había participado en la Dictadura de Primo de Rivera. Tambien el viejo republicano Lerroux tenía una vieja organización y muchos seguidores. Azaña era una minoría, pero que gracias a su actuación en el gobierno provisional obtuvo un buen éxito. Las derechas, las cuales, no lo olvidemos, son las que habían dejado caer a Alfonso XIII, con el shock inicial, así como su falta de preparación democrática (Estaba acostubrada al candidato único, al pucherazo y al caciquismo) no se preparó para las elecciones constituyentes. Y una parte de la sociedad quedó excluida de la constitución. La Iglesia Católica estaba presente en todos los aspectos de la sociedad española. Ahora bien, La manera con que se trató este tema por parte de los republicanos de izquierda y los socialistas fue una imprudencia. A mi modo de ver, el hecho de que en las primeras Cortes Constituyentes la derecha estuviera infra-representada animó a la conjunción republicano-socialista a querer desarrollar una ley, en este caso la 26, demasiado deprisa, hasta el Presidente de la República amenazó con dimitir si se llevaba adelante. Mal comienzo éste, y Azaña lo sabía. Algunos podrán comentar que la mayoría del Parlamento, incluido el Partido Radical de Lerroux, apoyó la ley. Cierto, pero la medida era de tanto calado que su aplicación podía resultar “revolucionaria” para el momento. Las masas conservadoras del país, más de lo que las Cortes mostraban, no fue nada fácil aceptar aquello. A eso me refiero que Azaña sabía que estas acciones podían ser vistas por una parte de la sociedad española como muy radicales. La intención de dicha regulación la entiendo en un sentido democrático incontestable. Como sabéis opino que para ser libre en democracia no puede el Estado estar influido ni vinculado a una religión en concreto. Además opino que la religión es algo de la privacidad de cada persona, y no se tiene porque imponer hasta en la educación escolar. Pero también soy realista y pienso que fueron demasiado rápido y lejos, y era evidente que esto no iba a gustar a la Iglesia y sus seguidores que tenían todo el Poder hasta aquel entonces, en cierta manera fue una imprudencia. Fue una imprudencia política, visto lo que pasó. Ahora bien: Mi pregunta es la siguiente ¿cómo pensais que se hubiera podido diseñar un Estado aconfesional de una forma, llamémosle, "moderada"? y otra pregunta: ¿Es España a día de hoy un estado a-confesional de hecho? La respuesta es que NO
Las dos Españas se gestan cuando España adopta las verdades de Fe que se dictan en el Concilio de Trento, con la Contrareforma, y hacen quemar todos los libros del humanista Erasmo de Rotterdam y a quienes los leen y propagan. En especial el "elogio a la Estulticia" y "los silenos de Alcibíades". El erasmismo español es especialmente fuerte y de hecho, el Lazarillo de Tormes y El Quijote son obras erasmistas. El renacimiento español es frenado en seco, y la orden de los jesuitas, como caballeros de cristo, y la espada para imponer su doctrina, junto a las letras (las armas y las letras), la doctrina teológica. Su enfrentemiento posterior, teológico, con los Janseitas, por ejemplo, son muy arduos. No solo es una cuestión de Poder sino de Teología: la imposición de una doctrina, y no otra, en Roma. Erasmo ataca los ritos y costumbres y dice: "Monacatus no est pietas", si no se imita la vida en Cristo. Y erasmo critica duramente a los pontífices de Roma, porque hacen de todo menos imitar a Cristo. El "elogio a la estulticia", obra maestra del humanismo cristiano, en el fondo lo que hace es poner a parir a los Papas, Obispos y Jerarcas de Roma que moralmente no imitan a Cristo en sus costumbres. En España, repito, triunfa Erasmo en la Reforma, frente a los "protestantes". Y la orden de los Jesuitas se crea para frenar tal herejía. Carlos V, aún deja algo de libertad religiosa, hasta que lo ve conveniente. Con Felipe II no. Se impone el Barroco, los clarooscuros, y el poder de "las ordenes religiosas" y la vuelta al escolasticismo. Proscribiendo, otra vez, a los Nominalistas o a los Scotistas. Una muestra del porque la filosofía española queda parada en la escolástica. Y algunos intelectuales, como los Krausistas, regeneracionistas y la filosofía de Ortega, tratan de poneral en el mundo moderno. No lo crean. Era mucho pedir. Y modificar la doctrina de Santo Tomás era muy dificil de asumir para el clero culto español. La verdad es que todo es muy complejo. Pero creo que sobre estas cosas hay que debatir con calma y sosiego, para intentar de entender algo tan trágico como aquellos hechos luctuosos. No voy a esconder que mi postura es de la corriente de los erasmistas, de los Krausistas, de los regeneracionistas, de los liberales y, por último, de la izquierda democrática. Pero hay que analizar los hechos sin apasionamietos, y se que es dificil. Pero creo que convenimos que en el art. 26 se encuetran muchas de las claves de la tragedia. Si. Pero no fue Azaña el responsable del artículo. Creo que fue a última hora de la noche cuando salió a hablar. Necesitaba llegar a una acuerdo entre socialistas y radicales, y propuso una postura intermedia. Es cierto que la derecha católica, vamos la Iglesia, tenía una representación pequeña en las Cortes. Y que Lerroux tenía como objetivo último ser la derecha de las cortes. La CEDA se crea por la Acción católica y se organiza desde la Iglesia para entrar en política. Es una estrategia para "reformar" la constitución, cuyo artículado es tan sumamente lesivo para la Iglesia. Eliminaba todos y cada uno de los privilegios de la Iglesia. Azaña defendía la religión dentro del ámbito de lo privado. Y el anticlericalismo no fue cosa suya. Era una cosa muy latente en este país, solo hay que leer alguna novela de Blasco Ibañez o, por ejemplo, Nazarín o Misericordia, de Galdós, para darse cuenta que el debate venía de lejos. Si sumamos que a los terratenientes la reforma agraria les supone perdida de poder local (La tierra, ahora no se entiende bien, pero entones suponía no esta "debajo" de nadie. Al menos había un lgar donde sembrar los garbanzos, que ni a eso tenían derecho muchos) se puede ir hilando. Falta un tercer elemento. Pero bueno, el tema es el art. 26. El clericalismo y el anticlerialismo, creo que mucha a de las claves de la política española. Escribo lo de "reformar" entre comillas porque la Acción Católica, las derechas locales, o CEDA, lo que trata es de defender los derechos -privilegios- que antes tenía la Iglesia y que ahora quedan abortados. Cuando digo "reformar", digo eliminar. Y si hay que eliminar el regímen se elimina. La CEDA se constituye la estrategia política de la Igleisa para recobrar los privilegios (derechos) perdidos. Si este falla. Si este falla. ¿Cual sería el plan B? Y no nos damos cuenta de eso ahora, pero en aquellos días se oteaba en al ambiente. Atufaba. Quemaba, más bien. Las revoluciones de octubre de 1934 en Asturias, Cataluña, Madrid, momento donde se politiza todo y la espiral empieza a dar vueltas para tragarse todo en una vorágine sin sentido, por ejemplo, tienen mucho que ver con la entrada de la CEDA en el Gobierno que Alcalá Zamora da a Lerroux. Para todos los presente de aquellos años, creo, la CEDA representa, a las claras, ¿Como lo diría? la conjunción de cenáculos locales, como estrategia de la Iglesia, para destruir el regímen o la Constitución de 1931. Lo tenemos que tener presente: la Iglesia no admite ninguna de las maneras la Cosntitución de 1931. El debate, en prensa, La CEDA -derechas locales- en pueblos y en las Cortes, las homilias, son las estrategias adoptadas para desastibilizar el regímen. Y la gente no es tonta. Lo advierte. No se si en otros hilos se ha hablado sobre Lerroux y como, poco a poco, va siendo comido por la CEDA en el Gobierno. El objeto de la CEDA, repito, no es el Gobierno. La CEDA no quiere el gobierno. Quiere destruir el sistema. Porque sabe que ni siquiera con el gobierno, con el sistema electoral donde siempre necesitaría hacer coaliciones (¿Con los radicales?), no puede modificar el art. 26. Por eso todo el mundo se prepara para lo que es inevitable de antemano. Y a ver quien da "el golpe de mano". En el 34 se adelantan los obreros, que ya ven inevitable lo que se va a gestar si la CEDA, la Igleisa, consigue el Poder. Por eso Largo Caballero afirma que es el momento de la Revolución. O ellos o nosotros. Pero la CEDA sigue usando la estrategia política durante "el bienio negro", prefiere la política, salvo que sea inevitable lo que es inevitable. Y si es inevitable, habrá que justificarlo como sea. Aún, hoy día, se sige justificando. Podré estar equivocado, pero es razonable este argumento. Que las disposiciones del art. 26 son atijurídicas no lo entiendo bien, y así se lo espeté. En base a qué. ¿Al derecho Natural?

domingo, 12 de abril de 2009

!Vivan las caenas!

¡Vivan las caenas ¡ El otro día, celebrando el Viernes Santo, en un Pub o Discoteca vallense, llena a rebosar, y animada por unas gogos carnavalescas emplumadas, a quien nadie hacia caso – el centro de atención se encontraba en las botellas de Whiskey- me comentaron una cosa para nada curiosa. Que la Guardia Civil en trajes de galas acompañó a la procesión religiosa de la tarde. Las fuerzas del orden, sí señor, custodiando las imágenes católicas. Me dijeron, también, que las autoridades municipales, con el cordón y mazas municipales, y la guardia local, paseaban detrás de la Dolorosa; mientras una banda de trompetas y tambores acompañaban el paso. ¡Vivan las caenas! Con todos mis respetos hacia los actos de expresión religiosa, esta cosa de que las autoridades municipales y las fuerzas de seguridad del estado acompañen la procesiones católicas no deja de ser una rémora del nacionalcatolicismo, el régimen teocrático, no muy lejano aún. Y un vicio democrático. Habida cuenta, pensé, que si por un casual, la población decidiese que la religión católica era cosa del Medioevo, allí iban a estar las armas para defenderlas: una cosa muy democrática. La cosa es antigua, porque el ¡Vivan la caenas ¡ fue un grito que dieron los feligreses, aleccionados por los sacerdotes cuando volvió Fernando VII, tirando la Pepa, como grito contrario a ¡Viva la Libertad! La primera vez que escuché lo de ¡Vivan las caenas! fue en una película de Luis Buñuel. La la verdad que es todo esto surrealista: y anclado en el pasado. Los jóvenes de la discoteca que celebraban el Viernes Santo, tenían los ojos encendidos del color del vino. Reían, bailaban y se divertían. Al día siguiente, en dicho pueblo, hubo fiesta, y eso que era Sábado Santo y la noche de resurrección. O de botellón. Y nos lo pasamos pipa. Enlazamos la noche y una charanga animada tocaba animosas canciones: ¡Carnaval, carnaval! ¡Los peces en el río!, y así me vi yo, bailando “paquito el chocolatero” enfrente de la Iglesia. Esto se nos ha ido de las manos, me comentó un joven. Habíamos ido a por unas botellas de Gloria. Disfrazados una comitiva había organizado una peculiar procesión. Uno de ellos iba disfrazado del conductor de los Simpson, y llevaba unos cascos de música que parecía escuchaba a los Van Halen. Otro parecía un mosquito, con unas coladeras por ojos, y, otro tercero, iba vestido de palestinos, con el pañuelo. Allí los había de todas las edades: pequeños y grandes. En otro pueblo, encontré un cartel que invitaban a la bendición con “V”. Me imaginé que era por lo de la Victoria. Yo no es que vaya muchos a las procesiones, pero la de la noche fue la mejor. Cuando iba a salir “el Cristo del Humilladero” y escuché, impaciente, a un joven decir: “Pero bueno, cuando sacan al monigote”. Salió la imagen a toda prisa, y el fervor religioso estalló. Los costaleros que lo portaban echaron a correr a toda prisa, empujada por una masa de jóvenes que, si hubiese sido de otra manera, no hubiesen ido a una procesión -con el ademán del “que pasa nennnk” que se llevaba hace años - ni por asomo. Salvo claro está, que se organicen, se bajen la cresta, se pongan la boina y vayan tocando el tambor. Pocos saben que debajo llevan una camiseta de “Reincidentes”. Los costaleros subieron los brazos y empezaron a mover “al santo”, al cantico de “No cambie, no cambie”. Y todos los mozos de atrás empezaron a dar saltos, con los brazos en alto: “el pueblo, entero, está de borrachera”. En otro de los pueblos se cantaban las alboradas por aquellas horas, o un poco después, y los dineros públicos servían para dar de comer dulces típicos a los feligreses. Todo eso está bien, quizá, tanto lo uno como lo otro y sirve para unir al pueblo, que es lo que importa. Yo, de todas maneras, no estaba seguro, no fuese que la Guardia Civil, viendo controlado el orden en una de las localidades -so pena que en los pubs la canalla anduviera dando botes, cosa que no se porque no tengo el don de la ubicuidad, o les hubiesen dado perronillas a su salida de su abadía-, le diese por aparecer en la otra, que se encontraba en estado de anarquía. Todo esto, en cambio, no sucedió como lo cuento: fue un pensamiento fugaz que se me cruzó celebrando el Viernes Santo en una discoteca vallense, donde unos gogos, con slips y plumas, que nadie hacia caso, animaban. ¡Vivan las caenas!

viernes, 3 de abril de 2009

Las derechas locales: LA CEDA

Para cualquier persona culta de este país, el interés de porqué el primer experimento democrático habido en España fracasó es, o debe ser, de sumo interés. Hemos de tener en cuenta que el advenimiento de la II república española se produjo en una sociedad rural. A diferencia de la implantación de la Restauración Borbónica en manos de Juan Carlos I, que se produjo en una España muy diferente y que los sociólogos denominan como sociedad industrial. Que las sociedad sea rural supone un tremendo déficit para democracia, pues eran muy pocas las localidades donde el anonimato social y político era posible. Así pues, la facilidad para que los odios, los rencores y las envidias se enconen, en localidades donde la política local había estado en manos de “los caciques”, propietarios agrarios que hacían y deshacían en toda clase de clientelismos – En las llamadas a quintas, por ejemplo – durante luengos años, era patente. Hemos de tener en cuenta que en el momento en que la II república llega para las derechas es una relativa sorpresa. El número de concejales locales que en las elecciones salen elegidos son monárquicos y, por tanto, la mayoría de los ayuntamientos españoles siguen en manos de “los caciques”. No es tanto que las localidades fuesen “burgos podridos”, sino que en las ciudades para cada concejal elegido se precisan muchos más votos que en los pueblos. Es por tanto que en la España rural, desde 1931 siguen estando gobernadas por “la vieja política”: la del cacique, el cura, el boticario, el tendero y el capitán de la Guardia Civil. Pero las derechas locales en un inicio, ciertamente, aún no están organizadas para el nuevo régimen que aparece. Es por ello que en las elecciones a las Cortes Constituyentes no pueden presentarse con la organización suficiente. El “error Berenguer”, y la inepcia de Alfonso XIII, que ve como la España feudal no le apoya y le deja caer, las causas del advenimiento de la república de modo pacífico. El nuevo sistema electoral cambia las reglas habidas hasta entonces para las elecciones a las Cortes, que de nuevo son abiertas tras su clausura por la Dictadura consentida por el rey de Miguel Primo de Rivera. Los diputados a Cortes serán elegidos por circunscripciones provinciales, que no locales, en un sistema mixto, y eliminando el candidato único. Así los candidatos no tienen que ir por los pueblos miserables pidiendo el voto a los caciques, los que meten las papeletas en las urnas de sus analfabetos braceros y que rigen los Ayuntamientos, buscando el apoyo único y la compra de votos. Las Cortes Constituyentes preparan una nueva constitución democrática, basada en la de la república de Weimar, en la Carta de Querétano, y en las teorías del constitucionalismo elaboradas por Kelsen. Una constitución política democrática liberal burguesa mixta, con aspectos socializantes, que nace herida de muerte por la redacción del art. 26. En el artículo se regula la separación de Iglesia y Estado, y se hace desaparecer, casi específicamente, la orden de los jesuitas, que tiene un voto de especial obediencia a Roma. Azaña adopta una posición intermedia entre los socialistas y los radicales de Lerroux encontrados entre sí, para que no haya una crisis política en el debate constitucional. Acción nacional, la organización política de la derecha católica, no tuvo tiempo de organizarse para la celebración de las elecciones constituyentes, y es un pequeño remedo madrileño del Maurismo y los viejos partidos canovistas. Nada para lo que se avecina: la organización de las Derechas locales. En el debate electoral del art. 26 las derechas deploran su contenido y significa la mecha de la organización católica contra el sistema republicano. Los intelectuales de la cámara (Marañón y Ortega) se abstienen de la votación, quizá con la razón de ver lo que se avecina: quitar todo el Poder a la Iglesia de Roma en España, de un plumazo, va a ser una bomba. De hecho lo es: Significa el atentado a los principios de la Iglesia española, su Poder sobre la sociedad y desorganización de todo lo suyo: escuela, familia y religión. En palabras de Gomá: “En pocos años se habrá dado cuenta de nuestras veneradas tradiciones”. La Iglesia se moviliza contra el régimen en su ámbito que le es más natural: los pueblos. Los curas en sus homilías hacen política contra el régimen, y en la sacristía, se organizan las derechas locales. Los cuatro que se reunían en el casinillo, con la botella de anís, se coaligan con los grupos similares de los pueblos vecinos. Es la Confederación de las Derechas Autónomas: la Acción Católica. La Acción Católica contra en régimen. Las masas, entre tanto, se desesperan: han adquirido por primera vez en su vida el Poder Político y solo tienen sed de venganza ante tantos años de iniquidad e injusticia, hambre, miseria y desesperación. Pero lo que es peor y más les duele: el atentado a la dignidad que han supuesto años de sojuzgamiento por los hijosdalgos, los hijos de la reconquista. Saben que en la sacristía de las Iglesias se traman las estrategias para destruir el régimen. La CEDA es antisistema: aborrece de una república Laica que separe la Iglesia del Estado, que les quite los privilegios en la educación. Y es una vez más en la educación donde obtienen el mayor respaldo. Las clases medias quieren seguir manteniendo una posición social inamovible y la educación igual, en escuelas públicas y en enseñanzas medias, es un gran peligro para ellos. El analfabetismo es una diferencia de clase. La educación un privilegio. La iglesia viendo los peligros que la atenazan busca un Dollfuss. Un líder conservador, católico y autoritario que desdeñe el sistema liberal. Un Jefe, un nuevo Mesías, por la gracia de Dios, que venga a salvarles. Esa es la clave. Esa es la historia. No otra. Lo que si parece razonable afirnar es que la organización de las derechas a través de una confederación de derechas locales (CEDA), auspiciadas por el señor cura, y reunidos en la sacristia junto al cacique, el boticario y el capitan de la guardia civil, tuvo una señalada capacidad organizativa posterior muy hábil: Organizar la represión posterior. Después se le uniría un nuevo aliado: el maestro nacionalcatólico con la enciclopedia.

miércoles, 1 de abril de 2009

Iglesia y Democracia.

Mi asa está muy clara y se lo digo a cualquiera: la izquierda democrática y liberal. Se que esta opción es muy dificil también cuando, en frente, lo que te encuentras es una derecha pseudo-franquista y católica tridentina, que emponzoña todo lo que es el arte de la política democrática. Y aunque traten de ocultarlo no lo pueden evitar: corre por sus venas la Contrareforma dictada en Roma. Y enseguida les aparece. Pero esto será mientras sigamos en la gerontopolítica. Muchas veces dudo que los españoles estemos preparados para la política y hará falta alguna generación. Soy de los que piensan que el deficit democrático en este país es debido a razones históricas. En especial la falta de formación y espíritu crítico, que solo puede ser ofrecido por una "educación pública" de calidad. Esa educación pública siempre ha sido deficitaria por el interés de los grupos de Poder en ella. Creo que en este país no existe democracia por muchas y fundamentadas razones, entre ellas: 1) Se transitó desde una dictadura que justificó un regimen pseudofascista donde la Iglesia buscó "un Jefe" que defendiera sus intereses y privilegios. Resultó ser Franco, un títere de la Iglesia. Desde ese regímen se montó la Restauración Borbónica a su muerte. Un regímen regímen que trató de justificar lo injustificable: el monopolio de la Iglesia en el Poder. Un militar, El caudillo, llegado por la gracia de Dios, que les proteja de sus enemigos, muchos y variados: Todos aquellos que quieren que no manden los jerarcas eclesiásticos medievales, los señores feudales y los curas: los únicos en aquellos tiempos ignominiosos con voz para ofrecer mitines políticos en sus sedes. 2) la tradición católica, por tanto, tratando de ejercer el Poder político, satelite de la Iglesia Apostólica de Roma, contamina en todos los mecanismos de Poder, en España, a través del Opus Dei, y la educación concertada y religiosa, y la Acción Católica, el Partido Popular, para manejar los hilos del Poder. La transición se hiló por ellos, para no perder los privilegios seculares. El PSOE es una "izquierda" que acepta que la Iglesia se inmiscuya en la Sociedad Civil. Una Sociedad Civil que nunca podrá ser libre mientras la Iglesia mantenga privilegios económicos y sociales como aún mantiene. La actual democracia se formó a través del reparto de Poder entre los Jefes de Partido, la clase política, que pactaron, y trataron de montar un regímen jurídico sin división de poderes. Un grupo de políticos oportunistas, buscando cuotas de Poder, montaron el chiringuito. Todo supervisado por la Iglesia, pendiente de no perder privilegios y Poder, sobre el que hubiera saltado en caso de haberlos perdido, opositando de frente y amparandose en un supuesto "orden" contra aquellos que quisieran desposeerles del cetro. Con el OPUS situado en todas los engranajes del PODER: Iglesia, ejército, monarquía, educación, prensa y medios de comunicación y judicatura: los hilos sobre los que pende el sistema. 3) La educación como lugar de intereses políticos. Hasta que la educación no sea pública, no habrá democracia en este país. Ese es mi pensamiento histórico-político. Otro déficit de la democracia española: el oportunismo político sobre el que se monta. Así que mi verdadera asa política es la que defienda "la educación pública", y que no financia a un solo colegio religioso. Si este país, y este sistema, se mantiene por el apoyo que hace la Iglesia de él, porque no le toca en sus privilegios, en especial la educación, el sistema no es democrático.
JESUCRISTO
Puedo admitir que Jesucristo fue una persona admirable, según cuentan las única fuentes que nos ha dejado versión sobre sus hechos. Y eso que solo fueron ellos los que coparon "la verdad" sobre su figura. Jesucristo sufrió una muerte injusta. Era un hombre del pueblo, humilde, obrero, que se reveló contra los utraortodoxo y ultrareligiosos fariseos. Los fariseos cobraban por el degüello de los corderos y montaban un monopolio de tenderetes a las puertas de los templos, de los que obtenían pingües beneficios y con los que se hacían suntuosos trajes. Por eso jesuscristo los llamó, con razón hipócritas. Todas sus parábolas trataban de desmontar "las verdades" que los fariseos les parecía como única: la de que ellos eran los judíos que mejor conocían la Ley. Jeuscristo se reveló contra ellos y murió. Sus seguidores se organizaron: Jesucristo era un hombre bueno que murió injustamente. Se fueron por el mundo a contar los hechos de esa injusticia. Como no había periódicos, decidieron dar a conocer su inusta muerte muerte por los caminos. Oíd la historia, contaban por los caminos y vederas de occidente hasta llegar a Finisterre, en Hesperia, de un Hombre ajusticiado injustamente, simplemente por contradecir a los fariseos, esos hipócritas jerarcas del judaísmo vestidos con panoplias y golillas en la cabeza. Por eso, nosotros, sus seguidores, los Cristianos, decímos que el judaísmo no es la religión verdadera. Por eso venímos a dar la Buena Nueva. Que Jesús vino al mundo para señalarnos el camino de la Verdad. Que los fariseos mienten, por hipócritas y fariseos. Que pagando por degollar corderos son se obtiene la salvación. Que el cordero es él, que ha venido a salvarnos de la mentira de los fariseos. Esos que se enriquecen en los Templos. Que Jesús es el único que con razón decía las verdades teológicas sobre Dios. Al final, rodando, rodando, rodando. Se llegó a la siguiente verdad incontestable: Que todos somos hijos de ÉL. Jesus es Dios. Muerto injustamente. En esto que llegaron a Grecia, los cuales creían que el alma es inmortal y oyeron una nueva "verdad" traída por uns filósofos viajeros, llamados cristianos: Que la carne muerta resucitará. Y rodando, rodando, rodando se montó una sacerdotecracia, cuyo centro fue Roma, que se ordenó jerarquicamente para organizar esa "verdad". Durante muchos siglos ese Poder buscó implantar esa "verdad", con pan y hostias; y el que trató de quitarles un ápice de Poder, lo quemaban en la hoguera. En el XIX llegó el materialismo, padre del comunismo, que trató de destruirles. Anatemizó al liberalismo, al comunismo y a todas aquellas ideas que trataban de quitarles el Poder.
A mi todo esto que cuenta la Igleisa plin. Como lo que cuentan los testigos de Jehová, Los Anabaptistas y otras sectas similares.