jueves, 30 de octubre de 2008

Zanjando las reflexiones sobre la guerra civil española




Voy a dejar zanjados por hoy mis artículos sobre la nefanda Guerra Civil española dejando claro mi reflexión histórica sobre ella. Creo que es importante que los jóvenes, aquellos que hemos nacido todos en un régimen democrático hablemos de ella, con respeto, pero sin apasionamientos, pues se pueden extraer importantes lecciones. A medida que pase el tiempo todo se irá viendo más claro. Así, los que hoy sostienen determinada postura deberán abandonarla en el futuro. El hecho sintomático, sirva de ejemplo, es que en el último número de la Aventura de la Historia, especial 10 aniversario, haya escogido los 10 momentos gloriosos de la historia española y los 10 momentos trágicos. En los gloriosos sitúa a la II república. En los nefastos: el 18 de Julio. Recomiendo la lectura de dichos artículos. Muchas plazas de muchos pueblos llevaron como nombre dicha fecha deplorable. Si muchos españoles se levantaran de sus tumbas, como dijo Luis Buñuel, y se levantaran a leer los periódicos y revistas, y leyeran ésta, se llevarían un soponcio. Según Julio Arostégui, catedrático de historia contemporánea de la UCM, la Guerra Civil española fue una tragedia inútil: los presupuestos de los alzados estaban condenados históricamente. El mundo occidental de la segunda mitad del siglo XX no podía ir contra el el liberalismo, argumenta. El régimen condenó a España y a los españoles a viajar en el furgón de cola. Cuentan nuestros mayores que, simplemente, se vivía, como se vivía, porque así eran las cosas. Pero las boinas, las trochas, los mulos, las patatas con arroz para comer y cenar, día sí y día también, los colchones de helechos, las noches a candil... no fueron una cosa como para estar muy orgullosos. Orgullosos de quienes lo sufrieron sí. Orgullosos de quienes se lo hicieron vivir: no. La ubicación geográfica de España solo conlleva una sola postura: la democracia liberal y el estado social. Todo intento de retrasarlo llevaría al atraso total, como ocurrió. La sublevación militar que acabó con la vida de la II república separó la historia de España de la de los países de su entorno, señala certeramente Julio Arestégui. Según este autor la sublevación tuvo unos responsables claros: una conspiración liderada por militares, arropados por terratenientes, pequeños propietarios y sectores de la Iglesia. Pero, lo que es más importante, supuso una tragedia inútil: los presupuestos ideológicos de quienes se levantaron estaban destinados a la derrota más allá de su victoria por las armas. Se subieron al carro del fascismo, erróneamente. El único carro posible en el mundo occidental de la segunda mitad del siglo XX es el del liberalismo, la democracia y la soberanía de un pueblo para decidir su destino. La II república, como régimen político, como sistema de reglas, auspiciaba tales valores. Otra cosa era que dentro de ese sistema había españoles escasamente demócratas: Azaña, Besteiro y pocos más, como señala un tal Jesús Cano, de Plasencia, en dicho número de la revista, en una carta con acertado razonamiento. Ello nos permite llegar a la conclusión siguiente: la democracia, el liberalismo, el estado de Derecho, el estado social eran los únicos requisitos necesarios, más allá de 1939, para mejorar la calidad de vida de los españoles. Eso no lo entendieron ninguna de las facciones, por ello Ortega callaba en un silencio-¿ para que hablar a los borricos?- malentendido. No es posible hablar de futuribles: los hechos fueron los que fueron, y no otros. Ahora bien, congratular como gloriosos lo que no fue – y hasta tiempo reciente así ha sido en muchos lugares con nombres de calles y plazas ignominiosos – y condenar a determinado régimen, como hacen algunos nostálgicos de la dictadura sobre la II república, confundiendo el contenido del continente, es deplorable. Existe un partido político en España que está condenado en su futuro si no cambia de actitud y discurso en esta materia. Principalmente porque está confundido sobre ella y a generaciones nuevas, todas ellas nacidas en democracia, no les puede vender que aquel pasado dictatorial fue una Arcadia feliz.

martes, 28 de octubre de 2008

Sobre historia y revisionismo. La guerra civil española


Nos comentan los historiadores que el larguísimo secuestro de la historia contemporánea por parte de la dictadura ha tenido efectos devastadores sobre la historiografía autóctona. Para empezar, el triunfalismo, desde “la victoria”, la condena y el oscurantismo de los tiempos que precedieron la sublevación militar de 1936, hizo que buen número de estudiosos se fueran a fases más lejanas: Como quien dice, al siglo de Oro. Los nuevos historiadores, egresados de las aulas universitarias candentes de los 60, dieron una visión con una nueva óptica. Había que recobrar los hechos olvidados: rescatar lo que fue la II República, desempolvar los discursos políticos perdidos, como los de Azaña, Largo Caballero, Ortega. Analizar los hechos y causas acudiendo a fuentes directas y claras y advertir la literatura, el periodismo y las artes de la época. Todos estos estudiosos trataban de develar lo que había permanecido oculto, tergiversado, a la mayoría de los españoles. Claro es que este nuevo discurso, característico de muchos de los profesores de Historia durante la transición y el primer gobierno socialista de la monarquía parlamentaria, cambiaba el discurso hasta entonces escuchado a los ideólogos de régimen dictatorial. La transición democrática, inicidada tras la muerte del dictador, llega a una nueva fase tras la derrota del PSOE y victoria del PP. Aparece un nuevo cuño de historiadores, que por ahora no califico, revisionistas de la Guerra Civil, de alero franquista, tradicionalista, y de ideología nacional-católica que trata de contrarrestar la opinión pública ambiente por parte de los historiadores de la transición ( J. Nadal, A. Carreras, C. Sudriá, García Delgado, Maluquer de Motes, Gabriel Tortella o Francisco Comín – ambos profesores reconocidos y conocidos por mí, y su obra compilada “la economía española del siglo XX”). Éstos escritores re-revisonistas bajo las dos legislaturas de gobiernos de la derecha, trataron de contrarrestar los argumentos esgrimidos desde las cátedras universitarias y de ofrecer argumentos que apoyasen las versiones oficiales de los hechos en el triunfalista y legítimo regreso de la derecha al poder. Apareció su verdadera faz tras la segunda victoria. Los César Vidal y Píos Moras dieron rienda suelta a su “victoria”, por fin democrática – ténganlo en cuenta-, a la vez que salían al mercado las Mariquitas Pérez, se reeditaban las mal llamadas enciclopedias Álvarez, los “cuéntame como pasó” contaba milongas de anestesia colectiva de la familia Alcantara y “el cine de barrio”, feliz recordación de nuestro cine patrio de niños prodigio, copaban las parrillas de la televisión pública. Yo creo que se pensaban que la centro izquierda burguesa e intelectual, progresistas aburguesados, como los llaman algunos con cierto desdén, pero en verdad gentes formadas e informada no los estaban observando con ojo crítico. No debemos, sin embargo, usar una crítica simplista a los hechos destacados por estos ideólogos, de muy popular proyección y alta cifra de ventas. Sobre lo que cuentan si sirve, desde un punto de vista histórico, para observar como las derechas interpretaban los hechos de aquella II República y los motivos que dio lugar a la sublevación y a la escisión de la sociedad. Todos sabemos que la República no fue una Arcadia feliz y que la actitud política de quienes la debían llevar a un buen puerto democrático no era posible. José Ortega y Gasset publica “la rebelión de las masas” en 1930 la más esclarecedora disección de los tiempos que se avecinaban. En eso acordamos todos. La postura de Ortega, con su frase mil veces repetida: “ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinidades maneras que el hombre tiene para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de hemiplejía moral”, es esclarecedora del artazgo que supuso la sinrazón a la que nos llevaban una manada de indocumentados y mal formados españoles en materia política. Los más radicales, a ambos lados, trataron de copar la política; siendo cierto que, además, la sociedad estaba fuertemente dividida. Hablo siempre de Ortega porque me parece que este fue uno de las pocas cabezas lúcidas y personas en verdad pacífica y demócrata que se mantuvo en la tribuna de oradores. Hasta que no lo soportó más y decidió callar, cuando se dio cuenta que el, por si sólo, no podía salvar la circunstancia española. Si Ortega descansa en su Yo parece que tiene un motivo: estaba solo. En fin, hay que rescatarle. En 1925 escribe en El Espectador una disección sobre el fascismo. Eso demuestra el interés que en la sociedad española habían despertado los hechos italianos; por ello, no es creíble suscribir, con Pío Mora, que la CEDA fuera una derecha de moralidad impoluta y que todos sus componentes fueran la “gente de bien”. La experiencia ya nos muestra en que consiste la “gente de bien” y que bajo, su faz, se encuentran botarates radicales como los que más. La postura de Pío Mora sobre los hechos que desencadenaron la guerra civil no la voy a calificar de errónea, pues los hechos son los hechos más la percepción que de ellos tenga una parte numerosa, importante, e incluso mayoritaria, de la población. Con la experiencia que nos da la contemplación de los hechos sociales y políticos mas recientes, como la victoria socialista penúltima, y la interpretación que dieron los ideólogos, periódicos, políticos y opinadores de la derecha bien sirve para interpretar y re-interpretar – dando vueltas por conocer los porqués de la sinrazón- como entendió la derecha la victoria del Frente Popular en 1936. Tengo en mis manos un número de la Aventura de la Historia (revista que pertenece a la editorial de El Mundo), pero que hay que reconocerle visos de objetividad, y el libro de Pío Mora “los mitos de la guerra Civil”. Ambos abiertos por el análisis que se hace del escándalo del estraperlo. Solo queda interpretar una cosa, conocidos como se interpretan los hechos por parte de los diarios: Pío Mora es un falsante. Por eso, para mí, no es creíble del todo lo que nos cuenta hoy el ABC. La interpretación de los hechos de diciembre de 1930 y de 1934 como justificadores del golpe de estado dado en 1936, como una posible acción preventiva destinada a salvar la patria, no sirve como justificación moral al golpe de estado.

Los masones, los cátaros y el contubernio


Es curiosa la interpretación que hace Pío Mora de los “pronunciamientos” militares del XIX. Se une con dichas interpretaciones a la postura oficial del régimen militar franquista: !El contubernio masónico! !por fin sabemos a que se referían con él! Por lo que se ve ello era la masonería algibiense: que tenía, según ellos, algún predicamento entre los militares hispanos dentro del ejercito. Vaya, hemos tenido que ver a Iker Jiménez, y su cuarto milenio, para enterarnos los españoles quien era el coco. Por poco hay que remontarse a los cátaros y los caballeros templarios para entender a lo que se refieren César Vidal, Pío Mora y la caterva de inquisidores de Trento. !España católica bastión contra la herejía de el Languedoc! Acabásemos. Y ellos: los salva-patrias. Y los generales que se pronunciaban en el XIX: masones. Herejes. Curiosa interpretación: más esotérica que la astrología egipcia. Lo que maquinan los curas ¿eh? Cuando el diablo no tiene que hacer mata moscas con el rabo. Tenemos razonamientos más de cajón, como que si había pronunciamientos era por un solo motivo: el voto de unos, los de la acción, nunca servía para derrocar a los otros, los de la reacción y, van, ahora, como entonces, y nos salen con el coco de los masones. La línea de los argumentos de estos impostores intelectuales a brocha gorda, que tratan de justificar lo injustificable, es el siguiente. Deploran la revolución francesa, como Jose Antonio Primo de Rivera, y el invento éste de que los ciudadanos, por medio del voto, elijan a los representantes políticos. Les horroriza. Por ello acusan de heresiarcas a los franceses, en conjunto, por hacerse atea. La masonería, según ellos, se encuentra detrás de todo. Una secta secreta de amplio poder y predicamento que se remonta al cisma de occidente, cuanto menos, a los papas, a los antipapas, al misterio de la sábana santa, al santo grial y a “en busca del arca pérdida”. Esa secta se encuentra detrás de un brazo político, los jacobinos, donde milita nuestro terrible Robespierre. Por linea directa estos nunca cambian, y veleile, sencillo, escuchen: En el siglo XIX los jacobinos se llamaron liberales exaltados, luego “progresistas” y por fin republicanos. Eran pocos, no señala Pío Mora, pero disponían de núcleos activos en el ejército, y con ello dieron numerosos golpes militares: “los pronunciamientos”. Por eso vinieron los salva-patrias con “el alzamiento” contra los del “pronunciamiento”. Agárrense los machos y destrocense las meninges. Tuvimos a Calvino, tuvimos a Lutero, estaban los Jansenitas, y los Eramistas y una caterva de herejías reformistas de amplio predicamento contra las que luchar, de sobra conocidas, y van, y nos señalan, a los cátaros de Iker Jiménez, al misterio sagrado, a Indiana Jones y el templo maldito, la última cruzada, los misterios de la catederal y el Iacobus de Matilde Asensi como los responsables de todos los males del mundo moderno. Que misterios tiene esto de la política. Y lo curioso es que, en las iglesias de muchos pueblos, colocan el símbolo que usaban estos majaderos.

domingo, 26 de octubre de 2008

Carta de Ussía: Venganza. Contestación de Jake

Siento aquí escribir tan largo. Pero es que presentar argumentos significa leer y escribir. Pongo aquí una carta de Ussía en la Razón que me han remitido y la contestación la doy en otro post.
1) La venganza.
Le voy a contar la terrible venganza de mi madre contra el demostrado responsable del asesinato de su padre, Pedro Muñoz-Seca Alfonso USSÍA En «Público», el periódico de los troskistas con «Jaguar» descapotable, escribe la señorita García. No tengo el gusto y me presento inmediatamente: Alfonso Ussía Muñoz-Seca. Encantado. Cumplido el trámite, me apresuro a decirle a la señorita García que sus deseos de venganza no son dignos de elogio. La señorita García está feliz con las cosas de Garzón y le apetece vengarse de alguien, aunque no lo tenga definido. «Sin ser habitualmente partidaria de la venganza -escribe-, debo reconocer que deseo que siga vivo alguno de los dirigentes de la Falange que busca el juez Garzón». Aunque la señorita García no sea «habitualmente partidaria» de la venganza, demuestra ser bastante partidaria, si bien no «habitualmente», lo que magnifica su sensibilidad. Desea que siga vivo «alguno», no le importa quién, para satisfacer sus deseos de venganza por medio de la espada justiciera de un juez que está jugando con la prevaricación, y lo que es peor, con los muertos. La familia de Federico García Lorca ya le ha advertido que podría querellarse con don Baltasar por «profanación» si se empeña en exhumar sus restos. Y la señorita García coincidirá conmigo en que la familia del gran poeta granadino vilmente asesinado no es franquista, sino todo lo contrario. «Sé que este sentimiento no me honra -insiste la señorita García-, pero no vean cómo me animan». Además de la redacción, hay que mejorar los sentimientos y los ánimos. Lo que anima a la señorita García es una venganza a ciegas. Quiere un falangista, un Gobernador Civil durante el franquismo o un simple soldado de la Guardia Mora para que Garzón lo empapele y ella se sienta a gusto. Hay gente mejor y más ejemplar en sus olvidos que la señorita García. Hay miles de personas, que están vivas, que no se han vengado del responsable principal del asesinato de sus familiares, que por casualidad, está vivo también. Me refiero a los asesinados, también vilmente, en Paracuellos del Jarama, por poner un ejemplo cercano a la redacción del periódico en el que escribe la señorita García. Allí fueron asesinados ocho mil personas, ocho mil inocentes, entre ellos niños de 12 y 13 años fusilados por ser culpables de un tremendo delito. Ser hijos de militares. Entre aquellos ocho mil inocentes, de los cuales César Vidal aporta más de cinco mil nombres en su libro sobre Paracuellos, estaba también un señor de 57 años, que no hizo jamás mal a nadie, padre de diez hijos y también escritor, como García Lorca. Antes de fusilarlo lo torturaron, quizá por escribir «La Venganza de Don Mendo», una comedia en verso que todavía triunfa en los escenarios. De esos diez hijos, la segunda de mayor a menor, era mi madre. Y le voy a contar la terrible venganza de mi madre contra el demostrado responsable del asesinato de su padre, Pedro Muñoz-Seca. «Si alguno de vosotros os encontráis con Santiago Carrillo, no lo saludéis». Eso nos dijo a sus hijos, que también éramos diez. Y nos hemos vengado casi todos, entre otras razones porque nada hay más fácil que no saludar a una persona cuando no se quiere. Pero lo nuestro es particular. Lo que tiene que saber la señorita García, es que durante treinta años, y viviendo el máximo responsable de la matanza en España, ningún familiar de los asesinados ha intentado vengar a sus muertos. Y ahí sigue Carrillo, vivo y homenajeado. Al menos, en este caso, la señorita García, habría de reconocer que no ha estado afortunada.
2)Contestación de Jake
La Guerra Civil española fue un hecho brutal. Es muy posible que no se hable con claridad y sin apasionamiento de ella hasta dentro de muchos años. Tal vez nuestros hijos. Está muy claro que la capacidad escritora de Alfonso Ussía y de la muchacha que escribe para el diario público son muy diferentes. Son como un huevo y una castaña. Eso no quiere decir que, en verdad, los argumentos que emplean uno y otro no sean semejantes. Por parte de Alfonso Ussía muestra en verdad que el consejo de su madre acerca de la venganza lo respeta, pero no termina de sentirlo, pues una cosa es lo que escriba y otra lo que sienta. Y muestra que eso de que Carrillo esté vivo y homenajeado, que es como decir que “y coleando”, no le hace tampoco mucha gracia. La guerra civil, repito, fue una característica de lo que hacen las masas cuando se revelan. Las masas fueron un claro ejemplo de los vientos airados que cruzaban el mundo en la primera mitad del XX. Masas fueron los fascismos y los bolcheviques; y ninguno tenía, ni entonces, ni ahora, justificación moral. Fascismos y bolchevismo eran la misma cara de la misma moneda. Dicho esto: la actitud de la persona a la que se refiere Ussía no parece muy correcta. Sin embargo, la respuesta que nos coloca el periodista no difiere en su fondo con el argumento de la que quiere contrarrestar, por mucho que domine la forma literaria. Ni tiene mayor razón para ello. Son dos caras de una misma moneda y siempre he considerado que las dos caras eran igual de horribles. Alfonso Ussía no tuvo necesidad de encontrarse con Carrillo. Carrillo no estaba en España, a diferencia de los que ocupaban, estos sí, los billetes de 100 pesetas. Y por cierto: Carrillo no dio un Golpe de Estado. Los personajes son parecidos, pero no iguales. Si Ussía, en vez de citar a César Vidal (que cuenta la historia a su alero, como Pío Mora) y hubiese citado a otros como Palafox, Edward Malefakis, Gabriel Tortella o muchos otros hubiese ganado en objetividad. Objetividad imposible en él, puesto que le mataron a su abuelo. Pero abuelos muertos hubo en ambos bandos, en uno más que en otros, por cierto. El señor Ussía, como digo, aparenta seguir retorciéndose y la palabra venganza la espeta, repito con la boca chica y eso que, hay una diferencia esencial entre él, que le mataron a un abuelo, y los que le mataron al abuelo en sentido contrario. El, y los suyos, pudieron seguir “vengándose” años de varias maneras, a diferencia de los contrarios: perorando en sus periódicos y únicos medios permitidos por ellos, en las homilías de sus iglesias, ocupando todos los puestos de poder, encarcelando a los disidentes, enchufando a sus amigos, colocando a sus cuñados, yernos de fusilados, en la Agencia EFE o en ARRIBA, o en los puestos de la Universidad, por ser fiel al régimen, así como de otras muchas maneras, como, por ejemplo, ocupar puestos en las empresas e industrias del “desarrollismo”, y no continuo, pero hay muchas formas más de venganza que se usaron. Es un argumento habitual de los de la derecha acusar a los de la izquierda de que estos tengan también dinero, y hasta jaguares descapotables. Aunque yo creo que la diferencia está en los valores que se defiende: o mas solidarios, o mas insolidarios. Porque ya se sabe, se sea de derecha o de izquierda, el que no tiene dinero pone el culo por candelero; así que es muy loable que aquellos que tengan también dinero defiendan ideas socialdemócratas, o de izquierdas. O es que se creen los de derechas que los de izquierdas le van a dejar el culo en pompa a ellos y, por tanto, también el dinero. Por más que leo el libro de Pío Mora, por ejemplo, o de César Vidal no dejo de encontrarles tachas en la objetividad: se acusa “al marxismo” o “al anarquismo” como responsables directos de alzamiento nacional de los que vinieron a salvar la patria. Incluso, dicen, hubo organización de pronunciamientos por parte de ellos. Pero el hecho indubitable es que no los dieron. Quien lo dio fue un grupo de generales. Tampoco justifican estos “historiadores” algo más importante: que detrás de esos ismos políticos se encontraba una realidad más importante. Que la riqueza y el poder político durante todo el siglo XIX y primeros del XX se encontraba en manos de unos pocos y que, además y más importante, la calidad de vida de la inmensa mayoría de la población era infima. Llamele usted X, pero no me mee encima y me diga que está lloviendo. Y aún así. El pronunciamiento militar, en verdad jacobino, lo comenzó quien lo comenzó. Y no otro. Y señor Ussia: yo siento a usted mucho que a su abuelo lo mataran en la Guerra y que al máximo responsable no esté en la cárcel. Lo mismo va a ocurrir con los de sentido contrario. Carrillo, al menos, negoció para colocar una democracia en la España de la Transición, por muy comunista que fuese. Los dirigentes del “alzamiento” hicieron siempre lo contrario, hasta el fin de sus días. La cosa cambia.

jueves, 23 de octubre de 2008

Cumbre internacional



Es cierto que hay miles de cosas de las que no entiendo ni papa. Por ejemplo: hay una profesora de Derecho Internacional Público en la Universidad de Oviedo que es un hueso. Esa asignatura, como quien dice, no la aprueba ni el tato. Y es que yo no me explico para que tanta importancia en formar en tan complicada erudición a nuestros jóvenes para que luego, en materia internacional los políticos que nos vienen a tocar por desgracia – que habían de ser modelos morales y arquetipos de sabiduría- son una irrisión. Eso nos debería hacer llegar a una conclusión: nos gobiernan los tontos. La aseveración no es infundada, habida cuenta de la década que llevamos. Es cierto: más que democracia, había que llamarla tontocracia. Ésta deriva de plutocracia, que como todos sabemos significa gobierno de los ricos. ¿Cómo hacen los ricos para gobernar? Muy fácil: se hace todo los posible para hacer tontos en masa. La televisión es una manera. Hay más maneras, como la educación en colegios privados, por ejemplo (me refiero a la masa de ellos egresados, no a las excepciones que, si cabe, suelen ser más críticos que ninguno. Leáse Ortega, por ejemplo). Eso explica que se coloque al tonto más tonto gobernando al mundo y al tonto más tonto del suelo patrio poniendo sus pies en la mesa. Porque, visto a toro pasado la que nos han montado unos y otros está claro que no tenían la cabeza buena. Y lo peor es la actitud de niños de colegio, cuando lo que está en juego no es cualquier cosa. Es el orden económico internacional. Poca cosa, dirán ustedes. “Todo es por tanto pillo que hay en la política pulpitante. Yo que Dios mandaría a los ángeles que reventaran a todos esos que en los papeles andan inventando víctimas , al cuento de jorobarnos a los pobres de tanda. Limosnas hay, buenas almas hay; pero liberales por un lado, el Congrieso dichoso, y por otro las congriegaciones, los mentigos y discursiones y tantas cosas de imprenta, quitan la voluntad a los más cristianos... Lo que digo: quieren que no haiga pobres, y se saldrán con la suya. Pero pa entonces yo quiero saber quién es el guapo que saca las ánimas del Pulgatorio... ya se pudrirán allá las señoras almas sin que la cristiandad se acuerde de ellas, porque... a mí que no me digan: el rezo de los ricos, con la barriga bien llena y la carne bien abrigada, no vale... por Dios vivo que no vale” (Misericordia). Si señora: así se habla. A esta la ponía yo a dirigir los designios de la economía mundial. Y de buen seguro que mejor lo haría que los cafres que nos han tocado en desgracia. No se piensen ustedes que el granjero de Wisconsin tiene un argumento mas clarividente que el de esta señora. No, no. Si no, a cuento de qué podría haber llegado a gobernar Bush en norteamerica. Y resulta, ahora, que la política internacional es un cúmulo de niñerías. Como si la cosa no fuera seria. Hace poco, antes de que saliera a la palestra, les hablé yo ya de Bretton Woods, en un artículo pasado sobre economía. Ahora se ha vuelto a poder de moda. Las cosas que se están jugando son muy serias y, por eso, España y Zapatero está haciendo todo lo posible en estar en la cumbre financiera próxima. Rajoy, en esta materia, apoya al presidente del gobierno, aunque bien se sirve de hacer oposición, hablando sobre política internacional y determinado desaires, porque los EEUU quieren claramente dejar a España fuera. Eso no pasaría si los gobernantes no fueran tontos de capirotes, como son. Animales tribales. Porque como señala nuestro antropólogo "español" (lo lo lo lo lo lo lo ló) más reconocido, el Sr. Jauregui, eso es lo que somos los humanos: animales tribales. Por eso los EUA tienen más totems que los trobiandeses,. Y eso que amo a América. Espero que hayan leído los periódicos y se hayan percatado de los que hace poco les hablé sobre economía. Los europeos queremos que haya un nuevo Bretton Woods. No se lo crean: aquello será una jaula de grillos. No merecerá la pena ir. Yo creo que si mandásemos allí a la señá Benina, a la Bularda y a la Caporala, las que a la puerta de San Sebastian se apostaba a mediados de otros siglos se entenderían mejor que los majaderos que van a ir.

martes, 21 de octubre de 2008

Una fosa entre los piornos




Es un hecho significativo el siguiente: los cerebros lavados abundan. Las cabezas mondas y lirondas llenas de mentiras, de falsedades, de interesados mensajes, de oprobiosos valores y de sentencias morales deplorables son legión. Unida a tal reflexión, a redoble, se añade lo que sigue: Impera la amnesia colectiva. Amnesia interesada, abominable. Castración colectiva. Se ha tratado por todos los medios de inocular a generaciones enteras el adocenamiento vergonzoso, persistente, atroz, tras el conflicto bélico civil español. Un silencio como los asolados y fríos páramos castellanos. Son nuestros males castizos, que perduran. Es hora que reflexionemos, desde un plano ético, estético, moral sobre la singular batalla contra los molinos de viento de un singular idealista: el Juez Garzón. Todo lo estético que pueda ser una fosa común. Todo lo estético que pueda ser una reflexión de Jung. O de Kubrick. Hace tiempo que escribí un artículo para un periódico sobre este caballero de la justicia. Hoy me reitero. Muchos españoles hemos sidos herederos directos de épocas ominosas. Unos lo fueron de la Restauración. Otros lo hemos sido del franquismo. Franquismo que colea, como lagartija, a la sombra de la enciclopedia Álvarez. Generaciones de españoles a los que se les engañó, se les mintió, se les ocultaron verdades sabiendo lo tiernos que son los niños. No es dudoso afirmar que por aquellos tiempos por el aire revoloteaba la adultera inmoralidad: civil y política. Aquellos males son aún hoy día más que visibles. Ojeemos los periódicos. Oigámosles: Se encuentran en La Razón, en el ABC, en el PP. “Si aguardamos un poco – nos espetaba Ortega – llegará la historia con su divina capacidad de trasfigurar las cosas poniéndolas en su debida perspectiva”. Pero llevamos demasiado tiempo esperando. Dos generaciones de cerebros lavados son muchos cerebros. Muchas gentes. Muchos borregos, algunos inocentes de su borreguez. Otros no. Una España oscura: una España de boinas, de trochas, de tenderos, de orden, de curas, de mulos. De falsas águilas en verdad despeñadas. De odiar al campo, equivocando el odio. Lo que se odiaba era la miseria. Silencio. Tiempo de silencio. A los españoles se les ocultó una guerra. No es extraño, por tanto, que algunos no quieran abrir heridas, en la política interesada por velar con mentiras y con tierra lo que aquella sinrazón fue. Los tecnócratas del Opus, tras los planes de estabilización de 1959, ofrecieron una coartada de desarrollismo para añadir humo a una guerra, para ellos periclitada, por ganada. Una guerra de hermanos contra hermanos, les contaron los salva-patrias: los de la Victoria. Sin embargo, en este país, y no hace tanto, se mató por política – la ciencia de la convivencia-. Y la cosa no es baladí. En un pueblo alto, cerca del cielo, el más alto de Extremadura aconteció un hecho para mí significativo. No tanto si las lagrimas de una madre no hubieran estado a punto de rodar. Todo aquello, hasta ahora, se había contado como una anécdota familiar, sin aparente trascendencia. La interesada ignorancia velaba los hechos para no interpretarlos como debían. Los recuerdos eran más agradables: son de escuela nacional-católica, de maestros en mesa camilla con brasero, a regla y palmeta y canción de cara al sol a la entrada de clase. La anécdota se trasforma en historieta. Pero no lo fue. Fue algo más serio. Corre el año 1936, en época de carnavales, y un señor labriego, con varios hijos pequeños – y en especial una niña, la más pequeña y pizpireta flor -, se disfraza de Azaña. Yo soy Azaña, reza en un cartel que se pega al cuerpo. El Frente popular había ganado las elecciones. Hoy yo lo sé: no estudié, por suerte, la enciclopedia Álvarez. Quien me refirió esta historia, si que estudió con aquel libro que no nació para ser libro y, por tanto, lo ignoraba. Poco tiempo después aquel labriego y a su hijo mayor le obligan a cavar una tumba. La suya propia. Aquella niña pequeña es testigo de la escena. El delito del labriego era el de ser de izquierdas. Por suerte no se cumplió la pena capital , pese a tener ya sus pies dentro de una tumba. La que bien pudo haber sido una fosa perdida en perdidos pueblos de España. Una tumba al lado de unas matas aceradas y oscuras, al frente de unos piornos, junto a un barranco de un día límpido. Es posible que los llantos de aquella niña flor, que vio las carabinas apuntando a su padre y a su hermano, apaciguasen a sus vecinos que hacían ademán de verdugos. No lo sé. La niña flor fue pragmática: con los años se volvió de parte de los que apuntaban. Su hija, casi también. Sino fuera porque, quizá, se dio cuenta que su abuelo pudo haber sido un desaparecido de los que ahora buscan, en una zanja perdida en un pueblo perdido de España. Una lágrima rodó. Era su abuelo, el que ella conoció; cuando ni ella, ni él, pudieron no haber existido más allá de 1936. Por fin reconoció una cosa: por fin entendió la cruzada idealista de Garzón. Y la gente de la que hablo son gente cercana, de aquí; gente sencilla e inocente.

lunes, 20 de octubre de 2008

La conciencia progresista y la trampa de la liquidez.





Suele ser habitual entre los muchos tertulianos en mismo bar de la derecha, amigotes de partido y oyentes de la COPE que de economía se enteren de la misa la media. Por no decir que nada, para ser más justos a la realidad. Es una cosa que yo vengo denunciando desde hace tiempo. Los que me leen lo saben. Hace tiempo que avisé, por ejemplo, sobre los furibundos látigos que son las combas curvadas de la oferta y la demanda. Que estas, dejadas al libre albedrío, pegan zurriagazos chuscos. Nada: como si hablase a las paredes. Es natural, sabiendo esto, que me pusiera de uñas ante los comentarios para barraganes intelectuales que se sueltan en la COPE o el diario La Razón. Comentarios lanzados para chabacanos, ignorantes, indocumentados y borregos educados por la enciclopedia Álvarez. Esos mismos que van a misa y que no se preguntan porqué del culto se celebra como se celebra y de donde vienen la retahíla de rezos y sarta de textos bíblico-teológicos. Como digo: de la misa la media. Somos muchos, en cambio, los que veíamos que las tesis de algunos clérigos vestidos de economistas, como Milton Friedman, adalid del libre mercado, eran una pura falsa. Friedman representaba la postura contra reformista del hereje Keynes. Y los monetaristas se hicieron legión. No me refiero a la legión de ignorantes que escuchan la COPE y aplauden sus eruptos. A esos con los latiguillos “España se hunde”, el coco del contubernio judeo-masónico, que sigue lanzando César Vidal, y que ni Dios sabe que significa, o el “Váyase usted González” en que aún se han quedado les vale. No se si han leído alguna vez a Friedmam. Pero si de verdad lo han hecho se darán cuenta que sus textos parecen la homilía de un sacerdote dominguero. En este caso contra la intervención del Estado, cual satanás, en el sacro santo libre mercado. Friedman bajó a la calle de la política como divulgador desde las aúlicas cumbres de la teoría económica, lanzando una nueva fe religioso económica: los monetaristas. Los Jesuitas ultras de la economía. Los caballeros del libre mercado. Unos nuevos Jansenitas. Hoy recuerdo cuando desperté de aquel sueño. Los marxistas lo llaman “toma de conciencia”, puede ser: cuando los curas, metidos a economistas, en radio intereconomía abrazaban dicha corriente de los monetaristas. Gato encerrado. Olor a podrido. ¿Los católicos abrazando a Calvino? Mucho me quieren, mucho te quiero (y que si los publicanos, la carta a los corintos, romanos y fariseos), pero no me toques los dineros. O dineros a rebosar a bolsillos llenos. Mucha hipocresía. El caso es que ahora dan el premio Nobel de economía a Paul Krugman por decir y denunciar lo que era de cajón. Lo que ven los ciegos bíblicos. Que la política monetaria a piloto automático hace que los flags no se activen cuando hay fuerte turbulencias. Que el aumento de la oferta monetaria sirve de bien poco en fases de recesión. Lo único que vale, demostrado, y no hace falta que venga ningún Krugman a decirlo, es la intervención del político manejando los mandos de la nave: el Estado. O es que se habían pensado ustedes, adalides de las liberaciones, que en nuestras plutocracias, si el timón no lo maneja la política fiscal o la regulación, en las manos visibles de políticos elegidos al menos en las urnas, éste viene a caer en las manazas de los plutocratas, invisibles solo para oyentes de la COPE, lectores de La Razón, y otros medios de comunicación, en las “manos invisibles” adamnianas de los jerarcas del Opus. Grandes capitales con el afán humano de monopolizar los mercados. Verdadera y única racionalidad económica que sostiene reverendo Friedmann. Lugar por donde hace aguas toda su teoría económica normativa. Es elogioso que ELPAÍS de este domingo se hayan publicado los artículos de Krugman ¿Quién es Milton Friedman? Pero más interesante ha sido, sin duda, la entrevista a Luis Ángel Rojo, nuestro más conspicuo economista keynesiano. Éste ya pasa de explicar, al estilo Krugman, lo que ya todos sabíamos. Directamente despotrica contra Greenspan, el FMI, o el BCE sin pelos en la lengua. Cuando una cosa se sabe que va a pasar y luego pasa no hay lugar para las explicaciones. Es el lugar de llamar ineptos, hipócritas, fariseos y borregos a quienes lo sean. Y así lo hace Luis Ángel Rojo. Parece que todos los economistas están de un agorero que es para echarse a temblar. Así Josep Piqué, uno de los pocos con materia gris que había en el PP, pone sus manos en la cara, compungido !No existe mercado interbancario!, y nos dice esto: “ la teoría – expresada en términos muy cautelosos por Keynes, hace tres cuartos de siglo – sobre la demanda infinitamente elástica de dinero, sea cual sea su precio, recobra su actualidad”. La trampa de la liquidez. Acabásemos. Tanto tiempo escuchando a los clérigos que nos acordamos de los sabios,cuando truena. Friedman por el retrete: eso hace Piqué. Pero, aún así, Piqué no termina de reconocerlo del todo. Así, ofrece una propuesta interesante: que el gobierno avale los prestamos del interbancario. Muy buena, en eso estoy de acuerdo. Como papá estado no tiene dinero para dar dinero (liquidez) a los bancos, reconociendo que Keynes tenía razón y que Friedman no fue mas que un cretino vende ideas, papá estado se sentará al lado como avalista de los bancos cuando se firmen los prestamos entre ellos. No se si son conscientes de esto. Pero se sigue queriendo que papaito acuda como avalista de los ineptos timoneles y plutocratas, a la vez que se sigue pidiendo que, al pobre, ni agua.

jueves, 16 de octubre de 2008

Algunas notas sobre un asunto de actualidad universal: la globalización


Son estas tierras valxeritenses un buen lugar para filosofar. La amenidad de sus arroyos, la claridad de sus fuentes, la suave brisa que recorre sus laderas, así como la insolación, ni mucha ni poca, tanto en la solana y en la umbría, invitan a pensar con tranquilidad. Digámoslo de una vez: sirve para alejarse del mundanal ruido de las ciudades, con sus cláxones, sirenas de ambulancias, coches celulares, hospitales abarrotados, parques llenos, cafeterías repletas. El arrullo de las fuentes, si estas son frescas, bien sirven para reflexionar sobre el mundo y sobre la vida; sobre lo que hay, o sobre todo lo contrario. Es verdad que es preciso, sin embargo, tomar este lugar con una visión cosmopolita. En una actitud de viajeros planetarios y, por que no, en una actitud burguesa. Toda la actitud burguesa que puede tener un campesino. El aire de la ciudad nos hace libres, se decía antiguamente; hoy el aire que se respira en ellas está contaminado. También se dice, muy acertadamente, que la filosofía es una enfermedad que se contrae viajando. Pero, por lo pronto, yo me encuentro aquí, junto a una fuente de agua fresca – y no metafórica -. Viajeros, exiliados, vagabundos, expedicionarios… forasteros por antonomasia, extranjero desconocido: “… de tu andar de aquí para allá, y de que filosofando recorriste tantas tierras por ver cosas”. Desde antiguo se consideró la sabiduría como “cosmopolita”. Ciudadano del mundo. Que es, como quien dice, ciudadano de ninguna parte. En la fuente me hallo. Dándole vueltas a esto de la globalización, con un interés claro: desentrañar lo que en el mundo ocurre. ¿Existe en verdad una definición de Globalización? ¿Convivimos en una aldea global? ¿Son la Globalización y la Anti-Globalización sendas ideologías?

domingo, 12 de octubre de 2008

De la economía al reloj de esfera negra de Sartre.


Texto homenaje a la izquierda burguesa e intelectual; a la que algunos llaman con desdén progres-aburguesados.


Tal y como les dije el otro día, iba a continuar hablando sobre economía. Solo que, con un pequeño matiz: las cosas dan vueltas y de un hilo sale otro, y de otro: otro. Para comprender lo que ocurre en el mundo, si es que somos capaces de ello, hay que hilar muy fino. Incluso así es fácil pincharse y eso, de por sí, no es malo: es un síntoma de que, al menos, estamos hilando algo. Hay muchos otros que se encuentran en la inopia, que es como decir que ni hilan ni cardan la lana. Viven, que no es poco. Y hacen bien, porque no preguntarse por el sentido de las cosas y descansar en vidas sencillas es muy virtuoso. No lo es en cambio cuando el que vive en la inopia se convierte en borrego. A los borregos: palos. Hace poco el premio Nobel de Literatura, José Saramago, daba un rapapolvo a las izquierdas, las cuales han quedado dormidas los últimos años. En eso tiene bastante razón, pues atrás quedaron los gloriosos años que dieron con el Mayo de 1968, la revolución de los claveles, la lucha contra Franco en la clandestinidad de las UCM, las películas de Jean Luc Godard, los libros de primo levi, y las críticas sociales de los hermanos Taviani (como su película Padre, padrone)… Hablo de la burguesía izquierdista e intelectual que el mayo francés impregnó al mundo. La crisis del petróleo, como digo, cambió un modelo paradigmático en los patrones de cambio internacionales y dio lugar a tres décadas de signo neoliberal. Tres décadas, la de los 80, 90 y principios del nuevo milenio que ha apaciguado a la juventud contestataria burguesa y de izquierdas y que en la década de los 60 y los 70 bullían en las Universidades Europeas. El rapapolvo a las izquierdas debe ser sonoro: tres décadas de neoliberalismo, de Thacher, Bush, Wall Street, y la hoguera de las vanidades (Tom Wolfe). En lo intelectual triunfaron los Friedmman y los Hayek, en norteamérica los neocons, que con su fundación FAES Aznar quiere expandir cerca de los lugares donde nació la Institución Libre de Enseñanza. Y se hicieron fuertes intelectualmente en España, através de las facultades de economía y empresariales. Una nueva cultura del éxito. Una cultura que se enfrenta al hedonismo del que, y se que pocos me conocían así, soy partidario: soy un eudamonista desde bien pequeño. Desde que aquí, en España, a principio de los ochenta, teníamos un programa infantil-juvenil digno de aplauso: La bola de cristal. Uno de sus personajes, la bruja avería, hacia una acertada disección ¡Viva el mal! ¡Viva el Capital! Una oposición intelectual de izquierdas se hace precisa. No porque no adoremos las cosas virtuosas de la técnica moderna, los teléfonos móviles, los PC portátiles, la Internet… y otros ingenios del mundo globalizado, sino porque es preciso que ese capitalismo sirva para mejorar la vida en el mundo. Su máximización necesita de determinados diques que lleven el agua a un mundo mejor para más gente: diques intelectuales puestos a los mercados. Una crítica de las que no podemos pasar por alto es la que nos lleva este mundo globalizado en lo económico. La globalización consiste en que los capitales, los dineros, no tienen fronteras: no se le piden pasaportes. En cambio a las personas, para pasar de país, e instalarse en otro si que se les exige. Eso constituye una moral con doble rasero. Es preciso que volvamos a comprarnos la pipa de Bertrand Russell y ponernos el reloj de esfera de Sastre. La izquierda intelectual debe recuperar el lugar moral que le corresponde y defender todo lo que en ella es esencial: el pacifismo, el socialismo individualista, la mordacidad y la ironía contra las religiones e ideologías políticas absolutistas, la militancia racionalista. Y, por supuesto, las contradicciones, que, filosóficamente, son lo más educativo de todo (Savater).

De la economía al reloj de esfera negra de Sartre.

Texto homenaje a la izquierda burguesa e intelectual; a la que algunos llaman con desdén progres-aburguesados.


Tal y como les dije el otro día, iba a continuar hablando sobre economía. Solo que, con un pequeño matiz: las cosas dan vueltas y de un hilo sale otro, y de otro: otro. Para comprender lo que ocurre en el mundo, si es que somos capaces de ello, hay que hilar muy fino. Incluso así es fácil pincharse y eso, de por sí, no es malo: es un síntoma de que, al menos, estamos hilando algo. Hay muchos otros que se encuentran en la inopia, que es como decir que ni hilan ni cardan la lana. Viven, que no es poco. Y hacen bien, porque no preguntarse por el sentido de las cosas y descansar en vidas sencillas es muy virtuoso. No lo es en cambio cuando el que vive en la inopia se convierte en borrego. A los borregos: palos. Hace poco el premio Nobel de Literatura, José Saramago, daba un rapapolvo a las izquierdas, las cuales han quedado dormidas los últimos años. En eso tiene bastante razón, pues atrás quedaron los gloriosos años que dieron con el Mayo de 1968, la revolución de los claveles, la lucha contra Franco en la clandestinidad de las UCM, las películas de Jean Luc Godard, los libros de primo levi, y las críticas sociales de los hermanos Taviani (como su película Padre, padrone)… Hablo de la burguesía izquierdista e intelectual que el mayo francés impregnó al mundo. La crisis del petróleo, como digo, cambió un modelo paradigmático en los patrones de cambio internacionales y dio lugar a tres décadas de signo neoliberal. Tres décadas, la de los 80, 90 y principios del nuevo milenio que ha apaciguado a la juventud contestataria burguesa y de izquierdas y que en la década de los 60 y los 70 bullían en las Universidades Europeas. El rapapolvo a las izquierdas debe ser sonoro: tres décadas de neoliberalismo, de Thacher, Bush, Wall Street, y la hoguera de las vanidades (Tom Wolfe). En lo intelectual triunfaron los Friedmman y los Hayek, en norteamérica los neocons, que con su fundación FAES Aznar quiere expandir cerca de los lugares donde nació la Institución Libre de Enseñanza. Y se hicieron fuertes intelectualmente en España, através de las facultades de economía y empresariales. Una nueva cultura del éxito. Una cultura que se enfrenta al hedonismo del que, y se que pocos me conocían así, soy partidario: soy un eudamonista desde bien pequeño. Desde que aquí, en España, a principio de los ochenta, teníamos un programa infantil-juvenil digno de aplauso: La bola de cristal. Uno de sus personajes, la bruja avería, hacia una acertada disección ¡Viva el mal! ¡Viva el Capital! Una oposición intelectual de izquierdas se hace precisa. No porque no adoremos las cosas virtuosas de la técnica moderna, los teléfonos móviles, los PC portátiles, la Internet… y otros ingenios del mundo globalizado, sino porque es preciso que ese capitalismo sirva para mejorar la vida en el mundo. Su máximización necesita de determinados diques que lleven el agua a un mundo mejor para más gente: diques intelectuales puestos a los mercados. Una crítica de las que no podemos pasar por alto es la que nos lleva este mundo globalizado en lo económico. La globalización consiste en que los capitales, los dineros, no tienen fronteras: no se le piden pasaportes. En cambio a las personas, para pasar de país, e instalarse en otro si que se les exige. Eso constituye una moral con doble rasero. Es preciso que volvamos a comprarnos la pipa de Bertrand Russell y ponernos el reloj de esfera de Sastre. La izquierda intelectual debe recuperar el lugar moral que le corresponde y defender todo lo que en ella es esencial: el pacifismo, el socialismo individualista, la mordacidad y la ironía contra las religiones e ideologías políticas absolutistas, la militancia racionalista. Y, por supuesto, las contradicciones, que, filosóficamente, son lo más educativo de todo (Savater).

viernes, 10 de octubre de 2008

Esperanza Aguirre y los liberados sindicales


Los hechos acaecidos en Madrid tras la inauguración de diversos hospitales son del todo deplorables. Me refiero, por supuesto, a los vituperios lanzados contra los políticos inaugurantes, Guemes y Esperanza, así como el posterior señalamiento de los increpadores como liberados sindicales. Es cierto que dichos políticos iban con cara de foto puesta, de demagogos, y con la falsa sonrisa hipócrita colocada en los labios y que , los otros, los del sentido contrario, iban con el afán de que la foto les saliese movida. Y, claro, eso no les gustó a los primeros. Aún así pienso que no es de recibo ninguna de las dos actitudes: ni la cacerolada, incluidos bochornosos insultos, ni la posterior actitud deslegitimando a los increpantes por el hecho de ser “liberados sindicales”. Éstos trataron, como digo, de chafar la propaganda a la que nos acostumbran los políticos y luego, éstos, los políticos, han tratado de hacer una habitual maniobra de botes de humos, enfadosa retirada con ataque y en una interesante táctica de distracción. Que los hechos sean deplorables en ambos sentidos no quiere decir que ambos tengan la misma calificación moral. Uno de los hechos ha consistido en un “alboroto”, una “trifulca”, un “boicot”, tal y como se extrae de los medios tales como el ABC y otros medios propios de la derecha. El otro de los hechos es aún mucho más grave: La deslegitimación de la actividad sindical. Así, se ha aprovechado para atacar el engorroso y caro sistema de mantener a los “liberados sindicales”. Hecho que justificaría la propia tesis de ineficacia de “lo público” frente a “lo privado”. Una retirada con veneno. Los aplaudidores, los forofos y los ultras se pondrán a dar saltos como monos de una manera muy parecida, por cierto, del que critican, al ver como los suyos, los de su equipo, han planteado una buena contra. Pero no se si ustedes de dan cuenta de lo serio que es el asunto, como para que nosotros, los ciudadanos responsables, dejemos paso a que los borricos suelten sus rebuznos, berridos y válidos, los cuales se oyen en estéreo: a izquierda y derecha. La cosa es grave, como digo. Nuestro sistema de convivencia democrático no consiste, tan solo, en unos “partidos políticos” que reciben votos en unas elecciones generales. Nuestro sistema democrático es mucho mas complejo que eso. Los sindicatos forman parte del sistema democrático de forma tan importante, si no más, que los partidos políticos. No voy a hacer un análisis jurídico ahora, pero tengan en cuenta que el “derecho a la libertad sindical” y el “derecho de huelga” no son derechos menores y su protección es máxima. No voy a pasar, tampoco , a explicar el proceso largo de juridificación del sindicato ni su historia. Quede dicho, sin embargo, que el sindicato tiene una función clara de contrapeso del Poder, dentro de un sistema democrático. La democracia liberal pasó por diferentes fases en cuanto a su consideración del sindicato, pero se ha mostrado que sus contrapesos sirven para equilibrar y limitar los poderes varios. En todo esto hay mucha miga que me imagino que ustedes intuyen. Las declaraciones del consejero Güemes descalificando a los “liberados sindicales” le califican a el mismo. Por cierto, y me pregunto, ¿Cuándo ejerce Esperanza Aguirre sus funciones como presidenta? A nadie se le oculta que son otros quienes, desde detrás, ejercen ese Poder: a ella le es imposible ejercer dichas funciones, porque está en todas las inaguraciones, saraos, fotos... lugares donde lo que mas se hace es posar y trabajar, bien poco. Pero esto precisaría de un artículo mucho más largo que dejaré para otro día.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Sobre laicidad positiva, siguiendo a Bertrand Russell.



El ABC, desde que volvió a la moral tridentina de la más alambicada tradición contrareformista española y tras dejar atrás una interesante época humanista, está haciendo acopio de argumentos teológicos: Hace tres días atacaba al laicismo invocando a mismísimo libro de Job, ayer, en “la tercera” trataban de la “laicidad positiva” y hoy, una vez más, nos dan la lata con “la iglesia, a pesar de todo”. El artículo sobre la laicidad positiva me pareció del todo interesante, si no fuera porque la realidad francesa donde se expuso no tiene nada que ver con lo que se cuece a estos lados de los Pirineos. Allí, en Francia, la separación Iglesia-Estado llegó ex abrupto a causa de un proceso revolucionario sanguinolento y que una vez conseguido han caminado por sendas separadas. Aquí ha sido otro cantar. El caso es que nos vienen dando la matraca y ya tres días seguidos se van haciendo muchos para que no les demos, como ciudadanos, la consiguiente respuesta a su tesón. Hace nada ponían a parir a esa ola de laicidad que, como una peste vesánica, inunda la cristiandad: y, en especial, la más ortodoxa de sus provincias. El feudo del Opus. Aquí atrás Estado nacional-católico. Y, ahora, hasta el cardenal Rouco aboga por la “laicidad positiva”, ignorando que allí, en Francia, pueden plantarse cosas que aquí no valen. Francia posee un Estado laico y nadie lo cuestiona. España no. Precisamente el día anterior el propio periódico de los prelados lo ponía en cuestión con el artículo referido. Eso no es lo peor: en las cabeceras del Poder judicial, político y militar se sientan ultra-católicos convencidos. No somos aquí, en estas páginas, conformes a esa laicidad positiva y menos para un país como España; tener conocimiento de la historia de las religiones, de los propios postulados religiosos, sus argumentos – en especial de la tradición judeo cristiana – no es objetable. Al contrario: El conocimiento es, en verdad, una actitud moral: un deber ético. El respeto a la moral católica, por otro lado, esta en paridad a cualquier otra moral y así debe ser respetada por el Estado. Para todo lo demás !Ya está bien!: En la TVE nos desayunamos los domingos con tertulianos apostólicos ínfimos. Este domingo, sin ir más lejos, un “especialista” que había estudiado la figura Dios y Jesucristo en el cine, ponía a parir, literalmente, a Bergman acusándole a él de intrascendente !Válgame Dios! !Bergman intrascendente! El argumento que presentaba es que el director mostraba su duda existencial sobre Dios. Tacharlo de intrancesdente es una falacia cuando el propio director no es que crea en el Infierno: es que lo muestra. El infierno está en este mundo ¿hace falta irse más lejos?. La teología de estos sujetos dominicales es la de los borregos y los rebaños: la que se nutre del miedo compresible a la muerte para ejercer la política en el ámbito de este mundo. El nuestro: el de los vivos. Ya está bien: se hace necesaria una oposición que haga frente a esta gente. Los intereses eclesiásticos se sitúan en las esferas del Poder y, por ende, en el Estado y se pasean por el como Pedro por su casa. La situación en otros países no es menos halagüeña. Que en Estados Unidos la candidata republicana a la vicepresidencia sea una ultra “creacionista” lo dice todo. Es un hecho cierto que estos poderes religiosos no tendrían escrúpulos en considerar como ciudadanos de segunda clase a quienes nos oponemos a la religión tradicional, a diferencia de lo que hacemos nosotros con ellos, y es un hecho, aún más cierto, que su campaña frente al laicismo, que no pretende otra cosa que la separación entre Iglesia y Estado, perseguirían, como siempre han hecho, a los que no piensan como ellos. La creencia religiosa no sirve, como argumenté en mi artículo el cristianismo no es un humanismo, para resolver el esencial misterio que abruma al ser humano. Que aboguemos los laicistas por limitar el Poder a las instuciones religiosas no implica que nosotros seamos intrascendentes: no lo somos. Y Bergman menos, como expuso este fin de semana un ignorante ultra católico en un programa en la televisión Pública española. Ignorante es quien habla sin saber de lo que habla: y este señor lo fue. Así de claro. Bergman pone en entredicho, usando una lógica aplastante, el dogma de Dios como Summnun Bonunn: y eso es lo que les jode. No otra cosa. No ha habido director de cine más trascendente que Bergman: puesto que no solo no se pregunta por Dios sino que, a la vez, lo escruta. Actitud esta humanísima. Ni siquiera Dios puede librarse del escarperlo humano: es, como dirían los escolástios, consustancial a sí mismo. La religión no resuelve el problema de la trascendencia, la de la primera causa. Borges siempre lo ha dejado claro en su metafísica circular ¿ilógica?, también trascendental. Bertrand Rusell no lo explica con claridad. Este sabio, como otros que se pusieron el solfa tras la crisis de la modernidad, a principios del siglo XX, se cuestionó esta tesis, otra vez escolástica, del medioevo, leyendo la autobiografía de Jhon Stuart Mills: “Mi padre me enseñó que la pregunta ¿Quién me hizo? No puede responderse, ya que inmediatamente sugiere la pregunta ¿Quién hizo a Dios?”. Es como decir que el mundo descansa sobre un elefante, añade, y éste sobre una tortuga. ¿Y la tortuga?. El siglo XX, señores, supuso la crisis a la modernidad, que por hoy no voy a explicar lo que es. Lo dejare para más adelante. Esa crisis de la modernidad surgió como un imperativo humano; mientras curas y prelados han quedado mas anticuados y añejos que una abadía benedictina, mandando quemar los libros, las ideas, las reflexiones que van contra sus dogmas ferreamente inoculados en su niñez. Dios, señores, no explica el mundo. No lo resuelve. El siglo XX estuvo ahí para someter a crítica esa postura milenaria. Eso no implica, por tanto, que no seamos intrascendentes. El Dios cristiano forma parte de la mentira institucionalizada por Apolo: esa es la genealogía de la moral. Pero si ustedes quieren vivir con su mentira, vivan. Dios no les pertenece en exclusiva. Menos le permite que su mentira quiera ejercer el Poder dentro de instituciones que son de todos. Entiendo la postura del “laicismo positivo”, puesto que frente a él, se argumenta, que vendrán otros a imponer otra moral diferente y, acaso, peor. Eso no nos parece cierto, teniendo en cuenta, como es , que toda la religión se ha sustentado, como señala acertadamente Russell, en dos pilares: el miedo y el odio. Me imagino que iguales se puede llegar a ser: peores no. No es necesario acudir a un templo ni escuchar a un eclesiástico, mal formado, para encontrarse con Dios. Repito: nadie tiene el monopolio de Dios. Y los falsos e hipócritas, menos. Jugar con la inocencia de la gente y su deseo ingenito a rogar a Dios, a Theos, o a un Ser Trascendental, para imponer una moral y copar los puestos de Poder choca sobre los principios de una ética basada en el hombre

martes, 7 de octubre de 2008

Sobre economía I


Parece ser que vamos a vivir una crisis económica morrocotuda. Al menos así lo parece tras leer los periódicos, ver los telediarios y escuchar las tertulias. Los sones de invasora presencia de radio intereconomía, los ratios del Ibex 35 y los mercados en tiempo real, suenan hoy, más bien, a barco a la deriva: a zozobra marinera. Hasta hace poco esos tamboriles sonaban a Wagner y a papá de Simba tras una avalancha animal (la entradilla para dar los índices bursátiles eran los del Rey León, la película de Disney). Hoy esas músicas suenan a barco espoloneado. La actitud de los Estados Europeos, ampliando la garantía de los ahorros bancarios y las intervenciones estatales comprando activos financieros -esto es: interviniendo en el santo mercado- huelen muy mal. Eso me parece a mí, que soy espectador corriente y moliente, como casi todos. Soy yo de natural tranquilo, y, es cierto: nunca he visto un pánico. Lo que aquí atrás parecía un problema nacional para comentaristas, tertulianos y políticos varios, se ha mostrado como un problema global. Estaban algunos tan ensimismados con el ladrillos y la burbuja inmobiliaria que no se les ocurrió a los analistas, entre ellos los de intereconomía – bien felices de llenar la saca-, otear la realidad económica mundial. Yo soy, por si no se han dado cuenta todavía, de aquellos que no se creen lo que le cuentan a bote pronto y busca en diferente fuentes la que más le agrada. Y a los que menos me creo es a los economistas, los especímenes más etnocéntricos que habitan las Ciencias Sociales. Por ello, escucho lo que dicen los antropólogos sobre la economía de los yanomanos. Estoy firmemente convencido que con mejor análisis. Estos nos proponen un argumento muy plausible: La clave inveterada en todas las culturas es la de “la energía”. Y creo que en eso estamos. Un análisis simplista a lo Friedman o a lo Hayek, nos haría confundir el problema y, por tanto, las soluciones. Incluso para esto es preferible remontarse a Hegel y analizar los sistemas de necesidades por el propuesto. Parece más o menos claro que nuestro mundo, globalizado, con invasora presencia de ya una cultura casi única, pese a la brecha digital, e interconectado por las pantallas varias antes o después sufrirá una crisis energética. Quizá, por ello, la mejor decisión medio plazo sea la de invertir de Investigación sobre energías renovables: y ya no valen plazos para ello. Los países adalides de una revolución tecnológica en materia de energía hará los deberes. Aunque ya saben, yo soy un pesimista lúcido: y a largo plazo... todos calvos. Mas que nada porque el mundo eligió unos derroteros en su día, no se si buenos o malos, caracterizado por el egoísmo como fuente de riqueza. Es muy posible, no lo sabemos aún, que nos encontremos en una crisis económica de naturaleza diferente de la que hemos tenido hasta ahora. Crisis ha habido muchas y “los pánicos” estaban a la orden del día antes de 1929. No se si se reconocerá como se debe al gran Keynes, fundador de la teoría económica moderna, y muy posiblemente uno de los tipos más inteligentes y observadores del siglo XX y de los pocos economistas de fiar. Sus aportaciones teóricas sobre la economía sirvieron muy mucho para señalar a los gobernantes herramientas con la que manejar la coyuntura económica: a ello se llamó política económica. Decisiones de política fiscal y política monetaria en manos de los ministros de economía de las naciones para manejar a corto y a largo plazo las variables esenciales: desempleo , inversión o interés . A largo plazo, ya sabemos: todos muertos. Planeta: pelota fría Sin embargo, los escenarios económicos son mudables, circunstanciales, en una realidad tozuda y de difícil compresión. Desde 1929 no se había vuelto a vivir ningún pánico, la teoría de los ciclos económicos permitían analizar la historia económica con cierta soltura y los agoreros tenían mala acogida. Todo funcionó bien, como sabemos, mientras el patrón dollar, impuesto por los USA en Bretton Woods, se acomodó a las circunstancias, en lo que se denominó “la pax keynesiana”. La primera crisis llamativa en muchos años fue la llamada crisis del petróleo, la cual empezó a modificar el mapa de poder dentro del mundo... CONTINUARÁ

lunes, 6 de octubre de 2008

El blog de Ana Pastor



Las tertulias entre amigotes de un mismo partido son la mar de divertidas: la tanda de despropósitos, estupideces, sandeces y gilipolleces que se dicen son para partirse el rabo, mear y no echar gota, !tierra trágame! o hacerse, velis nolis, directamente el hara-kiri. El caso es que lo que se dice en esas tertulias no nace por generación espontánea de los dicentes -más quisieran ellos- sino que nacen de los propios políticos haciendo demagogias y populismos, en análisis que no soportan la más mínima enjundia proposicional. Es esta otra de las bisagras del Poder: decir gilipolleces, sandeces y estupideces para que, quien más quien menos, se las meriende. Y si cuela cuela. Yo no se si los del PSOE son tanto, pero los del PP es que llevan la palma. Hablan, por ejemplo, analicemóslo, de que su mejor política social es la de generar empleo y se ponen hechos unos fuegos porque la partida en los presupuestos últimos hayan ido destinados al desempleo 3 billones de las antiguas pesetas. Para lo primero lo espetan así, como una carraca, pero a quien más y quien menos no les explican, (para qué, si no las van a entender), sus políticas monetaristas, ni mucho menos, un simple análisis de lo que la macroeconomía es y como se construye. Un ABC obtuso que se resume en unas sencillas variables difíciles de entender para el ciudadano corriente, !imagínense para los tertulianos afines!, que si les dice un político de su partido que un burro vuela, van y se lo creen. Será que la macroeconomía es un lobo inescrutable: es preferible que no se llegue a pensamiento más arduo. Pero, simplemente, como decía Samuelson, los dados juegan en contra del que no sabe que cosas influyen en la demanda agregada y el la oferta agregada. Vamos , añado yo, que te la dan con queso y te la meten hasta el corvejón si eso se ignora. No es de extrañar, por tanto, que me mueva la hilaridad cuando los escucho apostados entre sí o que me mueva al cabreo, que es lo normal, sabiendo, como se, que son los propios políticos quienes expelen en sus blogs tales desafueros. Si tres billones de las antiguas pesetas les parece mucho para sufragar el desempleo será que les parece mal, aunque no se si son conscientes de que el sistema financiero español, precisamente, no está hecho unos zorros gracias a las prestaciones de desempleo. Parece ser que ellos, los del PP, tienen la varita mágica en la creación del empleo, pero como uno pasó de 4º y tiene aprobada la econometría, se sabe muy bien en que consisten esas varitas y esos palos. A estas gentes del PP les dan pena los pequeños empresarios, pobrecitos, en dificultades, todo por esa política económica de nefanda de Zapatero. Jopé, por modus ponens, los parados no deben ser de su grey, si tienen en mucho las partidas en presupuestos. Ahora se ponen hechos unos basiliscos porque no se deflacta el IRPF y que lo de las 400 Euros queda en agua de borrajas, en parte eso les molesta porque los que mas pierden con esa medida son los que ganan más de 30.000 euros al año. Y, ojo, que somos de los que preferiríamos las dos cosas: los 400 Euros y la deflactación. Aquí atrás trataron de populista a Zapatero, al que no defiendo, e, incluso, le trataron de Pangloss – el Leibniz del Cándido, según Voltaire - porque veía el mejor de los mundos posibles. Cosa curiosa que digan eso de alguien de izquierdas. Pues lean esto que dice Ana Pastor solo como pequeño aperitivo: “Lo más grave es que hoy, se destruye empleo (unos dos millones y medio de parados), no se crean puestos de trabajo y lógicamente, todo esto repercute en la calidad de vida de los españoles. Gobernar con responsabilidad es hacer frente a la crisis económica que padecemos, y que seguiremos padeciendo si no ponemos medidas sobre la mesa que nos ayuden a encauzar la pésima situación por la que atraviesan miles de familias y empresas. Que se lo digan a los que ven cómo la hipoteca no deja de subir, a los que ven como se destruyen puestos de trabajo todos los días...”. Como si ellos tuvieran la varita mágica para resolver las crisis. Bueno, algunas medidas si tienen: de mandar a los Inspectores fiscales y de trabajo de paseo. Paseo para arriba paseo para abajo: expedientes cero. Otra de sus medidas sería la siguiente: “ No podemos demorar más una reforma laboral. Es decir, potenciar la contratación indefinida, simplificando el actual abanico de contratos, bonificando las cotizaciones de los nuevos contratos”. Parece interesante, pero se nota que no es iuslaboralista y que, a lo más, parece una nota más para la galería populista. Los contratos atípicos desaparecería muy fácilmente: reduciendo las indemnizaciones por despido hasta al minimun. Ésto es reconvertir en de trabajo en un contrato civil. Medida que propone, precisamente, la CEOE. La otra receta económica que propone parece bien: “Sería muy interesante hacer una reforma fiscal, incrementando la deducción por vivienda habitual del 15% al 25%, y aumentando también de la base de la deducción a 10.000 euros. Se podría reducir el Tipo impositivo del impuesto sobre Sociedades para PYMES al 20%” Me imagino que, a la vez, habría que reducir las partidas para el desempleo, pues estas medidas, por sí solas, estimularían la creación de empleo en un país, como éste, que es isla robinsoniana. Lugar donde no afectan las globalizaciones donde, precisamente, nos llevan las tesis neoliberales, que ahora no critico. Dígaselo a los bancos españoles, que lo único que esperan es que la crisis no dure más que el agotamiento de las prestaciones de desempleo. Menudo filón he encontrado, con el Blog de la Pastor, ya que ella no deja poner comentarios allí, se los voy a poner aquí. Y es que, precisamente, me he puesto a comentar las cosas que tenían algo más de sesera, que si comento en global, las cosas que van dirigidas a los tertulianos afines, no tendré por donde acabar. http://www.pp.es/anapastor/tema.asp?f=27/08/2008

Once upon a time in América


Amo a América. Pienso es estas palabras mientras el Born in the U.S.A. , de Bruce Springsteen, suena en el radio-CD del automóvil. La siguiente canción será Hurricane, la canción que Dob Dylan dedicó al púgil Huracán Carter. Bajo las ventanillas del coche, pues el aire en la cara me ofrece la sensación de libertad. Mientras, el automóvil serpentea por la carretera, atestada de cerezos a ambos lados, en las laderas del Jerte. Estos días soleados de otoño invitan a vivir. Si señor, amo a América. El Pen-drive tiene una larga lista de canciones. Sonará la bella y virginal Emmylou Harris, que con su larga melena negra, ultra lisa, acompañará a The Band, la banda que tocó Último Vals para Scorsese y después vendrán más, muchos más. Uno de ellos es ese joven mexicano, hijo de mariachis, que cruzó la frontera camino de San Francisco, mientras los standard de Blues suenan en los bares de carretera. Carlos Santana y Jhonny Winter cantando they are went to mexico”. Si señor: Viva América. Me calzo mis botas de cowboy y disfruto de la libertad, no en vano soy un Honky Town man, un “aventurero de medianoche”, camino de Nashville. Nada me gustaría más que viajar de este a oeste por la ruta 66 y pasar por Missouri, Kansas, Oklahoma, Texas, Nuevo México, Arizona y California. La ruta del Far West, la ruta del sueño americano y, en fin, la ruta de las Uvas de la Ira, recorrida por Jhon Ford y Clint Eastwood. La América profunda. La América del Blues, del Country, del Bluegrass: una América que amo. Paso el díal, mejor dicho, la tecla que cambia las canciones y suena la orquesta de Tommy Dorsey, el New York, New York de la película Scorsese, y, por fin, el mejor saxofonista de la historia: Charlie Parker. Negro que pasará a la historia del Jazz por su impresionante creación musical: el bebop. Ritmos infernales after hour en los garitos de la calle 52, mientras las drogas hacen estragos a su cerebro. Las áridas tierras del desierto. Mientras, cierra Jambalaya, en la versión de los Creedence Clearwater Revival. Llegaré a casa, y empezaré, esta tarde, a leer una novela de Faulkner. Si señor. Amo esa América que hechizó a Win Wenders, de Alicia en la ciudad, o de Paris-Texas, bajo los acordes de Ry Cooder, el sonido de Documentos TV. Una América de búsqueda, de caminos y de desiertos pintados.

viernes, 3 de octubre de 2008

Diez posiciones ético políticas


Va siendo hora que pongamos en solfa todos y cada uno de nuestros valores de una manera clara y sistemática. Valores que nos definen. Unos valores de participación democrática ante la cual los viejos políticos no están preparados: Una nueva forma de actuar. 1) Defendemos una postura de centro-izquierda, puesto que no somos hijos ni nietos de hacendados ni caciques, sino de obreros y campesinos, que, por haber podido comprar una casa o algunas tierras, no nos vamos a creer que pertenecemos a donde no pertenecemos. 2) Nuestra postura política es el “liberalismo social” o el “socialismo liberal”; abogamos por un sistema democrático como el menos malo de los posibles para nuestras sociedades estatales; nuestra misión es hacer frente a “las plutocracias” que nos gobiernan desde todos los frentes: en especial este de Internet, como nueva herramienta para dar cauce a nuestras opiniones. Nuestra opción es una opción de intelectuales y reflexivos que ponemos en tela de juicio el mundo en que vivimos. Apostamos por una limitación a los mercados en su actuación a través de gastos públicos en educación, sanidad, infraestructuras, Investigación, Ciencia y Desarrollo, Seguridad Social y protección frente al desempleo 3) Abogamos por la absoluta laicidad en el estado, con respeto a todas las confesiones religiosas. Haremos frente a todos los “grupos de presión” que traten de imponer una moral teocrática a todo Cristo. 4) Creemos que en la esencia de las democracias se encuentra en la más osada opción ética: la “libertad de pensamiento” y en los “ciudadanos libre-pensantes”. 5) Aunque mostramos respeto por la figura histórica de Juan Carlos I y su familia, pensamos que las monarquías son un residuo del Antiguo Régimen de los siglo XVI y XVII; por ello, nuestro en nuestro horizonte vemos una “democracia parlamentaria” sin la rémora del Título II de la constitución, con un “sistema democrático republicano”. 6) Defendemos una educación pública de calidad y, por ello, solicitamos que dejen de concertarse colegios de naturaleza privada. Exigimos que la asignatura de religión se imparta donde se debe impartir: en las Iglesias y parroquias. Y toda la educación sea lo que debe ser: una “educación para la ciudadanía” y una “educación para la libertad” 7) Abogamos por el “relativismo cultural”, que significa, siguiendo a Boas, que no existe ninguna cultura ni mejor ni peor a otra, por ello defendemos la pluralidad cultural, políticas de inmigración basada en derechos y solidaridad entre los pueblos. 8)Abogamos por la creación de comisiones éticas en los hospitales, formada por tres profesionales asesores: Un médico, un psicólogo y un Licenciado en filosofía. 9) Habida cuenta de la hipocresía que existe en materia como en el aborto, nosotros sostenemos lo siguiente. Permitir el aborto de manera gratuita a las mujeres menores de 25 años en los hospitales públicos, previo asesoramiento de las comisiones éticas en los hospitales, recayendo la decisión en la joven, siempre que el embarazo no supere los tres meses. Abogamos por una educación sexual sin medias tintas en las escuelas y en la ESO debe enseñarse los medios de contracepción y una sexualidad responsable. 10) Abogamos por el “bien morir” en los hospitales y casas, a través de los cuidados paliativos y el asesoramiento de las comisiones, permitiendo las sedaciones con el consenso de la familia, el médico y la comisión ética. En los supuestos de los “suicidios asistidos” solicitamos la despenalización de la mano que ayuda a morir, siempre con el consenso del solicitante y el que ayuda a bien morir, previa reflexión ética mantenida con los comités de asesoramiento ético. Todo ello realizado con la consabida tranquilidad y sosiego que requieren las decisiones vitales importantes.

En resumen:

1) Defendemos una postura de centro-izquierda.
2) Nuestra postura política es el “liberalismo social” o el “socialismo liberal”; postura frente a “las plutocracias”. Uso de Internet como nueva herramienta para dar cauce a nuestras opiniones. Nuestra opción es una opción. Limitación a los mercados en su actuación a través de gastos públicos en educación, sanidad, infraestructuras, Investigación, Ciencia y Desarrollo, Seguridad Social y protección frente al desempleo
3) laicidad.
4) “libertad de pensamiento” y “ciudadanos libre-pensantes”.
5) “sistema democrático republicano”.
6) educación pública de calidad: “educación para la ciudadanía” y una “educación para la libertad” 7) la pluralidad cultural, políticas de inmigración basada en derechos y solidaridad entre los pueblos.
8)
comisiones éticas en los hospitales: Un médico, un psicólogo y un Licenciado en filosofía.
9) Aborto de manera gratuita a las mujeres menores de 25 años en los hospitales públicos, previo asesoramiento de las comisiones éticas en los hospitales, recayendo la decisión en la joven, siempre que el embarazo no supere los tres meses. Relaciones sexuales responsables.
10) Abogamos por el “bien morir” en los hospitales y casas.

jueves, 2 de octubre de 2008

Una miscelánea variada


Suele ser la economía una críptica materia para los mortales lectores. Las acenzanchas habituales de los ciudadanos a pie son otras: pagar la hipoteca, llenar el depósito de gasolina, la ropa y el calzado y la comida de todos los días, por supuesto. Y todo esto es lo que se está poniendo en solfa. Elevarse y hacer análisis de asuntos más amplios y complejos, como el análisis de los Presupuestos del Estado y su incidencia en la macroeconomía, es como pedir a un melón que pase por una verja: como para rasparse las meninges está fulanito y zutanito. Y esta estrujamiento económico, sufrido por mi el primero, es digno de respeto toda queja que se hiciese. No pasaría nada si de esta queja no se pasase a hablar de política y, a algunos, no les escuchásemos decir las majaderías habituales. No ves, le dice Pepe Gotera, peón de derechas, a Otilio, oficial albañil de izquierdas, que “con los del PP todo va bien y que con el PSOE todo va mal, todo sube y es la ruina”. Está claro que todo el mundo sabe de política y tiene derecho a hablar y expresar sus opiniones; solo que unas opiniones son aristocráticas y otras no. No se crean que entiendo la aristocracia en el viejo sentido de las clases ociosas: ni mucho menos. Las aristocracias que me interesan son de veras trabajadoras: son las que tratan de ver el mundo lo más claro posible y son los que buscan que no se las den con queso cada vez que se agachan. Vamos, que puede ser aristocrático un tipo que viva en un tonel, como Diógenes, si le sirve para ver el mundo más claro. Y es que hay algunos que hablan sobre “trabajo”, que se les llena la boca, y se escucha cada tertulia de risión que no te menees. Es curioso como los hay cínicos, cuya etimología deriva de Kynicos, - que significa, fijénse, “aperrados” -, que saben de la vida más que esos que se jactan de trabajadores. No hay cosa de la que yo haya más reflexionado que sobre “el trabajo” y los “trabajadores”, de veras; y para mejor comprender sobre ello he escuchado y leído de todo. Desde la conversación más mínima y simple hasta a Theodore Caplow y su sociología del trabajo, de veras. Una de esas conversaciones falaces y mínimas la he escuchado esta mañana. Escuchen el argumento, que es verídico: “Una manera de reducir el desempleo es que todos aquellos que están trabajando y no quieren trabajar –léase perros- se apeen de sus trabajos, para los que estamos en paro y sí queremos trabajar – léase trabajadores- pasásemos a la ocupación”. Toda la terminología política que algunos tienen es esa; y sobre ella montan sus parruchadas, no comprendiendo que eso de "trabajador" tiene un diferente punto de vista subjetivo: el punto de vista del que trabaja para otro y el punto de vista del que los que trabajan para él. Siendo lo mas bonito el que trabaja para sí. Y es que se confunde habitualmente el culo con las témporas, como no podía ser de otra manera; y los hay que toda su reflexión política, repito, se refiere a esto de ser “trabajador” o “perro”. para mí, la diferencia esencial es otra. Esta: entre ser “ceporro” o “Aristócrata”. Así, la concepción política que pueden tener unos u otros cambia de cabo a rabo. Algunos han entendido que ser “trabajador”, en el sentido de la ética del trabajo –la cual tiene menos años comparada con la historia de la humanidad de la que se piensa-, de ser activo, es la que mejor casa con los valores de derecha. El argumento es peregrino y simple, propio de los sentados en el fondo de la caverna. Los psicólogos han estudiado muy mucho cuales son las variables que influyen en esto de la motivación al trabajo, desde McGregor, con su teoría X e Y, hasta por la simple pirámide de necesidades de Maslow; lo que quiero decir que todo es más complejo: y que las opiniones tienen diferente grado de complejidad. En fin: la ética del trabajo es más compleja de lo que se supone y no voy a pasar a analizarla a ahora. Si que voy a hablar de “los cínicos”: Los cínicos eran unos tipos admirables: no se crean. He cogido de la Wikipedia lo siguiente: tenían, encabezados por Diógenes, una idea radical de libertad, de desvergüenza y de continuos ataques a las tradiciones y los modos de vida sociales. Me imagino que porque en su mayoría veían que los modos de vida sociales y tradiciones son, de una manera más acertada de lo que se piensa, de la siguiente forma: hipócritas. Muchos ven a estos cínicos como subversivos de izquierda y que, por tanto, vagos y perros. Aunque no se si se han mirado al espejo y se han visto los espumarajos que ellos tienen en la cara. La cosa se les pone difícil cuando los subversivos de izquierda somos trabajadores, cínicos, estoicos, aristócratas, y encima, sabemos hacer lo que ellos no saben: sabemos vivir. Y además cuando opinamos, no decimos majaderías ni simplicidades, que es lo que mas les fastidia. Tenían los pitagóricos una regla en su escuela, la cual yo he recogido de un libro de un autor latino bello, llamado Aulo Gelio, una regla singular: en aquella escuela estaba prohibido hablar, ni siquiera para hacer preguntas, a todos los alumnos que no llevaran al menos tres o cinco años escuchando a sus maestros. Una vez de aprendido a escuchar, y de haber aprendido simplemente, se podía empezar a opinar y a lanzar opiniones. Sabia regla la de los pitagóricos. ¡Cuántos rebuznos nos ahorraríamos de escuchar!

miércoles, 1 de octubre de 2008

Recetas para la crisis: cocretas.


A mi cocinar las cocretas se me da de pena. En cambio, preparo unas patatas con arroz estilo a mi abuela, de esas con pimentón, que me salen de rechupete. Es que la verdad: soy así de cocinillas. Es cierto que mi forma de cocinar es de sota, caballo y rey; pero les voy a desvelar un secreto: cocino todos los días para mi mujer, y no se me caen los anillos por ello; en especial me inventé un “provolone” con queso fundido y tomate que es mi especialidad. Poco me importa quien cocine las cocretas, en todo caso, y si estas están buenas me importa un comino que las cocine la Puri o rita la cantaora. El caso es que las cocretas del anuncio censurado por la Ministra de Igualdad están dando que hablar sabrosamente. No he visto el spot de las Letras del Tesoro , y no puedo opinar sobre si este era zafio o machista. Sin embargo, a bote pronto, creo que se sacan las cosas de quicio. Hay, sin embargo, una cosa para la que sirven las crisis y para las que sirven las cocretas: para aguzar el ingenio en la cocina. Si en la nevera vacía solo quedan dos tomates, un trozo de queso y una cebolla se pone todo junto se calienta en el horno y nos queda una receta que ni Arzak. Y como se dice: contigo pan y cebolla. Es cierto que la sociedad posee valores que determinan roles femeninos y masculinos que conllevan determinados estereotipos; por eso creo yo que las mejor manera de contrarrestar tales desafueros es tratar las cosas con naturalidad. Y es que precisamente eso es lo que nos ocurre. Que la Puri del anuncio cocinase las cocretas de mareo a mi no me causaría rechazo; siendo el caso, como parece, que ésta ha destronado a la madre del marido como cocinera excelente. Otro estereotipo más de los que nos partimos de risa los que no somos cenutri@. Muchas veces le digo a mi mujer que el pollo a la cerveza de mi suegra está de mareo, pero que para hacer la paella y las migas: mi madre. El caso es que la política tiene algunas simplicidades absurdas. Y este de las cocretas es una de ellas. Todo saltó a la palestra cuando una diputada del PP le pareció machista el anuncio y, rápidamente, la ministra de Igualdad lo censuró. El caso es que ahora los tertulianos de la Derecha exigen al gobierno que actúen igual de rápido para solventar la crisis económica: ¡leñe! Pues no son precisamente las cocretas la comida que se preparan con las sobras, para que nada se tire, y se ahorre: Que mejor receta que esa: ¿no es un producto de ahorro? Como las Letras del Tesoro. Lo mismo.


http://www.abc.es/20081001/opinion-firmas/emancipacion-puri-20081001.html



Por seguir dando la lata: opiniones de hoy.




Parece que está hoy el ambiente caldeado en las tertulias políticas. La materia de la crisis económica, el crash de las bolsas, las intervenciones estatales inyectando, que si sí que si no, dinero para salvar los muebles del sistema financiero son, hoy día, esa comidilla de tertulia de la actualidad de la que hablo. Otro de los objetos de la tertulia de hoy es el de los Presupuestos del Estado y el reparto del pastel entre las distintas regiones. Los del PP se han puesto hechos unos basiliscos, habida cuenta que las comunidades por ellos gobernadas reciben menos: y han actuado a la carga en sus periódicos al toque de las trompetas. Como suelo hacer, he hecho repaso esta mañana de todas las publicaciones diarias en papel, buscando datos que corroborasen mi punto de vista sobre el artículo de ayer por mí publicado sobre las bisagras regionales. Y heme aquí que no los he encontrado en ningún sitio, aunque pude ser que yo no he buscado como debiera el dato que me interesaba. O puede ser, también, que el dato que a mí me interesa no interesa a alguien que se sepa. No lo sé. El caso es que no he visto publicado la transferencia per cápita desde los presupuestos a las autonomías en una lista que fuera lo suficientemente clara. Lo que está claro, sin embargo, o a mí me lo parece, es que en estos aspectos hay un gurigay muy cojonudo y es un cobre que se está batiendo y los ciudadanos andamos náufragos. Preciso de un dato importante para expresar opinión justificada: una tabla con las inversiones per cápita y su evolución en los últimos 20 años. En fín: hoy voy a reflexionar de modo rápido, por falta de tiempo sobre algunas noticias aparecidas y voy a dejar un pequeño comentario. Una de ellas han sido los comentarios de Solbes sobre la salud del sistema financiero español; en efecto, éste es saludable, pues no en vano algunos millones de españoles seguimos pagando cada mes la hipoteca voraz. Me imagino que la salud del sistema financiero dependerá de la duración de la crisis y de si esta dura más que las prestaciones de desempleo. Las cuales, al menos, -aviso a los neoliberales de la derecha que echan sapos y culebras ante las mismas- siguen teniendo su función de amortiguar las crisis. Otra noticia ha sido la del caso Coslada y las implicaciones de la familia de Gines. Aquí atrás escribí sobre este caso, por conocer yo aquella ciudad. Se suele olvidar la gente que detrás de nuestras sociedades capitalistas, siempre se suelen ocultar “la mano negra”, como en aquella película celebrada, mi preferida, de Coppola que trataba sobre las mafias. Es un caso notorio quienes andan detrás de todo y quienes son los verdaderos amos de la ciudad, según comentan todos los ciudadanos cosladeños –que yo saco el oreo sin mostrar si esto es verdad o no -: las luces asoman en “la cañada” las empresas de estos tipos. Unos empresarios tardo-franquistas llamados en el pueblo “los barrales”. Pero sobre todo destaco la presentación del último libro de Rafael Sánchez Ferlosio y lo que decía sobre Fernando Savater, con razón: "era muy trabajador e inteligente, pero ahora está demasiado entregado a la actualidad". Creo que debíamos hacer caso a Ferlosio y a reflexionar más sobre lo que no es actualidad, porque, en efecto, esta se aleja de lo que buscamos: la verdad.