martes, 15 de abril de 2008

Vértigo


Creo que no se ha analizado las relaciones del Cine de Hitchcock y Luis Buñuel. Ya Francois Truffeaut preguntó a Hitchcock en su celebérrimo libro sobre si sus películas eran sueños filmados. A lo que Hitchcock contestó escuetamente que no. De todas formas Turffeaut no iba desencaminado. Porque, quizá, las películas de Hitchcock no son sueños - como eran las pelis de Buñuel - sino que eran pesadillas. Qué es "con la muerte en los talones" sino la pesadilla de un hombre que es perseguido constantemente sin saber por quién ¿Cómo debe de interpretarse la famosa escena de avión fumigador? y las escenas del monte Rushmore?. No son "los pájaros" una pesadilla sobre un ataque aviar (a parte que éstos están en la cabeza de los personajes: son sus miedos a las relaciones humanas). Qué es "encadenados" sino la pesadilla de una mujer encerrada en casa de un hombre que no quiere y que tiene una suegra pesadillesca. Pues Vértigo es una pesadilla; sí, la pesadilla de un hombre que busca la imagen de una mujer... no busca a una mujer... lo que busca es una imagen; busca la belleza reflejada en una pantalla... Una belleza de luz, como un haz de luz reflejada en una lona blanca. Busca el amor, pero eso no es cierto, busca la belleza... busca la imagen; Scottie es un cinéfago que sueña que va a conseguir una de esas imágenes de mujeres de cine.. Pero, como a Orfeo cuando mira atrás, Eurídice desaparece en un haz de niebla. Porque eso es Madeleine-Judy un haz de niebla: un fotograma, un chorro de luz que sale del proyector y sobrevuela la sala negra del cine hasta estrellarse contra la pantalla... Eso es Madeleine... por eso es inalcanzable. Yo de niño, quise buscar a Madaleine... pero no la encontré... ahora sé que Madeleine sólo está en una Imagen de cementerio, en una floristería. Por ello, cada vez que quiero volver a Madeleine se donde encontrarla, ya no sufro, como Scottie cuando Madeleine cae del campanario, pensando que nunca más volveré a verla... el cine desafía a la muerte: hace regresar desde el hades a los mitos "de entre los muertos". Ahora Madeleine es una serie de O y 1, un ente Digital que tengo en un Dvd encerrado. Nunca busquéis, nunca, las inverosimilitudes de las películas de Hitchcock, porque sus películas son pesadillas y las pesadillas nunca son verdad; pero esas pesadillas nos describen algo sobre nosotros mismos: nuestros miedos. Poco se ha estudiado las relaciones de Hichcock y su primo hermano Luis Buñuel -Ay! la pierna de Tristana, le dijo Hitchcock a Buñuel, porque se comprendían mutuamente. Por cierto, hay una escena de campanario, una mujer a punto de caer, un hombre a punto de tirarla, un hombre obsesionado... y es una peli de Buñuel... Él... No os la perdáis. No busquéis los agujeros negros de la misma manera a como lo hicieron los críticos de la época, que la pusieron a la altura del betún. Ni siquiera, cuando Truffeaut entrevistó a Hitchcock, la crítica de "cahiers du cinema" y en general la consideraba como la obra maestra incontestable que es hoy en día. Hichcock, que era muy tuno, compró los derechos... y la película se guardó en un cajón: porque para él era su película más personal. Fue en 1980 cuando se reestrenó y... la crítica quedó asombrada, boquiabierta: Porque Hitchcok mezcló como nunca la vida con el cine y el cine con la vida: lo que los cahieristas llamaban "autor"; plasmó sus obsesiones en pantalla, sus miedos, sus deseos... y lo hizo como mejor sabía hacerlo... Y es hay que darse cuenta de ello: Hitchcock, con Vértigo, de lo que estaba hablando era de CINE. Y el CINE es IMAGEN, y las imágenes son SUEÑOS. Sir Alfred habla del "efecto Kulechov", como en la ventana indiscreta, pero en vez de reflejarse "la vida" o "las relaciones humanas", en este caso, lo que se refleja es LA IMAGEN CINEMATOGRAFICA de las Diosas del Celuloide; pero esas, en sí, no existen, porque son celuloide... Hithcock no se sentía atraído por Grace Kelly - de la que estaba enamorado -; sino quizá, de la IMAGEN que Grace Kelly ofrecía en la pantalla; pero Hitchcock no la encontró ( se había casado con un príncipe casi tan feo como él - él, Hicthcock, que era el auténtico, este sí, rey Midas del CINE-). Luego quiso a Vera Miles, y tan poco la pudo tener. Y eso es lo que hace Hitchcock-Steward: intenta transformar a Novak en Grace Kelly; a Judy en Madeleine... Pero eso se supo después, cuando se supo lo del escándalo: Hictchock pidió relaciones a Tippi Hedren. Pero es que Hitchcok, que amaba el CINE más que a la VIDA, o más bien, nunca podría amar tanto a una MUJER como la IMAGEN DE UNA MUJER. En fin, nunca se ha hablado mejor de AMOR Y DE CINE como en VÉRTIGO. No busquéis las inverosimilitudes, si no: no os dais cuenta que es CINE, mentiras con apariencia de verdad; seres que parecen reales y que desfilan por una pantalla, pero que nunca ha existido, que son niebla, humo. No tienen un comienzo aquí, y luego otro fin, sino que viven eternamente naciendo y muriendo. Ya no son, sólo, un Orfeo y una Eurídice, son los nuevos Prometeos. 100, no, 200 veces he introducido el DVD en el reproductor, y 200 veces he visto a Madeleine, LA IMAGEN, diciendo : -aquí nací y aquí morí. y la VEO. y mil veces la veo MORIR, y mil veces la veo con sus misterioso vestido verde, y dejando flores en un cementerio; Mil veces he visto no a Madeleine, sino a Marilin Monroe-Madeleine, con su cara de niña tonta, coemerse la pantalla y dejando Anne Baxter a la altura del betún en "Eva al desnudo", no me importa Norma-Judy. Espero que os haya gustado el destripamiento; porque hablar de CINE es eso: destripar.

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