viernes, 29 de agosto de 2008

La españa subvencionada y las trompetas del apocaplipsis


Siempre son interesantes las argumentaciones sobre economía que los opinadores de la derecha se sueltan. Interés, claro está, que ya hace mucho que en mi decreció hasta el minimum. Es un tambor batiente la causa que hacen frente al subsidio. Fíjense, por ejemplo, lo que dice Ignacio Camacho en el ABC de hoy. No voy a poner a resumírselo a ustedes, pero el argumento es explícito: los españoles vivimos subvencionados, en especial en aquellas localidades donde la mayoría de su población activa se encuentra en paro. El texto puede parecer más o menos críptico, pero coincide en todo en lo que los ahora del PP dicen llamarse liberales, pues parece ser, por el tolón-tolón que tienen contra la subvención, que no les gusta. Claro está: su libro de cabecera intelectual es Hayek y la escuela austriaca: El ABC del Neoliberalismo. Sin embargo, como yo les vengo indicando, no confundan “liberal” con “neoliberal”. Liberal es una acepción más amplia del espíritu humano, mientras “neoliberal” es la derecha pseudointelectual. Luego está la derecha ramplona. Suele ser natural que muchos de los que abrazan la vieja derecha carcofranquista eso de neoliberal les suene a chino mandarín: ellos se quedaron con el nombre de cuatro calles perpetuas en el recuerdo y a eso dicen llamar derecha. A eso y a sus cuatro amigotes. A los de la derecha no les gusta el estado que subvenciona: que es lo que “explica (…) un fenómeno no del todo negativo que desemboca en la existencia de numerosas sucursales bancarias, concesionarios de coches, tiendas de telefonía móvil y supermercados en pequeñas poblaciones con casi toda la población activa en paro.”. Y esto, claro está, les llevan los demonios. Así que proponen que para periodos de crisis en especial el estado desaparezca; para periodos de crisis y para periodos que no lo son, claro. Les va más la moral del directivo-propietario: ese que ya llenó la chequera, invirtió en terrenos, en acciones y futuros, apartamentos en la costa, locales comerciales y naves industriales y el que venga atrás que arree. Éstos quieren que no se subsidie al personal por varios motivos. Está el motivo de pura teoría económica: incrementa el déficit del estado que para equilibrarlos exigirán aumentos fiscales. No hay más en ese aspecto y es del todo coherente. Luego está el motivo de cafetín, de tertulia de amigotes: -Hola pepe: España se va a pique –claro, como se subvenciona a los vagos. Y tan panchos. La lectura que se hace del artículo de Ignacio Camacho es esa; y del periódico va a la calle en sentido narrado. Los argumentos económicos son razonables; sin embargo, el estereotipo de calle rebaja el argumento al rango de patraña. Ya se que cuando yo hablo también uso estereotipos sobre la moral del directivo. Pero es que el directivo ya se ha llevado el pastel del crecimiento económico: y si no lo ha hecho tonto es-. Es cierto que lo subisidios y trasferencias pueden ser mal gestionados y puede ser, también, que se de a muchos que no los necesitan. Pero prueben a quitarlos. Verán. Redúzcase la prestación de desempleo, redúzcase la asistencia sanitaria, redúzcanse los funcionarios y empleos derivados de la administración, redúzcase el Estado y dejen que campeen a sus anchas los emprendedores, los tiburones, los encorbatados, los financieros, los propietarios, los arrendadores, los especuladores, los dueños, los amos. ¿Sería mejor el País? No lo creo.

http://www.abc.es/20080828/opinion-firmas/consumo-mismo-20080828.html

1 comentario:

paredes dijo...

¿Hablamos de los mismos neoliberales que ahora piden que se inyecte dinero público al ladrillo?

Y los "minolles"que se han embolsado con la especulación y jodiendo el panorama español , todo embarrufado de cemento ¿qué?
Que les den.